take 10

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Cuando Lauren tenía diez años, sus prioridades siempre fueron, sus hermanos y sus papás. Ella siempre fue el tipo de persona que confiaba mucho en sí misma y la verdad era, que Lauren no tenía miedo. Ella nunca había tenido mie o de nada, siempre fue la mujer de la casa después de su madre. Su padre, era un hombre muy trabajador, dueño de empresa y normalmente siempre tenía que salir de viaje y dejar la casa sola, entonces, Lauren cuidaba de su madre y hermanos. Pero a pesar de que Michael viajara tanto, cada que regresaba, siempre estaba con una gran sonrisa siendo recibido por sus hijos y con mucho amor para dar.

Los Jauregui, eran una familia muy feliz.

Eran...

Pues todo cambió en una noche de cena en las afueras de la ciudad, en dónde Michael y Clara se encontraban, pasando una linda noche en pareja. Noche que se convirtió en una tragedia cuándo una persona que hasta el sol de hoy se desconoce llegó con una MP5 y disparó a los Jauregui's un montón de veces hasta terminar con una tira de balas. Y adivinen quién tuvo que ir a reconocer los cuerpos...

Lauren.

La ojiverde, que en ese entonces, tenía dieciocho años, quedó traumatizada de por vida. Muchos dirían que cambió desde ese entonces, pero en realidad, Lauren tuvo que ser fuerte. Ella no pudo deprimirse, ella tuvo que seguir adelante. Pues quedó a cargo de sus dos hermanitos, Chris de dos años y Taylor de tres. Ella tuvo que ser más que una hermana para ellos. Lauren no tuvo la necesidad de trabajar debido a que todo fue heredado por ella y realmente Michael era millonario. De paso, que en el testamento de los padres de la ojiverde, se indicó que al cumplir veintitres años, Lauren tomaría el control de la empresa.

Niñeras.
Guarderías.
Cuidados.
Seguros.

Lauren tuvo que hacerse cargo de todo eso por sus dos pequeños niños, todo para poder tener tiempo para la universidad, ellos no podían quedarse solos y Lauren debía de estudiar. Pues si algo su madre le decía cada día, era que estudiara, que nunca se diera por vencida en sus estudios pasara lo que pasara. Y Lauren había prometido eso a sus padres desde pequeña. tuvo que contratar muchos servicios para que sus hermanos vivieran bien y cuidaran de ellos. Ahora, tres años después la muerte de sus padres, los niños habían crecido un poco y eso facilitaba un poco las cosas para Lauren quien se preparaba cada vez más para heredar la empresa de su padre.

De igual manera, teniendo todo el dinero posible, nada podría curar aquél dolor de esa pérdida. La chica, casi nunca tenía descanso, no tenía tiempo para ella, pero no se quejaba. Sus hermanos, eran su vida. Y la Lauren, tenía un corazón muy noble y maduro.

Lauren caminaba alegremente ese día por los pasillos cuándo sintió su corazón acelerarse al ver a Camila tratando fallidamente de abrir su casillero. Sonrió de forma encantadora y se fue acercando a ella, soltó una pequeña risa cuando vio a la menor pegar su frente de casillero en forma de frustración. Entonces, se paró detrás de ella y haciéndole un pequeño truco a la taquilla logró abrirla, dejando a Camila boquiabierta, quien se giró para ver a su salvación. Al ver que la que le abrió el casillero fue Lauren sonrió ampliamente con un color carmesí en sus mejillas.

—G-gracias. —La mayor sonrió suavemente.
—De nada... —Le contestó y la menor se acercó un poco más a ella, aunque prácticamente estaba acorralada contra Lauren y el casillero.

—Y-yo... Yo aveces no sé cómo abrirlo, el simplemente se atasca y, sólo se atasca. —Explicó nerviosa por los ojos intensos sobre ella.

—Cada vez que necesites ayuda, sólo dímelo. —Lauren respondió justo en el momento en el que sonó el timbre y Camila asintió sonriente. Lo que no se esperaba era que la mayor se inclinara hacia ella y acariciara su mejilla con un suave beso, haciendo a la menor cerrar sus ojos—Te veré después de clases. —Se despidió Lauren con una sonrisa y Camila salió de su trance abriendo lentamente los ojos con sus mejillas ardiendo.

Thousand Hands (camren)Where stories live. Discover now