- ¿Con Chan Yeol?

- Así es, con Chan Yeol.- confirmó con media sonrisa.

- Por favor, Kai. No puedes estar hablando en serio, no tú.

- Claro que estoy hablando en serio, amigo. Hasta he pensado en casarme.

- ¡Jà! No me digas..

- Te estas burlando.- dijo el moreno frunciendo las cejas.

- No me burlo. Bueno, es que no te veo casado.- rio luego de dar un trago a su bebida. – Pasa que no te imagino casado por más que me lo digas. Tú eres de aventuras, de andar de pareja en pareja, no con una sola persona, y casado, menos.

- Te digo que esta vez va en serio. Tan en serio, que pronto conoceré a la familia de Chan Yeol, bueno, a una parte de su familia.

Lay se puso serio. ¿De verdad Kai estaba hablando en serio?

- Por Dios, Kai. Tú jamás has conocido a las familias de tus parejas, nunca.- exclamó con asombro.

- ¿Ahora lo ves? ¿Ahora me crees?

- No me digas que ahora pretendes ser de esos chicos que van a casa de sus novios a los días de comenzar a salir.

Kai se puso serio y el contrario lo notó enseguida.

- Es diferente. He encontrado a la persona que he buscado siempre.

El mayor soltó una carcajada. – Vamos, Kai, ¿Cuántas veces me has dicho lo mismo?

Lay ni siquiera parpadeó. Parecía que Kai realmente estaba hablando en serio, que de verdad había encontrado a su media naranja y todo sería diferente ahora.

- No me mires así, amigo.- dijo el moreno levantándose del sillón y dejando el vaso de cristal casi vacío en la mesita de centro. – Juro que ahora todo esto es en serio, ya es hora de que decida el futuro de mi vida y Chan Yeol es el indicado.

- ¿Él te entiende y comprende?

- Claro que sí.

- De acuerdo. Por esta noche digamos que te creo, pero sólo por esta noche, mañana es otro día y..

- Y seguirás sin creerme.- completó la frase.

- Sí. Seguiré sin creerte, amigo.






Entró de prisa al restaurante. La última clase se había extendido más tiempo del que debería a causa de unas exposiciones pendientes con sus alumnos y ahora llegaba a trabajar casi una hora después. Fue tras la barra donde se encontraba Min Ho, dio un rápido beso pero el pelinegro lo retuvo para besarlo un poco más. Cuando el mayor dejó de besarlo y se alejó, Se Hun tenía los ojos cerrados y los labios levemente separados.

- ¿Quieres que te bese de nuevo?.- dijo aguantando reírse y el menor reaccionó.


- Claro que no, tonto. Tengo que trabajar.

Tomó su delantal, libreta y pluma, y salió de detrás de la barra. - Déjame decirte que no besas tan bien como crees.


- ¿No? ¿De verdad? Entonces debo dejar de besarte tanto.


Se Hun lo miró con reproche y chocó con alguien cuando se dirigía a las mesas.


- Lo siento.- se disculpó con un chico claramente mayor que él. - No me fijé por donde iba. ¿Está bien?

- Sí. Estoy bien, no te preocupes.- el contrario levantó la mirada y vio a la persona con la que había chocado. Viéndolo un poco más del tiempo que debía.- ¿Tú estás bien?.- vio asentir al pelirosa.


- Bien. ¿Ya tiene mesa?


Se Hun sintió la mirada de Min Ho, estaba seguro que éste estaría observándolo desde donde estaba, sabía que con cualquier movimiento en negativo que hiciera, el pelinegro saldría de su lugar e iría a preguntar qué pasaba y no quería eso, no quería problemas, así que buscó rápidamente una mesa libre.


- Deja de portarte como un idiota y cállate.- dijo otro chico que apareció al lado del primero. - Aún no tenemos mesa, ¿Puedes darnos una para dos?

El menor pareció un poco sorprendido cuando vio al recién llegado, le sonrió y asintió.


- Claro, síganme por aquí.- y los llevó a una mesa cerca del ventanal.

Él mismo los atendió, tomó su pedido, les llevó su comida y un par de copas de vino rojo. Cuando se disponían a irse, le hicieron una seña y pidieron la cuenta. Diez minutos después les entregó el ticket dentro de una carpeta acolchonada negra y se alejó un momento. Vio al chico más bajo buscar su cartera, sacar efectivo, dejarlo dentro de la carpeta y llamarlo de nuevo.


- Disculpa, olvidaron cobrar el vino.- dijo el chico con quien había chocado.


- No fue así. Pedí que no éstas no fueran cobradas, así que no se preocupen, todo está bien.- dijo regalándoles una bonita y amable sonrisa. – Cortesía de la casa.


- Gracias entonces.- le entregó la carpeta.- La comida estuvo muy rica y el vino delicioso.


- Vuelvan cuando quieran, siempre serán bienvenidos.- sonrió de nuevo a ambos chicos.


- Ten por seguro que volveremos si prometes que tú volverás a atendernos.- dijo el chico más bajo guiñando el ojo derecho.


Se Hun rió nervioso y pasó los dedos entre sus cabellos.


- Deja al chico en paz, amigo.- terció el alto. - Discúlpalo por favor, éste chico puede llegar a ser un imbécil cuando trata de impresionar a alguien. Gracias por atendernos.


El chico le sonrió y jalando a su amigo, se alejaron de él hasta salir del establecimiento. 

Jong In, El novio de mi hermano menor.Where stories live. Discover now