Capítulo 17

128 8 0
                                    

Las madres tienen ese increíble poder de saber todo acerca de sus hijos las cosas más insignificantes, como que tuviste una discusión con tu mejor amiga del Kinder Garden, hasta que terminaste con tu novio (el cuál se supone que tienes a escondidas). Es admirable pero, a la vez terrorífico ese don con que las enviaron. Estoy deshecha por el simple hecho de que ella esté destrozada por ocultarle la verdad, o más bien, mentirle. No entiendo, el sábado por la mañana cuando la llamé, ella estaba hablándome muy normal por el teléfono, a pesar de que preguntó si tenía algo que decirle. Y esta tarde cuando llegamos, nos saludó como de costumbre, con su "forever smile".

—Fui una tonta mami, perdóname —le digo mientras sigo en el abrazo.

—Lo único que no comprendo es porqué no tuviste la confianza de decirme lo que querías hacer. Siempre te he dado luz verde para que me digas las cosas libremente y sé que eres una chica grande y Jason también lo es.

—No quería que me sometieras al interrogatorio de "¿Estás lista?" "¿Estás segura que quieres dar ese paso?" "Las cosas van a cambiar" "¿Él te está presionando?" y todas esas preguntas que hacen las madres cuando le vas a contar algo así. No quería someterme a ese escrutinio —me sincero.

—Es cierto, te iba a preguntar muchas de esas preguntas, es lo que una madre debe hacer, pero al final de cuentas cuando me dijeras que sí lo querías hacer, yo simplemente te iba a apoyar y a llevarte al doctor. Era lo único que me tocaba hacer, porque lo demás no depende de mí.

—Lo sé y lo siento mucho, mamita. Te juro que iba a decírtelo, en serio. Quizás no hoy, ni mañana pero, lo iba a hacer. No me gusta verte así —la sostengo en un abrazo y aprieto su cabeza contra mí—. ¿Me perdonas?

—No. No te lo perdono, pero si trataré de no recordarlo. Solo contéstame algo, ¿Jason estuvo de acuerdo con todo eso? Es extraño de su parte.

—Jamás, él siempre quiso venir a pedirte permiso para irme con él. Simplemente lo amenacé y le dije que no lo hiciera.

—Lo sabía. Estás dañando ese niño. Eres mala influencia —sonríe después de varias horas sin verla haciéndolo. Eso me hace sentir muy tranquila.

—Solo un poquito —sonrío.

—¿A dónde fueron entonces? —pregunta ahora con un entusiasmo infantil.

—Hawaii. Es hermoso y hacía calor. Me encantó.

—Wow. Genial. ¿Qué hicieron?

—¿Aparte de lo evidente? Bueno, pues fuimos a la playa —me encojo de hombros.

—Sobre lo evidente. ¿Qué paso? —cuestiona.

—Nada fuera de lo común, supongo —digo desconcertada, siendo incapaz de hablar alegremente de lo que paso. El rubor sube hasta mis mejillas—. ¿En serio quieres saber?

—Realmente no mucho, solo algunos detalles. ¿Te gustó?

—Sí. —digo con mi voz baja y algo avergonzada.

—¿Fue romántico?

—Mucho —sigo con mi voz baja con el rumor incrementándose.

—¿Te dolió?

—Supongo. Solo un poco creo —ya ese es el límite de preguntas así que la detengo—. ¿Suficiente?

—Aún no. Falta lo más importante, ¿Se cuidaron?

—Sí.

—Menos mal. Aún soy joven para ser abuela —dice aliviada. Ella se acerca a mí y me acuna en sus brazos—. Así que ya mi niña no es mi niña después de todo ¿ah? —sonríe con nostalgia.

TRUST ME© El amor rompe todas las barreras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora