—Deberías venirte a vivir con nosotras —hago pucheros.

—Ya quisiera, pero mi papá prefiere que viva en el campus, antes que venir de "mantenida" a tu casa, ya sabes como es.

—Como quiera nos vamos a poder ver muchos días a la semana e ir a comer juntas.

—¡Fiesta! —dice levantando sus manos.

Son las 12:30 de la noche. Isabella decide irse a dormir, el viaje en avión ha sido largo e incómodo.

—Duerme bien, Isa. No te preocupes por mí, tu cama es mi cama, mi cuarto es tu cuarto, así que siéntete libre para hacer lo que tengas que hacer.

—Ya lo sé, tonta. Adiós, estoy cansada, voy a dormirme —dice mientras se cubre de pies a cabeza con la cobija.

Tomo el celular y decide responderle el mensaje a Jason. Espero que esté despierto.

Kimberly: Entiendo. Pero esta no son cosas que me gustarían discutir por chat o por teléfono. Mañana es sábado. Bueno, ya es sábado. Si quieres podemos hablar sobre TODO, en la tarde. Buenas Noches.

Jason: Te veo en la tarde entonces. Te amo princesa. Duerme bien.

—Despierta, bella durmiente —remuevo mi mano en el hombro de Isa para despertarla.

—Despierta, Isabella —le doy un almohadazo la espalda.

—No me jodas, Kimberly —dice ella entre dientes con los ojos aún cerrados.

—Levántate vamos a darnos un chapuzón en la piscina. Son las 9:00 de la mañana.

Abro las cortinas para ver si los hermosos rayos del sol la despiertan un poco.

—Está bien. Solo dame cinco minutos más —dice.

Me visto con un traje de baño a rayas, con colores azul, blanco y rojo en estilo strapless. Bajo a la cocina y le digo muy amablemente a mi madre, después de darle un megabeso de buenos días, si nos puede llevar el desayuno hasta el comedor de afuera.

—Claro. Ayúdame con esto. Ponlo en el comedor de afuera, anda —dice pasándome un plato de pancakes. Le hago un puchero y camino hasta el patio de la casa.

Cuando mi mamá está trayendo la jarra de jugo, Isa va llegando con su traje de baño puesto y listo para mojarse. Es entero amarrado por encima del cuello color turquesa.

—Buenos días, preciosa —dice mi madre, mientras se acerca y le da un beso en el pelo.

—Buenos días, mami —le sonríe Isabella—. ¡Oh, por Dios!, esto luce delicioso, dice tomando un trozo de pan del plato.

—Dedicado para ti. Las voy a dejar para que sigan con su tiempo de chicas.

Duramos casi una hora, hablando de todo lo que ha acontecido en Miami desde que me fui y chismorreando un poco de las chicas de la escuela, porque una chica que no comente sobre las demás, está un poco en duda que lo sea. Un rato después nos lanzamos a la piscina y nos damos un gran chapuzón desde el trampolín. Al escuchar el agua, Katie con un traje de baño color rosa enterizo, con unos huecos que dejan ver la cintura y una estrella en el centro.

—¿Puedo lanzarme? —ella grita por encima del ruido del agua.

—Si —grita Isa en respuesta, solo hazlo despacio y lánzate a mis brazos.

Isabella se puso un poquito lejos de la orilla y Katie se lanza a sus brazos, cayendo exitosamente.

—Espero que mamá no haya visto esto —sonríe.

Seguimos bañándonos y jugando con Kathie. De un momento a otro escucho el sonido de un auto llegar a casa. No sé por qué, pero estoy segura que es él. Escucho su voz desde lejos, pero sigo normal viendo como Isa y Katie siguen jugando con la pelota. Los pasos se van acercando cada vez más a la puerta que da a la alberca, y veo como Jason llega hablando animadamente con mi madre y sonriendo, quien sabe por qué razón.

Él viene vestido con un short azul oscuro, una camiseta blanca con cuello y una gorra del mismo color de sus shorts con la palabra en rojo "Red Sox", el equipo de Béisbol de Boston.

—¡Jason! —grita Katie, mientras sube por las escaleras de la piscina.

—Sécate primero —le grito. Ella toma la toalla y se la pone por encima. Jason la sujeta y la carga.

—Hola, cariño. ¿Así que te estabas divirtiéndote sin mí? —le sonríe, con esa sonrisa que solo él puede dar.

Isabella va secándose al igual que yo para ir a saludarlo. Me siento realmente incómoda. Siento un nudo en mi estómago y estoy algo desorientada. No pueden ser nervios.

—Jason, ¿Qué haces aquí? —le pregunto con mi voz extrañamente baja. Él me mira de arriba a abajo, haciendo un escaneo un tanto minucioso de mi vestuario.

—Primero, buenos días, mi amor —me da un breve beso en los labios el cual no respondo—. Tu hermosa madre, mi suegra, me invito a comer esta mañana y no podía negarme.

—Ya entiendo.

—Pero si te molesta, puedo decirle que me sirva la comida en el baño, así no tendrás que verme.

—No seas ridículo, Jason. Ven a presentarte a mi amiga —lo tomo de la mano y lo conduzco hasta los chair lounge.

—Isabella, él es Jason. Jason ella es Isa mi "Best Friend Forever".

—Dios mío, no entiendo porque no nací en la ciudad del sol, ya entiendo porque está tan iluminada. Mucho gusto Isabella —dice sonriendo y dándole un beso en la mano

—No inventes Jason. Al fin se me dio conocerte, me han hablado mucho de ti.

—Espero que bien, ¿Cierto?

—Demasiado diría yo.

Isabella se lanza de nuevo a la alberca de un chapuzón, salpicándonos.

—¿Querías hablar conmigo? No me gusta estar así contigo mi amor.

—¿Así cómo? —me hago la desentendida.

—Distante, ausente, molesta.

—Sí, vamos a hablar, pero no ahora, estamos aquí y para hablar tenemos que ir a otro lado, te dije que vinieras en la tarde, y te apareciste aquí a media mañana.

—¿Y qué me tienes que decir? —pregunta un poco curioso.

—Todo. Creo que es hora de sincerarse.

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TRUST ME© El amor rompe todas las barreras.Where stories live. Discover now