La tierra conoce tu nombre

En başından başla
                                    

- Os conozco?- me preguntó.

- Eh, no, creo que no. - le contesté insegura.- Soy Aylin Bryant.

- Bryant.- respondió el a la vez que decía yo mi apellido. Le miré sorprendida.Él me sonrió y alargó su brazo.- Lord Ross, Akir.

Dudé antes de estrecharle la mano.

- Aylin Bryant.- respondí de nuevo.- encantada.

- El placer es mío. - dijo él. Era un hombre fornido, con una barba pelirrioja de varios meses. Su pelo, del mismo color, solo que manchado de tonos grises estaba recogido en una coleta. - Siento de verdad lo de vuestra familia. Vuestro padre y yo éramos grandes amigos.

Me quedé en el sitio, clavada.

Mi padre? Y él?

Algo se me escapaba.

- Vaya, no lo sabía. - comenté. Aquello le hizo sonreir.

- Sois igual que vuestro padre. - dijo con una sonrisa. En sus ojos había un extraño birllo de añoranza. De verdad parecía apreciar a mi padre.

- Gracias, supongo.

- Es un gran cumplido.- dijo él- Como amigo de tu padre, he deciros, que si en algún momento necesitáis algo, pedídmelo.

- Muchísimas gracias.

- La curiosidad me pica.- dijo él. - ¿ Cómo vos por aquí?

- Bueno.- dije con una sonrisa.- Me gustaría conocer la relación de mi padre con estas tierras y todos ustedes...

Akir pareció quedarse mudo. Parecía que escondía algo. O tal vez fue sólo impresión.

- Oh, interesante. Veo que vos

- LLamadme de tú, por favor.

- Akir, entonces para tí también, Ayla.

"Ayla."-

Cuánto tiempo sin que alguien me llamara así.

- Ve que tú tambiéneres curiosa.

- Sí lo soy.- dije con una tímida sonrisa.

- Ven, te acompañare a ver al Laird.- dijo adivinando mis intenciones.

- Gracias.

El Laird era un hombre terriblemente alto y fornido, que sin duda imponía respeto. Tenía una larga melena castaña cayéndole libremente por los hombros, surcados de cicatrices.

- Mi Laird, la hija de Bryant desea veros.

- Esperaba vuestra visita, joven Aylin.- dijo él levantándose. Miré a Akir sorprendida y él me dedicó una cálida sonrisa. - tranquila, no muerde a todos los ingleses. - me susurró, haciéndome sonreir.- os dejos, Laird.

- Está bien, gracias.

- Cómos sabéis mi nombre? dije cuando Akir cerró la puerta.

Él se rió y se acercó a mí.

- Conocía a tu padre, Aylin. Igual que te conozco a tí.

- Y, Y, cómo sabéis que iba a ...

- Si no lo supiera es que no soy digno de gobernar estas tierras. - comentó. - Puedes llamarme Laird Caran.

- Está bien. ¿Sabéis acaso a qué he venido?

- Oh no, no soy tan sabio, aunque me lo imagino...- dijo asomándose a la ventana. Al hacerlo, su espaza chocó contra el metal, provocando un chirriante ruido.- toma asiento, jovencita.

- Lo cierto es que prefiero estar de pie...

- Como quieras.- dijo, aún mirando por la ventanta.- ¿ En qué puedo ayudarte?

- ¿Qué relaciones tenéis, tenías con mi familia? No solo vos, sino todos. Por qué mi padre, hombre de la corte del rey, es amigo de vos, un Laird.

- Vaya, directa al grano.- rió él.- Rebelde? Es eso lo que ibais a decir? Rebelde no, patriota.-corrigió él con delicadeza.- ¿ A caso tenemos prohibido relacionarnos con los ingleses?

- No. Pero no suele ser, algo... común. - comenté.

- Eso es porque tu padre no era un hombre común. - dijo él.Aquello me gustó, muchísimo. Tenía razón, mi padre era un hombre extraordinario. Lo curioso era que ellos parecían haberse dado cuenta antes que yo.

- Lo sé.

-Él amaba esta tierra, él sabía apreciarla. Por eso nos llevábamos bien con él.

Lentamente asentí a sus palabras. Sabía que mi padre no era un gran seguidor de la represión contra Escocia, pero de ahí a hacerse íntimo amigo de los Escoceses había un largo trecho. ¿Qué se habían traido entre manos?  ¿A qué se debía ese gran respeto entre ellos?

- Sospecho que no os convenzco.- dijo él.

- Os creo, Laird Caran, simplemente, comprended, que me es extraño, toda esta misteriosa y estrecha relación on los Escoceses me fascina. Y algo me dice que hay algo más...

Él fornido Laird dibujó una media sonrisa en su rostro mientras jugaba con su pluma.

- Lady Aylin, me temo, que aún es demasiado pronto para que conozcaís tanto sobre vuestro padre y nosotros. - comentó, clavando en mí sus ojos negros glaciares. ¿Por qué tenía todos que hablar con aquel dichoso tono misterioso?

- Oh, ya, por mi seguridad.- dije sarcástica. Él sonrió de nuevo.

- Si ir más lejos. No me gustaría perder a la última Bryant que queda, lady Aylin. Anda con cuidado. No por mi, ni por mis hombres, nosotros jamás os dañaríamos, a menos que hiciesesi algo terrible, cosa que dudo, si no os conozco mal..

- ¿Cómo que si no os conozco mal? Jamás habéis hablado conmigo!

- Pero eso no significa que no me hayan hablado de tí.- sentenció él. - Además, con cada cosa que dices o haces, no haces sino corroborar lo que yo ya sabía o intuía.

- Vaya, curioso, aquí todos me conocéis pero yo no conozco a nadie.- dije cruzando mis brazos.

- Eso no es verdad. El joven A... James. Si no me equivoco, os habeís cruzado en varias ocasiones.- dijo con una sonrisita.- No estaís sola, no aquí.

- C-cómo...

- La tierra conoce tu mobre igual que conocía el de tu padre, Aylin. Él aquí tenía unos amigos, una familia, lo mismo para tí, joven. No tengas miedo de las Highlands, abrázalas, descúbrelas y entonces, sólo entonces comprenderas por qué tu padre y nosotros eramos grandes amigos. - dijo él. Con los ojos incrustados en mí. Por un segundo, me pareció ver el reflejo del bosque en sus ojos.

- Gracias, supongo.- comenté.- Os agradezco vuestro tiempo, Laird Caran. - dije encaminandome a la puerta.

- Confió en tí, Aylin. Igual que confié en tu padre.- murmuró. Me detuve ante la puerta.

- Os lo agradezco.

- Cuidado con los redcoats. COn algunos en especial.- me advirtió mientras abría la puerta.- La tierra conoce tu nombre Aylin, ahora deja que tú conozcas el suyo. Abre tu corazón. No temas a Escocia, Aylin. Teme a las personas, no a los lugares. .......Recuerda Aylin, la tierra conoce tu nombre.

Tras observar sus labios pronunciar aquellas 'místicas palabras' cerré la puerta etrás de mí.

" La tierra conoce tu nombre, igual que conocía el de mi padre."

¿Qué unía tan fuertemente a mi padre con Escocia?¿ Por qué nadie se atrevía a decírmelo?

Tal vez, como Caran había dicho, debía descubrirlo yo. Tal vez, el rpimer paso, fuera abrir mi corazón a esta tierra.

La pregunta era: ¿Debería?

Highlands ( #PGP2020)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin