Estás Vacío (elrubiusOMG) Terminada

Pesadillas

Rubén:

No tengo ni idea que estoy haciendo. El frío pasillo del hospital está en silencio y oigo los latidos de mi propio corazón, por un instante me pregunto si los demás también lo estarán oyendo.

Ha pasado un día completo desde que estoy sentado aquí, fuera de la sala donde Tiff debe estar conectada a miles de tubos en cuidados intensivos. Me siento impotente y frustrado, todo está pasando demasiado deprisa. Un instante estamos todos la mar de felices, y al segundo después todo se desmorona y estamos con el pecho apretado, sentados sin poder hacer nada esperando respuestas y confusos. Bueno al menos yo.

Recuerdo el momento exacto en el que Tessa me contó lo que ocurría. Sentía que mis piernas habían perdido la fuerza y mi mente no procesaba bien. Si fuera posible que el corazón se me cayera más abajo de los pies, el mío ya estaría en el núcleo terrestre. Esto no está pasando. Esto no puede estar pasando, a ella no... y no ahora...

Veo a la Anne, la madre de Tessa levantarse y caminar hacia el doctor que está viendo a Tiff. Ya he perdido la cuenta de cuantas veces ha ido a preguntarle por el estado de su hija, pero la comprendo. Hace unas horas nos dijo que deberíamos estar traquilos, que estaba estable en este momento y que podríamos verla quizá en dos días más si es que puede hablar o respirar por sí misma. Pero por más fiables que fueran sus palabras no puedo estar tranquilo.

Las horas en este lugar parecen infinitas y solo quedamos Tessa, Anne y yo. Mangel se ha ido hace un par de horas, pero viene seguido, Eva pasó esta tarde después de clases acompañada de Alex y a Sergio lo vi solo ayer cuando nos acompañó hasta aquí. Luego se fue y no lo vi más.

-Tessa... - hablé con la voz demasiado ronca - deberías ir a casa

-No me iré de aquí...

-Puedes ir a casa, darte un baño, comer algo y volver. Debes descansar un poco - coloqué una mano en su brazo. Se ve jodidamente cansada.

-Podré estar tranquila cuando la vea bien - dijo con la voz quebrada - ahí por fin podré estar tranquila

No le dije nada más y volví a recostarme contra el duro respaldo de la silla de plástico. Anne se ha sentado a mi lado y se llevó las manos a la cara. Está despeinada y sin maquillaje, con la misma ropa que ayer y las manos temblorosas.

-El doctor ha dicho que ya pasó lo peor - comenté haciendo que me mirara - podremos verla mañana o pasado mañana quizá - hice una mueca intentando tranquilizarla

-Ella es fuerte... estoy segura que pronto esto será un mal recuerdo y ya está....

Sonreí.

-Ella tiene que salir de aquí - se mordió un labio - quiere ir a ver a su padre, me lo ha dicho, tiene que salir de aquí

La abracé y dejé que sollozara en mi hombro. Vamos Tiff...

Tiffania:

Siempre esta nublado y oscuro. Veo las hojas caer a un charco de lodo y hace tanto frío que noto que se me oxidan los huesos. Intento saltar el charco, pero por muy pequeño que es no lo logro y me empapo los pies. Cierro los ojos furiosa y cuando los abro Astrid aparece frente a mí repentinamente.

-Tiffa perdóname...

Da un paso hacia mí, pero ni siquiera puedo moverme, que es lo que quería hacer.

-¡Que hermoso es Bélgica! - escucho decir a mis espaldas. Giró mis talones y veo a mi mejor amiga con gafas de sol y vestido.

Mis pies reaccionan y me echo a correr hacia ella. Escucho el chapoteo de mis pies por los charcos, noto como la lluvia cae por todos lados y levanto el rostro para que no se note que he llorado.

De pronto la imagen de mi amiga rodeada de rayos luminosos se aleja a cada paso que daba y comienzo a gritarle, pero no me oye.

Entonces giro mi visión hacia atrás y Astrid ha desaparecido y se ve un infinito de oscuridad. No me gusta la oscuridad, me da miedo, quiero ir con Tessa a visitar los puestos de artesanías del parque y a oír la hermosa melodía de los músicos al tocar sus instrumentos.

-Ella está sola en la oscuridad, atrapada de un lugar horrible del que quiere salir - oigo reír a una voz deforme y es cuando resbalo y caigo al lodo. Pero el frío ya no está en mis huesos, si no que en mi corazón.

Me levanto con lodo hasta en el cabello y me despido de la imagen de Tessa que cada vez se alejaba más. Se veía tan feliz, tan dichosa en comparación a mí. Me sentí feliz por ella y eché a andar hacia la dirección opuesta.

Caminé sin rumbo mucho tiempo y llegué a la conclusión que nada tiene sentido. En un planeta minúsculo, que corre hacia la nada desde millones de años, nacemos en medio de dolores, crecemos, luchamos, nos enfermamos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren, y otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil. ¿Sería eso verdadero?

Me quedé reflexionando en esa idea de falta de sentido hasta que vi a lo lejos una luz acercarse hacia donde estaba yo.

Estoy en un momento de la vida donde necesito detenerme, ver donde estoy, mirar hacia donde quiero ir y dejar atrás todo aquello que no me deja avanzar. Y así, de buenas a primeras, las cosas cambian, se derrumban o toman otra dirección.

La luz de antes cada vez se hacía más brillante y me estaba encegueciendo un poco. Llevé mi mano a los ojos para poder ver de qué se trataba y una sonrisa estúpida se formó en mis labios al ver que se trataba de Rubén. Venía a buscarme.

Corrí lo más rápido posible para acercarme más hacia él con una sonrisa enorme, pero luego la sonrisa se esfumó al ver que la silueta se transformaba lentamente en la de la chica de lentes y cabello perfectamente peinado, ¿perfectamente?

Se acercaba a mí a toda velocidad y yo quería echar a correr hacia el otro lado, pero mi cuerpo no reaccionaba. Me sentía impotente, era como si la tierra me hubiera pegado a ella mágicamente. Cerré los ojos y solté un grito desgarrador al verme desesperada y luego todo desapareció. Todo era oscuro nuevamente y por primera vez me sentía agradecida de estar en la oscuridad.

Abrí los ojos lentamente y ya no estaba en aquél sendero lleno de lodo y hojas, estaba en una habitación blanca, completamente blanca. Tenía tubos saliendo de todas partes y no podía hablar. Estaba recostada en una cama, sola y me dolía mucho la espalda y las piernas.

Dicen que los sueños se hacen realidad, pero yo solo he tenido pesadillas.