El doctor nos ha informado que Tiffa despertó a eso de las cuatro de la mañana, pero se ha vuelto a dormir minutos después. Tiene un esguince en la pierna y debe descansar, fuera de eso esta bien.
El golpe en la cabeza no fue lo suficientemente fuerte como causarle algún daño neurológico y el hecho de que haya dormido tres días completos fue causa de algún tipo de estrés. Como sea, el punto es que despertó y estamos felices. Yo y Anne hemos sido los primeros en entrar a visitarla, pero estaba durmiendo, le han quitado los tubos respiradores y solo tiene un par de cables conectados a los brazos.
A la mañana siguiente fui rápidamente a casa a darme una ducha y regresé. Le he dicho a Anne y Tessa que podían irse a darse un baño o no lo sé, que yo estaría al tanto de ella, y solo se fue Anne. Tessa no quiso separarse de Tiff porque aún no la veía despierta y hasta eso ella seguiría aquí.
Me dejaron pasar la noche a su lado, ella dormía y yo me senté en una silla acariciándole la mano. Su mano era tan frágil y pequeña que sentía que la podía romper con el tacto. Desvié la mirada hacia Tessa recostada en el sofá de la habitación al otro lado de la cama de Tiff, se veía totalmente exhausta. Ha faltado a clases y apenas ha comido, bueno yo tampoco, pero ella es una chica, es más débil.
Volví mi mirada hacia mi novia, dormía plácidamente y observaba su pecho subir y bajar al ritmo de su respiración. Me sentía tan culpable de lo que le había ocurrido.... Si le hubiera abierto la puerta ese día de su cumpleaños nada de esto hubiera ocurrido. Si, habría cagado la sorpresa, pero si hubiera sabido que sufriría un accidente no lo habría pensado dos veces.
Me dormí con mi mano encima de la suya y al fin pude dormir tranquilo sabiendo que estaba bien.
(...)
Muy temprano por la mañana la enfermera me despertó para ponerle una inyección en el brazo. Odio las inyecciones, así que fui por un café para Tessa, pero cuando volvía y dejaba el café encima de la mesita que estaba al lado del sofá donde dormía Tess, sentí a Tiffanía mover su cabeza en la almohada.
Caminé rápidamente hacia ella y le pasé el dedo pulgar por la frente. Tuve que contener las ganas de soltar un grito de felicidad y que todos me oyeran cuando había despertado por fin. Se veía confundida y pego un salto, pero al verme se tranquilizó.
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-Tiff, ¿me oyes? -sonreí besándole la frente demasiado contento - ¿Tiffanía?
Ella sonrió y borró su sonrisa.
-¿Quién eres..? - susurró con voz ronca.
-Oh no... no por favor... - me llevé las manos a la cabeza y luego me mordí los labios dando un paso atrás.
-Que es broma - sonrió
-¡Mierda, Tiff! - hablé fuerte - ¡no me des estos sustos!
-Perdón.... Siempre quise hacerlo - dijo esforzándose por hablar
