Detente

819 80 27
                                    

•Narra Angelo•

—Cuéntame—dije sentándome al lado de Louisa en las gradas frente a la cancha de futbol. Ella no quería perderse clases así que cuando sonó el timbre de salida fui por ella hasta su salón y la conduje hasta aquí. A esta hora no hay nadie así que pensé que sería buena idea.
—No... Quiero hablar—dijo viendo hacia los edificios de salones.
—Bueno, como quieras—dije y me acomodé de tal manera que quedé recostado en la grada. Saqué mi cajetilla y tomé un cigarrillo. Le ofrecí uno.
—No fumo—dijo seria tomando su mochila—. Y tú tampoco deberías hacerlo.
—¿Mi madre te dijo que me dijeras eso?—dije sonriendo encendiendo el cigarrillo.
Negó. No estaba de humor para bromas.
—Lo siento—solté el humo—. Vamos Louisa, desahógate.
Se quedó un momento en silencio respirando hondo, siguiendo su propio consejo que me daba siempre que me ponía furioso o estaba harto de los problemas en mi vida. Después vi como una lágrima recorría su mejilla. La limpió rápidamente y con una respiración fuerte y profunda levantó la vista.
—Siempre me obligó a hacer sus trabajos amenizándome con que me haría algo de lo que me arrepentiría. Pero últimamente he tenido tantos trabajos y combinados con los suyos era excesivo. Así que deje de hacerlos y él dejó de pedírmelos. Creí que se había terminado, que ya no me molestaría pero hoy cuando fui por mi libreta que había olvidado... Pues... Tú viste lo que sucedió.
—Pero ¿por qué no le dijiste a nadie?
—Me tenía amenazada. Él y sus idiotas amigos.
—Bueno pero Jason ya fue expulsado y de seguro tendrán vigilados a los otros. No te preocupes.
Se encogió de hombros, se frotó los brazos por el frío que estaba haciendo y se puso la mochila en los hombros.
—Gracias por golpearlo—dijo poniéndose de pie—. Y por escucharme.
—No hay problema—me puse de pie yo también—. ¿Ya estamos bien?
Asintió con una media sonrisa.
—Claro. Engreído.
—Excelente neurótica.
Sonrió y con un movimiento de cabeza se despidió y bajó las gradas a saltos. Me quedé viéndola mientras terminaba mi cigarrillo. Cuando ya estaba en la última grada volteó a verme.
—Podrías... No comentarle nada a Melody, ni a mi madre. A nadie... Por favor.
—Esta bien. No te preocupes.
Asintió aliviada. Se dispuso a bajar pero volteó de nuevo, esta vez con una sonrisa y eso me hizo sonreír.
—¿Estabas viendo mi trasero?
—Jajajaja claro que no.
Frunció el ceño y me indicó con un gesto que me estaba vigilando.
—Ya quisieras.
Levantó el dedo medio y se fue. Me reí y me quedé otro rato recostado en las gradas.

—¡Angelo!—me levanté y vi a Melody viéndome con los brazos en la cintura—. ¿Podemos irnos ya?
—No—dije recostándome de nuevo.
—¡Angelo! Vámonos.
—Que genio—dije poniéndome de pie y tomando mi mochila—. ¡Atrápala!
Le aventé mi mochila y ella la esquivó.
—¿Estás loco o que te pasa? ¡Vámonos! Llevo horas buscándote.
—Si estoy loco—dije brincando desde la cuarta grada—. De amor—lo último lo dije más para mí mismo que para Melody.

•Narra Adele•

Nos sentamos en la sala. Simon me dio un tulipán amarillo. Sabe que son mis flores favoritas. Lo tomé y lo puse en la mesa. No quería actuar gentil con él, estaba realmente enojada, estoy realmente enojada. Simon respiró hondo entre nervioso y pensativo y después me vio a los ojos. Yo volví a ser aquella Adele del mal carácter. Con gesto inmutable le sostuve la mirada, después volteé a ver mi reloj.
—Simon, ¿vas a decir algo? Porque si no, tengo que irme a la cita con el doctor—dije enojada.
—¿Tienes cita con el doctor?
—Para quitarme las puntadas.
—¿No quieres que te lleve?
—Me llevara Peter. ¿Vas a decir algo o no?
—Si si.
Se acomodó en el sillón.
—Quiero pedirte disculpas—se detuvo y después de respirar hondo continuó—. Porque sé que he sido un tonto y que he cometido muchos errores. Lo lamento en serio y si quieres golpearme lo acepto. Frank me golpeó de hecho y... Bueno. Solo quería decirte que he pensado en este tiempo que estuve lejos en lo que pasa entre nosotros y...
—¿Qué pasa entre nosotros Simon?—lo interrumpí.
—Bueno...—dijo nervioso.
—Nada. No pasa absolutamente nada. Más bien pregúntate qué pasa entre tu trabajo y tú. Porque es la única relación que has tenido en estos últimos años.
—Lo sé. Lo he reflexionado y he caído en la cuenta de que soy un completo imbécil.
—Si si lo eres. Y mi esposo, mi Simon no era un imbécil—hace años que no escuchaba este tono de voz en mi. Hasta yo me sorprendí.
—Yo... No sé porque, bueno más bien, si se porque cambié. Me sentí aterrado de no ser lo suficientemente bueno para ti.
—Lo cual es estupido Simon porque tenemos tanto tiempo juntos que ya deberías saberlo.
—Si...
—Deberías saber que yo lo único que quiero es tu amor. Y fue lo único que no tuve—no me iba a poner a llorar. Volteé a ver el reloj y justo en ese momento entró Peter.
—Tu cita es un quince minutos—dijo viéndonos a ambos.
—Si... Lo sé—me puse de pie y tomé mi abrigo. Simon también se puso de pie.
—Espera Adele terminemos de hablar...
—Te dije que tenía que ser rápido—dije poniéndome mi abrigo—. Adiós Simon.
Peter me dio la mano y con todas mis fuerzas caminé lo más rápido que pude para poder llorar sin que Simon me viera. Pero corrió y se puso frente a la puerta.
—Dame una oportunidad de demostrarte que te amo, que estoy arrepentido y que no quiero que nuestros dieciséis años de casados se vayan a la basura por una pelea.
—No ha sido solo una pelea Simon—si sigo aguantando mis lagrimas voy a explotar.
—Solo una oportunidad—dijo viéndome directamente a los ojos.
—Simon...—ya no pude más. Sin embargo no abandoné mi tono de voz—. Me duele muchísimo la cabeza y me urge que me quiten esto. Por favor hazte a un lado.
Se quitó del camino. Peter abrió la puerta y me condujo hasta la camioneta. Me puse los lentes de sol y me subí al asiento trasero. Antes de cerrar la puerta Simon se acercó.
—Te voy a recuperar. Aunque sea lo último que haga Adele.
Cerré la puerta sin decir nada más y le pedí a Peter que arrancara. No había mentido, me dolía horrible la cabeza pero eso no era nada comparado al dolor de mi corazón.

Then and now... And always Where stories live. Discover now