- Siempre te has metido en mi vida para todo, sobre todo cuando te dije que salía con Kai. No dejas de meterte y opinar en todo lo que hago o no hago. ¡Eres mi hermano, no mi madre!.- gritó aquellas últimas palabras.


En ese momento en la puerta principal apareció Kai mirando a uno y luego al otro; Min Ho ya estaba detrás del pelirrosa, pero no podía meterse en aquella discusión.


- Sé que no soy tu madre, Chan Yeol. Pero vives conmigo y soy responsable de todo lo que llegué a pasarte; Así que tienes obedecerme y acatar mis reglas.


- Perfecto. Si ese es el problema, me voy de aquí. Ya estoy harto de todo esto. ¡Estoy harto de ti!


El pelirrojo dio media vuelta y pasando por un lado del moreno salió de la casa. Kai se quedó de pie mirando a Se Hun. Vio como limpiaba con rabia una lágrima que se le había escapado del ojo izquierdo, le devolvió la mirada con coraje y luego pasando de largo a Min Ho fue a su habitación.






Baek Hyun miraba con preocupación al pelirrosa. Tenían una charola con comida frente a ellos, sentados uno frente al otro. Se Hun revolvía o pinchaba la comida con el tenedor, sin probar el más mínimo bocado. Desde que Chan Yeol se fuera de casa, el ánimo y apetito del menor bajó considerablemente, y eso tenía bastante preocupados a Baek Hyun y a Min Ho. Intentaron hablar con él, pero no tuvieron suerte de que los escuchara. Su celular vibró y se encendió la pantalla: era un mensaje de Lay. Rápidamente lo tomó leyendo el mensaje y lo respondió.

A los dos minutos Lay hizo acto de presencia, yendo después de leer el mensaje en busca de su ayuda inmediata. Dedicando una mirada a Baek se sentó al lado de Se Hun.

- Tortitas de papa, arroz y ensalada de frutas. Delicioso.- dijo viendo la charola del menor.

Le quitó la cuchara de la mano, cortó un pedazo de la tortita y la comió. El pelirrosa lo miró de no muy buena manera achicando los ojos. Cortó otro pedazo más pequeño y se lo tendió al contrario.

- Di ahh..- el menor no podía creer que Lay estuviera haciendo eso, tratando de alimentarlo. – Deja de mirarme así y prueba.- acercó más la cuchara a su boca y éste miró alrededor de ellos, a pesar de que había algunos alumnos por ahí, ninguno les prestaba atención. Sólo Baek, que los miraba aguantando la risa.

- No tengo hambre, hace rato tomé un café.- Lay arrugó la frente no estando de acuerdo con aquella tonta excusa.

- Eso no es alimento, Se Hun.- seguía con la cuchara frente a su rostro. – Abre la boca.

- No soy un niño, Hyung.

- Deja de comportarte como uno y come entonces. Anda.

Se Hun volteo los ojos, abrió la boca y acercando su boca a la cuchara, probó el bocado. Al tiempo que masticaba miraba a su mejor amigo que estaba al frente, el cual lo miraba con alegría viéndolo comer.

- ¿Tenías que llamarlo para que viniera a darme de comer en la boca?.- dijo luego de tragar.

- No quieres comer. Así que no tenía de otra.- bajando la mirada se dispuso a comer su comida.

Lay agarró ahora el tenedor pinchando un trozo de melón y sin decir nada se lo ofreció. El menor abrió la boca y lo comió ya sin rechistar. Siendo así los siguientes cinco minutos. Hasta que timbre del celular de Lay se escuchó por encima de sus voces mientras platicaban. Los menores guardaron silencio automáticamente pensando que sería su esposa.

- Hola.- saludó contestando.

- ¿Se supone que tienes que alimentar a Se Hun como un niño chiquito?

El mayor escuchó aquello e inmediatamente buscó al portador de aquella grave voz por ahí. Cuando lo divisó a lo lejos, miró al pelirrosa y este a él con una tenue sonrisa.

- Eso es algo que de verdad no te importa a ti.- se levantó de la silla alejándose un par de pasos. - ¿Qué quieres, Kai?

- Venía a verte. ¿Qué no puedo visitar a mi amigo en su trabajo?

El mayor se giró hacia donde seguía el moreno, mirándolo a lo lejos.

- Nunca lo habías hecho antes. ¿Por qué ahora?

- Si no quieres verme y hablar conmigo, me largo y ya.- lo vio dar media vuelta y comenzar a caminar en sentido contrario.

- ¡Espera! No te vayas.- lo vio detenerse. Desvió la mirada al par de chicos que aún sentados no dejaban de verlo con curiosidad. – Quédate ahí, ahora voy. No te acerques.

- ¿Está todo bien, Hyung?.- preguntó Se Hun notablemente inquieto por aquella llamada.

- Sí, Se Hun.- alejó el móvil y le contestó con una sonrisa nerviosa. – Ahora vuelvo.- agarró un poco más de fruta y se la ofreció por última vez antes de irse. – Come, ¿sí?. por favor.

Se Hun asintió masticando lentamente viéndolo alejarse de ellos.

- Y tú no te muevas de ahí. No te atrevas a acercarte a Se Hun.- habló de nuevo por el móvil, advirtiéndole por segunda vez.


Jong In, El novio de mi hermano menor.Where stories live. Discover now