Capítulo 2

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Pov Anastasia







Gail y yo nos ponemos manos a la obra. Nos dirijimos hacia el cuarto de almacenamiento, donde guardo cosas que aún no quiero, ni puedo desaserme, pero siento que ya es tiempo de hacerlo y que mejor que donarlo.

-Nana, tú revisa esas bolsas y yo voy por estas.-

Le digo señalando las cajas de la derecha y yo las de la izquierda asi lo hacemos más rapido. El frio no perdona a nadie.

-Claro niña, apuesto a que el joven estará agradecido.-

Me contesta mi nana con una sonrisa.
Busco en las cajas que tiene el nombre de mi padre y encuentro pantalones de vestir color negro, camisas blancas y abrigos muy caros. Asi solía vestirse él. Volteo y miro a Gail que saca zapatos y algunas converse que también eran de mi padre. Solo sonrio nostálgica recordando cuando se vestia informal y me llevaba a la plaza a jugar y tomar helados.
Sigo buscando algo que pueda servirle a Christian... hasta que veo un cofre de madera con figuras talladas hermosas. Lo tomo entre mis manos y lo examino confundida, no recuerdo haberlo visto por la mansión antes. Decido separarlo y ver que contiene más tarde, ahora la prioridad es ayudar a alguien que lo necesita.
Al rato de nuestra busqueda decidimos que tenemos todo lo que necesita el joven y salimos hacia la cocina para embalarlo y poder llevárselo. Eso hacemos con Gail y también ella le prepara su vianda del día de hoy, un delicioso estofado de carne con pan hecho por ella, una botella de agua y una fruta. Cuando ya tenemos todo listo llamo a Taylor para que nos ayude a llevarlo.
Él llega con una sonrisa a la cocina y meneando la cabeza.

-Sabia que esto iba a pasar desde que me preguntaste por él.-

Con Gail soltamos una carcajada.

-Parece que me conoces bien, ¿No es así mi Tay, Tay?.-

Él sonrie más ampliamente, adora que lo llame asi.

-Por supuesto que te conozco bien pequeña.-

Gail lleva la vianda en una bolsa y Taylor lleva la ropa en otra bolsa. Nos disponemos a bajar los tres para darselas a Christian cuando suena mi celular. Lo busco en mi chaqueta y de inmedito se quien es... es mi mejor y única amiga kate. Miro a Taylor y me encojo de hombros como disculpandome, sabe que cuando hablo con ella es casi imposible parar. Él asiente entendiendo que no podré bajar con ellos y guia a Gail hacia el ascensor.
Pulso para contestar la llamada y al instante tengo que quitar el celular de mi oido o me quedaré sorda.

-¡Steele!. ¿Adivina qué?...-

-Hola kate, sip estoy bien ¿Y tú?.-

Le contesto irónicamente y sonrio, mi amiga aveces olvida como saludar.

-Si... hola, ¿Adivina qué?.-

-No sé kate, ¿Que pasó? Cuentame de una vez y deja ya el suspenso...-

-Bueno... bueno, tu siempre tan simpática.-

Me contesta ella con la misma ironía.

-¡Habla ya!. Sabes que odio adivinar.-

Se escucha un bufido al otro lado de la linea y entonces, al darse cuenta que no adivinaré nunca decide contarme que pasa.

-¡Ya volvi de vacaciones!. ¡Estoy en Seattle!.-

Grita y yo grito con ella, amo a mi amiga y hace tres meses que no la veo. Se fue de vacaciones con su familia a México. Me habian invitado, siempre me trataron como a una más de su familia, pero no podia dejar sola la empresa.

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