Capítulo 33

110 5 0
                                    

La capacidad de las personas para hacer daño a los demás no conoce límites, hay cosas que son inexplicables, una de ellas es, ¿por qué Kyle quiso hacerle daño a Kelvin si él también está en el campamento de la NBA? Creo que carece un poco de sentido. Quizás sea desconfianza, falta de seguridad pero, si tú mismo no crees en ti ¿Quién más lo hará? Cada cual sabe qué tan lejos puede llegar, cada uno de nosotros conocemos nuestra capacidad, nuestras habilidades, si no estás seguro de ti mismo y tu corazón no es tan bueno como crees que es, tus inseguridades te llevan a hacer cosas como las que hizo Kyle.

—Eso no tiene sentido. ¿No se supone que él es otra estrella? —le digo a Jason. Sé cuál es la respuesta, no es envidia, es inseguridad. Él está mirando lo que sigue del video apoyando sus hombros en sus rodillas.

—Él sabe lo que hace, es bueno, realmente bueno. Pero State es mejor y sabe que si quedan para el mismo equipo en NBA la estrella de ese equipo será Kelvin y no él. Ese es su miedo.

—¿Pero, si hay dos talentos no pueden darle un talento a cada equipo y punto? —pregunto. Creo que es algo muy aleatorio porque todas las posibilidades existen, quizás terminen separados, quizás no.

—Eso es probable pero, los nuevos talentos son enviados a dos equipos específicos la mayoría de veces y en esta ocasión hay uno que realmente no está interesado en comprar nuevos jugadores.

—Ese patán —pienso en voz alta refiriéndome a Kyle—. Entonces, ¿crees que debemos mostrárselo a Kelvin?

—Pero por supuesto que sí —dice mientras se pone de pie y saca el DVD del reproductor—. ¿Dónde está él?

—Está en su habitación. Ven vamos a subir —le tomo su mano y subimos al segundo piso. Entramos al cuarto de Kelvin. Él está acostado en su cama rodeado de las chicas. Mamá está sentada en la parte baja de la cama, con el pie de Kelvin sobre su pierna, Kathie está junto a él acostada con su cabeza sobre su vientre y Kelly está en la silla junto al escritorio manipulando su celular.

—Kelvin. Tienes que ver esto —es como si una rabia se ha apoderado de mi cuerpo de un momento a otro. No me había sentido así, ni siquiera en el momento en que lo vi, hace unos minutos. Me dirijo hasta donde está el reproductor y le pido a mamá que prenda el televisor. Busco el control y reproduzco el video. Me siento en la cama justo al lado de Kathie y Jason se sienta en el sofá. Adelanto el video hasta el minuto 53.

—¿Qué pasa con el partido? No me digas que vienes a burlarte de mí —dice Kelvin con su voz dolida—. No quiero ver eso.

—Cállate. Deja de quejarte y mira —le digo sin mirarlo.

Nuestros ojos están pendientes del juego y estamos observando detenidamente cada movimiento. Llega la parte del video en la que Kyle está dejando caer casi imperceptiblemente el chorro de agua que en lugar de caer dentro de su boca, cae fuera de ella. Más adelante en el video, uno de los conserjes se acerca con el fin de secar la humedad que produjo el agua en la pista y este lo invita a retirarse. Lamentablemente no es posible escuchar lo que estos están hablando en ese momento. Pero el señor se aleja dejando el charco cerca de la entrada. Él fue muy astuto al acercarse sigilosamente hasta él y luego alejarse para darse un trago. Luego llamó a uno de los jugadores de su equipo para que hablará con Kelvin y así pasara por el mini río improvisado que había formado allí. Estaba descalzo por el descanso, si no lo hubiera estado, quizás estaríamos celebrando una victoria en algún lugar de Cambridge.

—Qué mal nacido. Pensé que había sido un accidente —dijo Kelvin. Veo como sus dientes están apretándose, sin embargo hay algo de dolor en su voz.

TRUST ME© El amor rompe todas las barreras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora