Por alguna razón no aparté la vista.
Su mirada había conseguido anclarme a sus ojos. No podría apartarme de su magnetismo. Aquel verde intenso crecía en su mirada según pestañeaba.
Sus ojos atravesaron mi corazón.

-Ayla. Qué miras?-dijo Caitlin.
El corazón me latía desbocado.
Aquel joven salvaje me estaba dentro de mi. Sus ojos, escrutando mi alma.
-Aylin.-repitió mi prima. Sacándome del hechizo de sus ojos.
-Nada.-le contesté, mirando hacia atrás.
Caminamos hasta la entrada donde James estaba. Me dedicó una salvaje y atractiva sonrisa mientras abría la puerta para mi prima. Yo la seguí, no sin antes lanzarle una mirada que él cazó al vuelo.
-Vas muy guapa, Sassenach.-me susurró mientras pasaba por su lado y entraba. No le contesté. No sabía qué decir. Cerró la puerta tras de sí y en aquel mismo instante apareció Dane. Aquel extraño comportamiento suyo me desetarabicaba, no sabía qué pensar. A veces, no me hablaba, otra me atravesaba con su mirad y otras, me hablaba y me hacía reir abiertamente.

-Vaya, cuanta belleza nos deleita hoy.-dijo Dane como agradable saludo.

-Gracias, Duque.
-Venid por aquí, la cena está servida.

Dane se sentó frente a mí y junto a James, y como es de imaginar, James se sentó frente a Caitlin. Por alguna razón que desconocía, estaba nerviosa.

La cena resultó deliciosa. Exquisita.

( 3 persona)

- He de decir que la cena es excelenta.-comentó Caitlin, arrancando una orgullosa sonrisa al Duque.

-Bueno, todo aquí intenta serlo.- comentó, clavando sus ojos en la joven. - Y parece que hoy, son más que eso.- añadió sin apartar la vista de ella.

Los ojos del irlandes quemaban la piel de Caitlin.

(Aylin)

- Eh, podríais pasarme un poco más de vino, por favor?- pregunté. James, que estaba al lado de la jarra extendió su brazo para cogerla. Me la tendió con sumo cuidado, y durante un instante, tal vez demasiado largo, nuestras manos se cogieron mientras agarraban la botella. Alcé la vista para mirarle, descubriendo sus ojos ya haciendolo lo mismo que yo. Mi corazón pareció detenerse unos segundos. "Aylin" me advertí a mi misma.

- Gracias.- contesté mientras él separaba su mano. Como respuesta asintió.- Bueno, Dane, es aquí donde vives todo el tiempo?

- Oh, bueno, lo cierto es que no. La gran parte del año vivo en Irlanda, en mi ducado. Peroe ste año, me he limitado a pasarlo en Nairn y aquí. Gracias a eso he tenido el placer de conoceros , a ambas.- dijo con un radiante brillo en sus ojos.

- Graciias, supongo.- respondió Caitlin.- Y bueno... Disponéis de muchas propiedades?

Mientras mi prima terminaba de formular la pregunta, la mano de James cogiendo de nuevo la botella captó mi atención y de alguna manera, acabé de nuevo en su mirada mística y salvaje.

( 3 persona)

- Se podría decir.- coemtnó el joven Duque.

- Y eso os provoca algún tipo de felicidad?- preguntó Caitlin, de sopetón. La joven quería saber, por qué la gente deseaba tner tantas posiciones.

Dane se quedó sorprendido. Jamás le habían preguntado eso. Y aún menos una mujer. Fue una grata sorpresa.

Tal vez aquella joven, comenzara a agradarle por algo más que su belleza.

- Bueno, uno puede tener muchas cosas y ser feliz, pero uno también puede tener sólo amor y ser feliz. Las posesiones no te hacen más feliz o menos, eso depende de cada persona, si las amas, si las cuidas, si las disfrutas, entoces sí. - respondió sencillamente.

Highlands ( #PGP2020)Where stories live. Discover now