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-Hola ____. -la peliroja se acercó a nosotros.

-Creo que los dejaré solos, nos vemos después Javadd. -me levanté del banco y tome mi teléfono.

-No ____ yo te llevo a casa.

-Pero que caballero. -contestó la peliroja sarcásticamente, esto empezaba a incomodarme- Como te sientes ___? Te sigue doliendo la cabeza del golpe que te diste? -dijo tragándose una carcajada.

-Disculpa?...-arrugue mi frente molesta, está peliroja estaba empezando a colmar mi paciencia. Me acerque a la peliroja y ella hizo lo mismo en un modo intimidante.

-Que vas a hacer?...- me dijo a casi medio metro de distancia.

-Larisa!...-alzó la voz Javadd mirándola enojado.

Un dolor recorría todo mi cuerpo, de los pies a la cabeza. Caería al suelo si no fue por Javadd que me detuvo rápidamente, la música seguía y yo quería que parará, estaba viendo cómo Javadd le gritaba algo a Larisa, algo que no podía escuchar por qué el sonido de la música se hacía más fuerte y mi sentido auditivo empezaba a deteriorarse. Tape mis oídos con mis manos, un grito ahogado salió de mi boca y mis ojos se llenaban de lágrimas, el dolor de volvía más intenso, sentía como si estuvieran clavándome cuchillos por todo el cuerpo, estaba asustada, ya no podía sentir mi cuerpo, me desvanecía.

-Jamás vas a ser mejor que ella ni un poco. No sabes cómo me alegro que tú maldita hij...-.

-Cállate Larisa...-Javadd se levantó y tomo a la mujer del cuello apretándolo con fuerza y yo, bueno yo ya no podía ver nada.

...

Me estaba costando abrir los ojos, un olor a medicamento,enfermedad, y a perfume de hombre? Esperen...ese perfume se me hace conocido...es un olor exquisito a  sándalo,vainilla, manzanilla y...dios olía riquísimo, el olor se se apoderó de mí nariz. Traté de abrir los ojos pero no podía no podía y yo quería, ¿Quien usaba ese perfume?. Una mano suave y mucho más amplia que la mía tomaba mi mano sujetándola con fuerza, el dolor que sentía en mis músculos estaba disminuyendo y sentía una paz inexplicable, era... ¿Dios?, ¿Ya estaba en el cielo?, Si era así por qué no podía ver la luz blanca? Todo estaba oscuro, la mano dejo de sujetarme. Paso al rededor de 1 minuto y el olor se había esfumado, me sentía vacía y aun con un poco de dolor en el pecho, escuché pasos y sentí mis ojos menos pesados. Poco a poco abrí lentamente mis ojos recuperando la visibilidad en ambos, estaba en una cama de hospital, no no otra vez.

-_____. -una mano tatuada acariciaba mi antebrazo.

-Javadd...¿Que sucedió?. -lo miré.

-Nada ____ estabas soñando. -sonrió nervioso.

-Soñando?...esa peliroja me quería muerta? ¿Ella me estaba torturando?. -trate de soltarme.

-Tranquila ____ cuando salgas de acá hablaremos seriamente lo prometo, siéntate dulcesito. -me sonrió, tenía tiempo que no escuchaba ese apodo, el apodo que él solo conocía, se inclino y me acomodo mis almohadas, y ahí supe que no era él, su perfume era distinto era una esencia de limón,manzana y cedro.

-Tu acabas de llegar? -miré sus ojos brillantes directamente.

-Si... ¿Por qué?.-dijo algo confundido.

-Por nada. -dije viendo hacia la puerta. Entro de golpe un doctor, traía su formulario y atrás de él venía Damie.

-Señorita ¿ _____ Hamilton? -asentí- Está fuera de peligro, puede salir, le darán en recepción su receta, solo le di unos analgésicos por si el dolor de cuerpo vuelve, si empeora que esperemos no sea así regrese- esbozó una sonrisa y salió rápidamente de mi habitación.

Dulce o Truco   |H•S|  Where stories live. Discover now