Capítulo 13

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El resto de la noche fue de total dulzura. Jason fue más comprensivo que nunca y jamás trató de retomar el tema o indagar más al respecto, lo que sí hizo fue hacerme reír el resto de la noche. Hicimos algo de cenar, waffles con nutella y fresas, es más como un desayuno, era lo más rico y lo único que teníamos a mano para preparar sin salir de allí. Ha sido un alivio para mí haber soltado todo lo pesado de mi cuerpo, es algo como si te quitaran un saco de patatas de tu espalda o una estaca clavada en tu corazón, como cuando te has herido con una espina y después de mucho rato logran sacártela y por fin, en mucho tiempo, te sientes sin ningún dolor ni problema encima. Tu corazón está feliz y libre de culpa. Pierdes el temor de ser abandonado, por razones que sabes que pudiste evitar y no lo hiciste.

Siempre es necesario usar la razón, porque muchas veces nuestro corazón se pone tonto, tan tonto que prefiere seguir viviendo una ilusión, por no enfrentarse a esa realidad que tememos, solo por la felicidad del momento, provoca una tristeza eterna, porque mientras más tarde destapamos la "enfermedad" mucho más difícil será la cura. Aunque la mayoría de las veces, la situación la ponemos más difícil de lo que es, cuando en verdad es un pequeña esponja, pero el tiempo la va aumentando de tal manera que se vuelve gigante y cuando llega el momento de explicarlo, no tenemos ni la manera de dónde empezar a hacerlo. No tener miedo es la clave, o no, más bien, es tener miedo, pero tener la fuerza, el valor para enfrentarlo, detenerlo y echarlo a un lado. Por miedo, han sido millones las cosas que hemos dejado de disfrutar, por el miedo no conocemos el mundo. Por miedo, no le hemos dicho te amo a esa persona que tenemos años observando, por miedo, esa persona tampoco ha sido capaz de decírtelo a ti. La clave está en no posponer para siempre las cosas, todo está en hacerlo hoy, no importa lo que suceda, solo te quedas con la satisfacción de haberte vencido a ti mismo y haberte enfrentado a ese tú que no te deja conocer el mundo.

—Ma, ¿Puedo ir con Isa a Miami el finde? —le pregunto nerviosa.

—¿En serio? — dice sorprendida.

—Sí. Pero no te preocupes, será a un hotel, un resort. No iremos por el vecindario.

—¿Hay que ir tan lejos para ir a la playa? —pregunta—. No quiero que vuelvas allí.

—Mami. No pasará nada. Quiero tomar sol, pase lo que pase, siempre querré mi pedacito de tierra.

—No lo sé hija —dice.

—Piénsalo y me dices

—Está bien. Lo haré.

—Te amo —le doy un beso en la mejilla.

—Yo también, bebé.

Subo hasta mi habitación para contarle todo el plan a Isabella.

—Isa, tienes que ayudarme.

—¿De qué hablas? ¿Tenemos que asesinar a alguien? —pregunta—. No me digas que quieres que le vaya a contar a Jason yo y no tú, porque conmigo ni cuentes para eso.

—No por Dios, claro que no. Ya le conté —le digo.

—¿Qué dijo? —pregunta con seriedad.

—Nada. Lloró, y me dijo que no pensará que las cosas siempre son así, que esos tipos son unos desgraciados, también dijo algo muy bonito en cuanto la virginidad, es como si te han violado, no quiere decir que dejes de ser virgen, la virginidad se va cuando tú decides entregarla —le digo.

—Eso es muy tonto. La frustración es más grande que cualquier cosa.

—Eso lo dices porque no te has enamorado —le respondo.

TRUST ME© El amor rompe todas las barreras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora