"Mami:

Tengo muchas lágrimas en mis ojos y mucha fe en que vas a salir de esto. Tengo que confesarte que he leído tu libreta verde y que sé lo del accidente, espero que no te molestes porque lo leí sin tu permiso, perdón perdón perdón. Pero esto me ha demostrado que eres aún más fuerte y admirable de lo que yo creí. Eres mi ejemplo a seguir, mi mejor amiga, mi mamá. La única que en verdad me entiende, que confía en mí y que me apoya incondicionalmente eres tú y por todas estas razones no puedo estar un momento más sin saber qué pasa. Sin ti no puedo mamá. Te necesito, te necesito demasiado, por favor, se fuerte porque me siento tan sola sin ti. Mami, lucha. Cuando leas esto confío en que estarás mejor pero quiero decirte que no te des por vencida ni que te dejes vencer por nadie como una vez me dijiste hace mucho. Eres la mejor del mundo y sin ti yo no sé que haría.

Te adoro
Mely"

Abracé ambas cartas. Mis hijos, mis amores.
Me quedé casi toda la noche pensando en ellos y en Simon. En mi vida. Viendo fijamente la lámpara apagada en el techo tomé una decisión. No sé si es lo correcto pero espero que sirva de algo. Tiempo, lo que se necesita es tiempo.
Me quedé dormida con esa idea en la mente.

*Horas antes*

•Narra Melody•

—Louisa...
—No te permito que te pongas esa sudadera holgada. Es horrible.
—Louisa—tenía el teléfono entre mi oreja y mi hombro.
—Tienes que ponerte algo que te abrigue, obvio, vas a una pista de hielo, el hielo es frío, hace frío...
—Lo...
—Pero no te vayas a poner una chamarra de esquiador tampoco. Te quitaría tu figura de bailarina y casi te puedo asegurar que a ese chico guapo no le pasa desapercibido ese cuerpo que tienes, señorita pechos abundantes y cinturita de barbie.
—¡Louisa!
—Yo soy una tabla querida. Tal vez es por eso que el tal Chad con el que sali hace unos meses me dejó. Ah, y no olvidemos que también tienes pompis por aquello del ballet y eso...
—¡Louisa! ¿Podrías explicarme en qué momento está conversación se convirtió en una discusión sobre mi cuerpo? Se supone que le ayudarías a elegir que ponerme.
—Bueno bueno, ya te dije que no te pongas. Oh pero tampoco muestres mucho porque, pues, hará frío y no queremos que el tal Theo mal interprete tus intenciones. No quiero que vengas a decirme que ese tipo te...
—Louisa te voy a colgar.
—Tranquila tranquila. Mejor llámame por video llamada para ver lo que elegiste.
—Okay espera un segundo—le colgué y la llamé por video llamada. Puse el celular recargado en mi caja de pañuelos y volteé la cámara para que no me viera en ropa interior.
—¿Lista?—dijo Louisa. Estaba tan cerca de la cámara que casi podía ver el interior de sus fosas nasales.
—Espera—saqué la ropa del armario y la puse sobre mi cama.
—¿Quieres presumirme tus atributos mostrándote en ropa interior por video llamada?—se quitó los lentes y se recargó en su silla.
—¿Qué?—dije espantada. Me acerqué al celular y tapé la cámara.
—Te puedo ver por el espejo querida—soltó su risa gangosa que me hizo ruborizarme aún más.
—Dios mío Louisa no me estás ayudando—me puse mi bata y tomé el celular—. Estoy muy nerviosa y tú te pones a burlarte de mí.
—Lo lamento lo lamento. Oye pero no te pongas nerviosa. ¡Ponte feliz! Saldrás con el masculino Theo musculoso y guapo.
—Sabes porque estoy nerviosa—enfoqué la cámara hacia la ropa en la cama—. ¿Cuál?
—En verdad no sé porque estás nerviosa. ¡Uh! Me encanta la blusa beige.
Separé la blusa y enfoqué los pantalones.
—No me hagas decirlo porque bien lo sabes.
—Los pantalones holgados. ¿Por qué? O sea, todos se ponen nerviosos para una cita pero...
—Nunca he tenido una cita Louisa.
—Ay claro que no. Recuerdas aquella vez que fuimos por un helado con...
—Esa era tu cita y yo era el mal tercio.
—Bueno... Pero, recuerdas...
—No recuerdo nada porque no he tenido ninguna cita Louisa.
—Mmmm... ¡Si! Si la tuviste. Con Fred.
—Jajajaja Fred solo me invitó un refresco en la escuela para saber cuando iba a salir el nuevo disco de mi madre. Y si, puede que este guapo pero es un tonto.
—Sip, es cierto.
—Y Theo es muy guapo y muy lindo—dije recordando el abrazo que me dio bajo aquel toldo en la calle.
—Espero que no sea de esos tontos guapos amables y luego estupidos.
—Me das muchos ánimos amiga.
—Perdóname perdóname. El cálculo integral me está absorbiendo.
—Y si mejor... Me quedo a hacer tarea contigo por video llamada.
—No lo creo. Cuando termines de vestirte me muertas el resultado.
Me vestí, me puse unas botas negras cortas y de tacón bajo y me vi al espejo. Me encantó el resultado de la combinación de Louisa y orgullosa tomé el celular y lo enfoqué al espejo.
—¡Wooow!—dijo Louisa—. Ahora... Mete la blusa debajo del pantalón solo un poco.
La obedecí.
—¿No tienes un cinto?
Fui en busca de uno y me lo puse.
—Rayos, debería olvidar mi sueño de la arquitectura e irme a diseño de modas.
—En serio Louisa, es hermoso—dije emocionada.
Justo en eso me llegó un mensaje de Theo diciéndome que ya estaba afuera del fraccionamiento.
—¡Ya llegó!—dije nerviosa de nuevo.
—Pues vete—dijo haciendo un ademán con la mano—. Mucha suerte amiga mía.
—Gracias Lou.
—De nada querida. Quiero que me llames cuando hayas llegado ¿Okay?
—Si claro. Bye—me mandó un beso antes de colgar.
Tomé mi bolso con las manos temblorosas y antes de salir regresé a mi habitación y tomé la chaqueta y me la puse.
Saliendo del fraccionamiento lo vi de pie al lado de su coche con los brazos cruzados y viendo hacia el cielo. Bajó la vista, me vio y sonrió y automáticamente me sonrojé.
—Wow—dijo sonriendo.
—Hola—le dije sonriendo también.
—Me encanta tu chaqueta—me dio un beso en la mejilla y abrió la puerta para que subiera.
—¿Será porque es tuya?—dije intentando hacerme la interesante o la inteligente pero cuando estaba subiendo me golpeé el tobillo y decidí dejar de fingir. Gracias a dios que no se dio cuenta.
Tomé una gran bocanada de aire antes de que subiera él al auto. Su colonia impregnaba el ambiente.
—Muy bien, vámonos—arrancó.

Then and now... And always Where stories live. Discover now