Incomodo

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Rubén:

Abrí la doble puerta que estaba en el salón y que daba a la parte trasera de la casa para tomar un poco de aire fresco, el sol estaba en la mitad y no pegaba tan fuerte como suele hacerlo siempre que voy a la playa a esta hora.

Recordé las vacaciones de hace unos años, estábamos mamá, el padrino, mi hermana y yo de viaje por Los Ángeles. Como buenos turistas pasamos la tarde en la playa, comiendo chuches (en especial mi hermana) y bañándonos en esas aguas espectaculares. Cuando el sol estaba un poco más allá de la mitad, me recosté un rato en la arena mientras mi hermana jugaba con cubetas y moviéndose de aquí para allá buscando agua para su castillo. Me quedé dormido con la mirada hacia un costado, lo recuerdo bien porque estaba viendo a unas chicas muy buenas que tomaban el sol, pero cuando desperté para ya irnos solté un grito de dolor como de ballenato. Tenía la espalda completamente roja, pero eso no es todo, mi hermana había dejado una de sus figuras para hacer moldes en la arena sobre mí y solo eso quedó sin colorear. Estaba tan avergonzado que después no me quité la playera ni para ducharme.

Se veía el mar desde aquí y se escuchaban las olas golpear en la arena, además de unas cuantas gaviotas revoloteando por ahí. Tiffa y Lanita estaban afuera sentadas en una hamaca que colgaba de dos árboles, conversando y mirando hacia el cielo. Caminé hacia ellas que ni cuenta de mi presencia notaron hasta que Alex gritó mi nombre llamándome para jugar, ¿futbol?

-¡Rubiuuuuuuuuuuuuuuus!, ¡Ven tío, juguemos un partido contra estos parguelas!

-¡Pero soy del culo jugando! - me excusé

-¡Que no importa hombre!, ¡Aquí nadie sabe! - me sigue gritando Alex

-¡Vale, pues entro! - no puede ser tan malo.

(...)

Me ponía nervioso ver a Tiffa sentada de piernas cruzadas con las chicas charlando y mirándonos jugar. Sé que se debe de estar burlando de mí porque soy manco, pero admito que es divertido. Mangel se había caído dos veces y su playera blanca ya era verde por el césped.

Pasamos toda la tarde jugando, y como no soy de hacer ejercicio y esas cosas, terminé sudado y agotado hasta los cojones

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Pasamos toda la tarde jugando, y como no soy de hacer ejercicio y esas cosas, terminé sudado y agotado hasta los cojones. Gracias al cielo las chicas tenían todo listo para después de un baño, comer fuera todos juntos.

La tarde estaba acabando y el sol se estaba poniendo en el horizonte, me sentía relajado aquí, lejos de todo, el ruido de los coches, el humo de la ciudad y multitudes interminables de gente. También, aunque me cueste decirlo, lejos de internet.

Observaba tranquilo el espectáculo que daban las olas a lo lejos y la refrescante brisa marina que me rozaba las mejillas y me despeinaba el fleco. Estaba solo, los chicos se habían ido a caminar un rato y yo pasé de la idea, los pies me dolían y con gusto me podría echar una siesta aquí mismo.

Estaba cerrando los ojos cuando siento la puerta del salón abrirse para dejar ver a la mujer mas linda del mundo vestida solo con un vestido delgado color pastel que bailaba con la brisa y el pelo recogido a lo alto que dejaba ver las curvas perfectas de su cuello. Me miro sorprendida y se acerco a pasos lentos hacia mí.

-Pensé que estabas con los demás - decimos al mismo tiempo

-Jajaja, estaba hablando con mi madre, te manda saludos - dice llevándose un mechón de cabello detrás de la oreja

-¿A mí?, pero si no me conoce jajajaja

-Le he hablado de ti

-Espero que sean cosas buenas

-Puede ser... - le miré asustado - que es broma jajajajja

-já, já. Ven aquí - reí sarcástico atrayéndola de sus caderas hacia mí - siéntate conmigo

-Pero Rubén estuve cinco horas sobre tus piernas

-Claro que no tonta ¡si no pesa nada!, siempre es un gusto tenerte encima - le mire con cara de violador

-Con esa cara ni de puta madre me acercaría a ti

-Se lo suplico señorita, se lo suplico - salió Ust a flote. Ella solo reía pero igual se acomodó en mis piernas

-Que hermoso..

-Ya me lo han dicho, me cohíbes

-¡No tú! Tarado jajaja, la puesta de sol

-Supongo que también lo es

-Idiota, jajajaja - se giró hacia mí - pero no te quedas atrás - deslizó su dedo juguetón por mi mentón

-¿Escuché bien?, jajajaja - me acerqué a ella. Es gracioso observarla, siempre que me acerco un poco sus mejillas automáticamente se tornan rosas.

Levanté mi mano derecha y la posé en su mejilla, era suave y delicada. Incluso me dieron deseos de morderla. Ella levantó la vista y me miró con sus hermosos ojos, esos ojos que volverían loco a cualquiera

Sin pensarlo más, la besé. Ya no había interrupcion porque estábamos solos y la chusma de Tessa no estaba. La necesitaba y llevaba queriéndola besar todo el día

Ella dio permiso para que mi lengua jugara con la suya, sus labios besaban los míos queriendo devorarlos con sus dientes y mi lengua era extraída con suavidad por sus labio queriendo devorarlo todo. La deseaba como nunca deseé a nadie. La atraje más hacia mí acortando el poco espacio que quedaba entre nosotros y ella soltó un gemido en medio del beso fogoso. El sentimiento de amor me invadió y quise gritarle que la quería demasiado, a unos extremos jamás pensados, pero me ocupé tanto en su boca que hablar no era importante.

-¡Ejeem! - escuché detrás de la silueta de mi Tiff. Era Tessa y los demás.

¡Me cago en todo!, ¡Tessa siempre cagandola!. Mangel, ¡¿Por qué no amarras a tu novia?!, pensé para mí.

Tiffa se levantó de un salto como si tuviera resortes en el trasero, estaba avergonzada y las chicas la miraban bromistas, en cambio a mi los chicos en plan ''bien, campeón''. Me causó gracia la situación y la cara de Luzu con el puño levantado haciendo porras.

-Eh... fue una linda caminata - comienza a decir Vegetta aguantándose la risa y rascándose la nuca

-Sí, y estoy sediento.. ¿les apetece unas cervezas? - preguntó Luzu con una indirecta a que lo acompañase para salir del momento incomodo

-Yo me apunto - dije levantándome y agradeciéndole con la mirada al gilipollas

(...)

En la noche hicimos una fogata y asamos verduras con salchichas, ¡Amo las salchichas!

Hicimos el tonto un rato y Luzu comentó un par de historias de terror que rondaban en LA.

A eso de las 2:00 de la mañana nos fuimos a dormir. En un cuarto Mangel, Alex, Cheeto y yo; otro Luzu, Vegetta y Willy; y las chicas en el otro. No recuerdo haber pensado ni soñado esa noche porque caí en coma hasta el otro día.

Estaba cansado y mañana bajaríamos a la playa. Luzu se ofreció a enseñarnos surf y si pasaba algún incidente Willy se ofreció de socorrista.

Estás Vacío (elrubiusOMG) TerminadaWhere stories live. Discover now