Al día siguiente nos reunimos en la capilla del pueblo mi madre, amigos que se había hecho mi padre en su tiempo aquí, y yo para despedirnos de él.
Mi madre llora desconsolada a mi lado y no puedo hacer otra cosa que abrazarla. Quisiera que todo esto fuera solo una pesadilla de la que despertaré en cualquier momento y estaré dormida en la cama de Rubén, con sus brazos rodeándome y su respiración tranquila en mi nuca.
La iglesia está llena de flores y de personas. No sabía que conociera tanta gente aquí.
Los dueños del café donde fui cuando llegué aquí son los primeros en soltar un discurso agradeciendo todo su apoyo y amistad.
Mamá se ve destrozada y más aun sin maquillaje. Y cuando por fin puede controlar su tristeza para hablar, sus palabras son tan nostálgicas y llenas de amor que logró sacarle varias lagrimas a varias personas aquí presentes.
Menos a mí.
(...)
-¿Por qué no esta Tessa y Rubén aquí contigo? – me preguntó mi madre cuando terminó la ceremonia y esperábamos que los invitados terminaran de despedirse para irse a sus casas
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El nombrar a esas dos personas tan amadas por mí me recordó el hueco en mi pecho que intentaba olvidar, pero siempre estaba ahí.
No respondí y miré un punto imaginario muy fijamente.
-¿Ellos saben lo de tu padre...? – sollozó
Negué con la cabeza.
-Rubén es tu novio, deberías decirle.... Estoy segura que te hace mucha falta en estos momentos hija... - me miró y al ver que no pensaba continuar su charla, siguió hablando - Te irás conmigo mañana a Madrid supongo...
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-No mamá... - murmuré
-Tiffanía no puedes quedarte aquí, te hace mal...
-No me iré de aquí.. no puedo volver
-¿Qué..?
-Necesito estar un tiempo en este lugar mamá, por favor... volveré cuando esté lista
