-¿Te gusta verdad?.-

Pregunto sabiendo bien la respuesta.

-Jamás comí algo parecido. Es simplemente delicioso.-

Me responde mirando a Gail agradecido. Lo suelto delicadamente y vuelvo a mi asiento. En ese momento me doy cuenta que no estamos solos, ya que veo como esos dos se lanzan miradas cómplices. Mis mejillas arden y no se el motivo. O prefiero mejor no saberlo.

-Esto es un vino blanco, pero si lo deseas esta copa de aquí contiene agua.-

Le informo mientras le muestro cada copa. Él asiente con la cabeza e intenta volver a cortar un trozo, sin mucho éxito debo agregar, yo trato de concentrarme en mi plato así no se siente tan incomodo. De reojo sigo observándolo y simplemente no puede, la guerra entre hombre y utensilios definitivamente la perdió. Dejo mis cubiertos sobre la mesa y le hago señas a Taylor y Gail para que hagan lo mismo, ellos fruncen el ceño pero al ver el desastre que esta haciendo Christian comprenden que voy a hacer.
Corto un pedazo con mi mano y con la otra toco la mano de él. Cuando me mira lo llevo a mi boca y saboreo, Mmm así está más rico...
Una sonrisa deslumbrante aparece en sus carnosos labios dejando ver una hilera de dientes perfectos. Suelta sus cubiertos y agarra un buen trozo con sus grandes manos, lo lleva a la boca y lo come como si no hubiera un mañana.
Nosotros seguimos comiendo (con las manos) no puedo creer estar  haciendo esto. Si mi madre me viera se estaría tirando de los pelos.
Me limpio con una servilleta y tomo un sorbo de vino. Él al verme hace lo mismo. Lo veo tragar y saborear.
Ya no queda nada en su plato, el pobre si estaba muerto de hambre.

-¿Quieres más Chris?.-

-Mmm no, gracias. Creo que está bien así. -

Me dice no muy convencido, y sé que si quiere más. Creo tener una idea...

-Bueno, yo si quiero más. Nana, ¿Puedes servirme?.-

Ella al entender mi juego sonrie con picardia y se dispone a servirme.
Sus ojos se van hacia mi plato, parece un niño y me parte el alma.

-Bueno, tal vez si sobra un poco...-

Dice con las mejillas sonrosadas y es tan tierno en este momento que me gustaría abrazarlo fuerte.

-Claro que si cariño, siempre cocino como para un batallón. -

Le responde y le vuelve a servir.

Cuando terminamos de cenar lo llevo al sillón blanco en forma de L que está frente a la chimenea. Él se queda mirando las llamas perdido en sus pensamientos. Pero mi curiosidad me está matando, quiero saber más de él. Necesito saber más de él.

-¿Por qué no me cuentas de ti Chris?.-

Gira a mirarme y un lento suspiro se escapa de sus labios.

-No se mucho en realidad. Sé que me llamo Christian porque una enfermera me llamó así cuando desperté en un hospital. No se que me sucedió, ni porque llegue hasta ahí... o cuanto tiempo estuve. Pero al momento que volví a despertar tenia tanto miedo que decidí escaparme. Tengo recuerdos muy borrosos de mi pasado, una voz que me llama con dulzura. Pero ningún rostro.-

Vuelve su mirada a las llamas y una lenta lágrima recorre su mejilla hasta perderse. Este joven sufrió demasiado. ¿Pero por qué nadie lo buscó nunca?.
Tomo su mano y la guio a mi cintura,  él me ve confundido. Llevo mis brazos a su cuello y lentamente me acerco para abrazarlo, su cuerpo parece una roca. Lo siento aspirar el olor de mi cabello y poco a poco se va relajando. Me aprieta con más fuerza y sus sollozos inundan la sala. Lloro con él, por su desgracia, porque quiero que se encuentre bien. Nadie debe pasar por esto, se lo que es sentirse solo, aunque Gail siempre estuvo para mi, había días en los que ella se marchaba a visitar a su madre y yo quedaba sola en la mansión, Taylor estaba en su estudio la mayor parte del día trabajando. Yo me encerraba en mi habitación y lloraba hasta quedarme dormida. Sé que no es lo mismo, por lo menos yo se quien soy. Tengo que ser fuerte por los dos, en este momento soy lo único que tiene, y así será.
Me separo y me acomodo en el respaldo del sillón, lo guio hasta tener su cabeza en mi regazo. Él se deja ser y se acomoda mejor, su mano abraza mis piernas y un suspiro sale de su cuerpo. Acaricio su pelo aun húmedo por la ducha y lo siento relajarse cada vez más hasta que se queda dormido.
Yo no puedo, mi cabeza va a mil, pensando en,  ¿Qué haré ahora?.
Lo primero será llamar a Flynn, mi psicólogo, y hacer una cita para Christian. Por lo pronto mañana no iré a la empresa, se que Kate puede manejar todo sin mi. Me quedaré con él todo el día, haré que se sienta en casa, lo haré feliz... por lo menos el tiempo que decida quedarse a mi lado.........







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Besitos 😙😙 😙

Andy....










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