take 11

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Dos meses habían pasado y todo iba perfecto, los amigos de la ojiverde se habían fácilmente adaptado a la presencia de Camila y cabe destacar que les agradaba mucho. Por otro lado, la morena, estaba muy feliz con su nueva vida, le encantaba y estaba agradecida. El único problema, era que Camila ya no soportaba tener que esconderle sus sentimientos a Lauren, quería decírselo, pero tenía miedo, miedo de que Lauren no le creyera.

Había soñado el timbre que anunciaba el receso cuándo todos salieron casi corriendo fuera de las aulas. Se dirigían al cafetín. Siempre podías ver a personas divididas en sus grupos, todos sentados en sus sillas conviviendo con sus compañeros de clase, sus amigos. Grupos regados y dividos. Antes Camila solía estar siempre en el mismo puesto, en la misma mesa. "La mesa de los populares". Era tan estúpido cómo la sociedad era tan estereotipada. Era tan idiota que la gente tuviera esa mente tan mediocre en dónde el dinero definía tu puesto en la sociedad. Aquéllos, "populares" eran nada más y nada menos un montón de idiotas superficiales que se creían el centro de la tierra cuando claramente no eran nada y Camila aún recordaba cuándo era parte de ellos. Ella suspiró al observarlos intimidar a una chica del grupo de teatro y se odio mentalmente por algunos minutos recordando que una vez ella fue parte de esa mierda.

—¿Camzi? —Sintió una calidez enorme cuándo Lauren puso su mano sobre la suya—¿Qué pasa? —Camila sintió su corazón acelerarse.

Y-yo... Y-yo- —Tartamudeó totalmente nerviosa. Sentía su estómago revolverse con un simple contacto de la pelinegra.

—¿T-tú los extrañas? —Preguntó con una mueca de dolor en su rostro.

Lauren no quisiera por nada del mundo perder a esta Camila. Aquélla morenita se había vuelto una prioridad en su vida. La necesitaba cada día. Y no podía permitir que ella se fuera con ellos. Camila había crecido muchísimo como persona estos últimos dos meses y no quería perder eso, no quería que se echara a perder. Que volviera a ser esa persona mala que era antes.

—¡No! No digas eso, Lauren. Jamás querría volver a ellos. —Dijo con seguridad y Lauren le sonrió orgullosa—Me duele pensar que yo fui parte de eso. —Bajó la mirada.

Lauren se arrimó a ella en su silla y la abrazó por los hombros pegándola a ella y besando lo alto de su cabeza. Sus amigos observaban sonrientes, ellos sabían que estas dos tarde o temprano terminarían en una hermosa relación. Cada vez que Lauren y Camila se miraban a los ojos, energías chocaban, había una especie de sensación, una extraña y fuerte química y todos los que las rodeaban lo sentían. Sentían aquella energía, aquella química. Sabían, que estaban hechas la una, para la otra.

—Eres una persona nueva ahora, Camila. El pasado, es sólo eso. Pasado. —La morena sonrió suavemente.

—Siempre estás para mi, Lolo. —Lauren sonrió ampliamente por el nuevo apodo.

—¿Lolo? —Camila se sonrojó con fuerzas.

—¿N-no te gusta? T-te queda lindo. —Lauren se sonrojó.

—De cualquier forma en la que tú me digas me gusta. Me gusta Lolo. —Camila sonrió y sus ojos sintieron con ella. Lauren imitó su acción y se escuchó de repente canturreos en la mesa.

—Awww, pero que lindas las camren, Lolo. —Dinah se burló y todos se rieron. Lauren frunció el ceño y metió su mano en su vaso tomando un hielo y pagándoselo en la frente.

—Calla, pequeña diabólica. —Dinah iba a responder, pero la llegada repentina de una chica rubia, llamada Cece Fray interrumpió.

—Laur. —Saludó con coquetería y Lauren sonrió. La morena apretó sus puños bajo la mesa.

Thousand Hands (camren)Where stories live. Discover now