Capítulo 4

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Llevo 18 años con un nudo en la garganta y todavía no me he ahogado.

Los días se me hacen largos y pesados. Ayer es igual que hoy y mañana será igual que antesdeayer. Todos los días hago lo mismo, me levanto, como y duermo porque no me apetece salir fuera con los demás. La única conversación que tengo es con Fernando mi psicólogo y Hayden cuando viene a verme, nada más.
Me agarro a la sábana y me pongo a contar, estoy muy nerviosa. Cada día que paso aquí creo que me vuelvo más loca. Y es que joder, solo quiero ir a la universidad y aparentar ser una chica normal.
La puerta se abre y dejo de contar.
Es Fernando.

-Hola Lynn, ¿qué tal hoy?- pregunta mientras coloca su papeleo en mi mesa.

-No mejor que ayer, ¿y tú?- respondo sentándome en la cama.

-Hoy estoy contento- dice con una alegre sonrisa-. Mi hijo se ha sacado el carnet de conducir y mi mujer salió anoche del hospital.

-¿Qué le pasaba?- pregunto con curiosidad.

-Tuvo un pequeño accidente con el coche- al escuchar lo que Fernando decía un fuerte escalofrío me pasó por el cuerpo-. Lo siento, no me acordaba que..- dijo disculpándose pero le interrumpí.

-Fue hace mucho, no te preocupes.

-Sí pero quizás no tendrías esta vida, quizás fueses feliz- dice mientras parece secarse una lágrima.

-¿Estás llorando?- pregunto sorprendida. Hace mucho que yo no lo hago.

-No- dice y se calla-. Verás es que me meto mucho en mi trabajo- admite finalmente y coge uno de los papeles de la mesa.

-Está bien...

-Deberías salir a hablar con los demás, hacer amigos... Estar en la cama todo el día solo aumenta tu depresión.

-No quiero salir ahí, es que están todos locos- digo levantando los brazos.

-¿Sabes que tú también no? Por eso estás aquí. Quizás ellos te ayuden a superar esto, a acostumbrarte a pasar los días aquí.

-¡No quiero acostumbrarme a esto porque me quiero ir!- le chillo y cojo la almohada para estampársela pero él se da cuenta y se levanta a quitarmela.

-Comportándote así seguro que no te vas a ir.

-No quiero escucharte más, vete- digo señalándole la puerta-. ¡Vete!- vuelvo a gritar cuando veo que no me hace caso.

-Me paso mañana por la mañana a verte. Toma léete este libro, va sobre una chica con anorexia y con una vida pésima- dice dándome un pequeño libro con una portada negra.

-¿Se supone que es para sentirme identificada?

-Sí y también para ayudarte.

-¿Cómo me va a ayudar?

-Tú léetelo, ¿vale?- dice y yo asiento-. Oye, ¿te gustaría conocer a mi hijo? Tiene un año más que tú y te vendría bien tener un amigo con el que poder charlar.

-No, tengo a Hayden.

-Sí, pero tener otro amigo más no esta de más.

-No quiero conocer a nadie más, no confío en nadie, solo en Hayden.

-Está bien Lynn.. Como quieras, nos vemos mañana- dice cerrando la puerta.

Por una vez decido salir fuera con los demás. Me paseo por el pasillo antes de decidirme a salir. Cuando por fin me siento con ganas me dirijo hacia la sala donde están algunos de mis compañeros de psiquiátrico si se puede llamar así. Unos juegan, otros están callados mirando a un punto fijo y otros mantienen su vista clavada en mi.
Intento encontrar a alguien de mi edad pero no veo a nadie, casi todos superan los 40. Decepcionada me vuelvo a mi habitación para volver a escribir en mi diario.

24 de Noviembre del 2008

Ese día fue un día importante y casi mi último día aquí. Pensé en abandonarlo todo, darme por vencida e intentar quedarme en paz conmigo misma buscando otro lugar para mi, sin golpes ni gritos. Pensé en todo lo vivido y, aunque tuve momentos felices, los malos momentos abundaban.
Me lo planteé varias veces antes de dirigirme al cuarto de baño, pensé y pensé detenidamente antes de cometer la mayor locura, intentar quitarme la vida.
Finalmente me levanté de la silla y me metí en el baño para comenzar.
La casa estaba sola, así que pude empezar sin problemas ni interrupciones.
Abrí el grifo y puse el tapón para que el agua no se fuera por el desagüe.
Me mire en el espejo y suspiré.

-¿Estoy segura de esto?- dije susurrando mirando mi reflejo. Inmediatamente asentí y proseguí.

Cogí la cuchilla y apreté contra mi piel. Una raja apareció de inmediato y la sangre empezó a chorrear por mi brazo.
Otra más apareció después, luego otra y así sucesivamente. Cuando ya apenas sentía dolor la solté y me metí en el agua. Con lágrimas en los ojos me sumergí dentro y me agarré a los lados de la bañera para hacer fuerza y no flotar. Lo siguiente que recuerdo es aparecer en una camilla del hospital y ver a Mallory y Varick llorando por mi.

-¿Dónde estoy?- pregunté desconcertada, apenas era consciente aún.

-En el hospital, intentó suicidarse anoche.

Cerré los ojos y suspiré, no había funcionado.

Cuando la puerta de mi habitación se abre y estoy apunto de chillar, la dulce sonrisa de Anne aparece. Corriendo me dirijo a sus brazos para abrazarla.

-¡Anne!- digo casi llorando.

-Mi niña, ¿cómo estas? Te veo triste.. ¿Qué te pasa?- pregunta pasando su dedo por mi mejilla.

-No estoy bien Anne, no quiero estar aquí, quiero estar en la universidad estudiando y teniendo una vida normal.

-Te entiendo cielo, pero también tienes que entender porque estás aquí. En esa cabecita hay muchas intenciones y algunas no son buenas.

-Si soy feliz no tengo porque hacerlo más..

-¿Y si no eres feliz? ¿Y si vuelves a intentarlo y esta vez lo consigues? No podemos correr el riesgo, tienes que permanecer aquí hasta que Fernando nos diga que estas bien.

-Ya estoy bien, te lo prometo.

-¿Y ese libro?- dice Anne señalando el libro negro.

-Me lo ha prestado Fernando, supongo que será de autoayuda.

-Ah que bien. ¿Has empezado?

-No, aún no, iba a empezar ahora.

-¿Quieres que me vaya? Alomejor he venido en mal momento..

-No Anne, quería verte, te echaba de menos.

-Y yo a ti cariño.. ¿Hayden viene a verte?

-Sí, vino hace poco, lo que pasa que no le gusta verme aquí.

-A mí tampoco me gusta- dice y se seca una lágrima con la mano. Me acerco a ella por acto reflejo y la abrazo.

-No llores Anne.

-¿Qué has hecho para merecerte esto?- dice mientras me abraza y me quedo callada cerrando los ojos.

Cuando me despierto veo una nota en mi mesa.
Me he ido, pronto vendré a verte.
Te quiere Anne.
Pegan a la puerta y es la chica que me trae la comida.

Mi nombre es LynnМесто, где живут истории. Откройте их для себя