Kimberly: Uh.. No, no realmente.

Jason: Sí, amo tu cabello, tus ojos, tu piel, tu boca...

Kimberly: Y yo te amo a ti completo... Buenas noches.

Jason: Buen día amor...

Jason: Te dejo esta para que inicies tu día: "En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, vive una aurora sonriente." Khalil Griban.

Kimberly: Esperanza...

Jason: Sí. Esperanza...

La mañana siguiente, no logré levantarme para mi primera clase a pesar de haber programado la alarma para que me despertara a tiempo para ella. Pero estoy bastante a tiempo para llegar al segundo periodo. La luz led de mi teléfono destella indicando que hay un mensaje. Al desbloquearlo, veo varias llamadas perdidas de Tommy y un mensaje.

Tommy: Estoy preocupado, ¿Dónde estás? ¿Sucede algo?, por favor, cuando leas este mensaje, márcame.

De inmediato, marco su número de teléfono y él contesta su celular en el segundo timbre.

—Kimberly —dice él del otro lado algo aliviado.

—Estoy bien, no te preocupes. Solo me quedé dormida, estoy algo cansada, anoche me acosté muy tarde.

—Menos mal que fue eso. Estoy feliz de escucharte bien —dice y puedo sentir su sonrisa por el auricular.

—No seas exagerado. No tengo ganas de ir al segundo periodo. Perdón por dejarte plantado hoy en la uni. ¿Me perdonas?

—Está bien, solo te perdono si me prometes que no faltarán esta noche a la fiesta de mi hermana.

—Promise ¿A qué hora debemos estar allí?

—A las siete empieza la fiesta, ya sabes con el desfile y todas esas cosas de niñas en los quince.

—¿Quince? ¿No son los dieciséis que se celebran en grande?

—Para mi mamá no —escucho alguna voz hablando del otro lado de la línea—. Kimberly, llegó el profesor. Hablamos luego.

—Está bien. Ten un bonito día —termino la llamada y retomo mi sesión de sueño.

Llegando las diez de la mañana salgo de mi cuarto y bajo hacia la cocina para buscar algo de jugo de naranja, mi estómago está vuelto un carnaval de tripas. Mamá está en la cocina preparando unos sándwiches, supongo que para mí, Kelvin y Ella, ya que las niñas están en la escuela.

—Buenos días mama —la abrazo desde atrás.

—Decidiste quedarte, ¿eh?

—Sí, una chica rebelde me hizo perder mi rutina de sueño.

—Ni me digas —ella sonríe. Voy hasta uno de los taburetes y me tomo despacio el jugo de naranja—. ¿Quieres venir con nosotros al instituto a llevar el certificado médico?

—Sería genial —digo después de un sorbo.

—Pues andando, después que te termines el sándwich, vístete de prisa, que tenemos que llegar antes de mediodía.

Después de mi desayuno, algo improvisado y una ducha relajante, nos vamos camino hasta el instituto de baloncesto, la extensión de Boston. Después de un corto viaje en coche, gracias al tránsito tranquilo, las cosas con el entrenador resultaron más comprensivas de lo que esperábamos, él cedió fácilmente a las dos semanas de descanso para Kelvin. Dice que le han hablado maravillas de él y que sería una lástima dejarlo fuera del entrenamiento de ese verano por algo que le puede suceder a cualquier jugador y él no está interesado en tronchar su carrera. Incluso, no fue necesario mostrarle la carta del doctor, ya que el mismo revisó su tobillo y vio el hematoma que tenía en él. Supongo que debe tener algo de experiencia al respecto.

Cuando salimos de allí súper contentos por la reacción del entrenador, le digo a mamá que necesito comprar un regalo para la hermana de Tommy, ya que iríamos a una fiesta esta noche en su honor. Como Kelvin no debe andar caminando en un centro comercial y estamos en la calle Boylston St. Store, nos detenemos en la tienda de Swarovski y allí opto por comprarle un collar en oro blanco con un dije en forma de corazón, elaborado con cristales rosas y unos pendientes a juego. En el camino a casa, recuerdo que debo invitar a Isa a la fiesta y hacer que venga cueste lo que cueste, así que aprovechando la hora del almuerzo le escribo un mensaje.

Kimberly: Cariño. Te necesito en mi casa esta tarde. Es importante.

Isabella: ¿En serio? Estamos a mitad de semana tengo deberes que hacer.

Kimberly: No me importa, tienes que venir. Hazlo por mí. Te necesito.

Isabella: ¿Sucede algo malo?

Kimberly: No gracias a Dios. Pero es importante que vengas.

Isabella; Entonces, ¿planeas que no vaya a clases mañana?

Kimberly: No, yo te llevo. Te lo prometo o si no te lleva un taxi. Pero di que sí.

Isabella: ¿Segura que me traerás?

Kimberly: Te lo prometo. Pero ven. Di que sí. Di que sí. Di que sí.

Isabella: No hagas eso que incluso escrito molesta.

Kimberly: ¿Entonces?

Isabella: Siiiii. Está bien.

Kimberly: Por eso es que te amo... Por cierto, trae ropa para una fiesta. Te espero a las tres en el tren. Muah...

Cierro la conversación y guardo el teléfono en mi bolsa.

A las tres en punto paso a recoger a Isa a la estación del tren y ella ya estaba allí para ese entonces. Ella sube al auto haciéndome miles de preguntas sobre de quién es la fiesta, porqué no le avisé antes, y quejándose de que no debió venir hasta aquí un miércoles escolar. Después de tranquilizarla un poco y decirle que no se preocupe por el hecho de que Tommy la quiera ver un poco. Ella está en silencio y no dice nada al respecto, solo asiente y mantiene el silencio.

A las cinco de la tarde empezamos a cambiarnos la ropa para la fiesta después del baño y le dejo un mensaje a Jason para avisarle que a las seis treinta saldremos de casa, del cual recibo una respuesta afirmativa.

Justo a las seis treinta Jason llega en un taxi y toca bocina para avisarnos que salgamos. Cuando entramos al auto Jason se queda con la boca literalmente abierta y dice:

—Gracias señor por conceder mi deseo de estar rodeado de lindas doncellas. Gracias —dice girando los ojos hacia el cielo y levantando sus manos.

Jason le indica la dirección al chófer y nos encaminamos hasta el vecindario de Tommy. El crepúsculo es visible por encima de los techos de las casas del vecindario, es una de las ventajas de tener una casa de solo un piso. Tommy nos indicó que siguiéramos la calle principal hasta el fondo y allí encontraríamos el local donde se celebrará la fiesta. A lo lejos diviso el local. La puerta está decorado con globos morados y blancos y unos cuantos globos rosas aleatorios. El taxi nos deja justo en frente de la puerta y nos desmontamos allí, Jason pasándole el pago e indicándole que conserve el cambio.

En la entrada nos recibe la madre de Tommy, quien está vestida de manera muy sofisticada. Tiene un vestido blanco que llega por debajo de sus rodillas y su pelo negro es largo y muy lacio. Nunca me había percatado de ello en las coletas con las que la había visto.

Jason la saluda de primero como su confidente al fin:

—Benditos los ojos que la ven. Está realmente hermosa esta noche.

—Oh, Jason, tú tan halagador. No es para tanto —ella lo abraza y él lo recibe teniendo que doblarse por la diferencia de estatura. Seguido la saludamos Isa y yo. Ella sigue con su misma efusividad a la hora de saludarnos a nosotras también.

Tommy está hablando con algunas personas y al divisarnos él se acerca hasta nosotros trotando.

—Es genial verlos aquí a todos —dice y saluda con un choque de manos a Jason y me da un beso en la mejilla a mí—. Estoy muy feliz de verte —dice dedicándole una mirada especial a Isa y ella con la timidez que la caracteriza cuando ella está alrededor de él, solo se sonroja y le da la mano para saludarlo. Sé que en su mente no se forma ninguna respuesta, pero estoy segura de que ella está feliz de verlo también, bueno, feliz no, pero sí total y completamente ansiosa de tenerlo cerca otra vez.

TRUST ME© El amor rompe todas las barreras.Where stories live. Discover now