Capítulo 11

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—¿De qué hablas, mamá? —pregunta Tom con cara de confusión frustrada.

—¿No recuerdas? la niña rubia que era tu novia, cuando vivíamos en Los Angeles —le recuerda la mamá de Tom a su hijo.

—¿Maggie? ¿Los Angeles? Creo que tengo algunos recuerdos, pero no lo sé muy bien. Hace mucho que no visito Los Angeles —responde Tommy.

—Trabajé en la casa de los padres de Maggie y tú solías ir a visitar a menudo —le explica la mamá de Tom a Jason.

—Creo que recuerdo, pero no me acuerdo de usted —esboza Jason.

—Es que solo te veía de lejos —le responde la mamá de Tom a Jason con una sonrisa en su rostro.

—Ahora todo tiene sentido —dice Tom en voz baja.

—Pero jamás volviste después de ese año. De hecho, no volviste desde que Tommy y ella empezaron a salir. Se me hace que pusiste celoso porque no te prestaba mucha atención —dice ella—. Pero es tu prima, ella te iba a querer igual, solo que tenía que prestarle atención a su nuevo novio.

—Por supuesto, era su deber —responde Jason mientras sigue comiendo del pavo.

El resto de la cena él se mantiene en silencio al igual que todos, excepto la mamá de Tommy que continua haciendo historias. Al terminar la cena, Tom se levanta de la mesa junto a nosotros y nos dice:

—Qué lástima que tengan que irse tan temprano.

—¿Y ya se van? ¿Tan pronto? —una mirada triste se asoma en ojos de la madre de Tom.

—Sí. Tenemos algunos deberes que completar. Pero le prometo que volveremos, porque si el pavo le queda así, no quiero imaginar otras cosas. Fue un placer conocerla, Mich —dice Jason mientras sostiene su mano.

—Gracias, cariño. Fue un placer conocerte, eres el amor hecho persona.

—Gracias —él le da un beso en la mano.

—Cariño, cuida bien este caramelito, no andan así en todos lados —me guiña un ojo.

—Está bien. Y gracias por todo —le respondo.

Salimos del apartamento y al ver el auto, noto que le falta algo.

—¿Jason? —le digo algo confundida—. ¿Jason? —él me ignora porque está mirando algo en su celular.

—¿Qué sucede?

—Mira tu auto —Tom desde lejos grita:

—¡Mierda!

—Demonios se han robado los neumáticos —Jason se ha puesto del rojo más escarlata que jamás haya visto a una persona. Eso me asusta.

—¿Y qué se supone que hagamos ahora? —le pregunto.

—Llamemos a la policía —él agarra el teléfono y marca a la policía—. ¿Sí?— responde—. Ha habido un robo. Sí, aquí mismo. Se han robado mis neumáticos. ¿Cómo que no pueden hacer nada? ¿Ni siquiera van a investigar?... No, no hay ningún herido.

—¿Qué te dijeron? —pregunto.

—Dicen que hay casos más importantes, pero que este está en lista. Que es poco lo que se puede hacer porque hay miles de neumáticos iguales. Solo queda llamar un taxi e irnos.

—Lo siento mucho, no pensé que algo así sucediera —dice Tommy disculpándose.

—Está bien. No es tu culpa —Jason le responde con condescendencia mientras marca al servicio de taxi.

TRUST ME© El amor rompe todas las barreras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora