Sus ojos se desvían un segundo al tablero solo para lanzar los dados y mover su ficha, al siguiente segundo, se encuentra observándome con atención.

>>El Dash del pasado solo te usaría para cobrar venganza, Holly, pero... no puedo hacerlo. No puedo imaginarme en este mundo lastimándote.

—¿Estás bien? —Pregunto. El juego pierde toda la atención que se requiere, y la dejo sobre Dash, quien me observa como si fuera capaz de ver a través de mí.

—Lo estoy —Asegura. Una de sus manos se desliza sobre la mesa hasta que llega a la mía, sin cuidado alguno, la gira, para luego depositar un pequeño dije en la misma.

Mi ceño se frunce, y no dudo en acercar aquel pequeño pedazo de metal para escanearlo de cerca. Una pequeña llave descansaba en mi palma, era pequeña, pero lo suficientemente grande para poder ser observada por extraños.

—¿Una llave? —Intento sonar divertida, pero la sorpresa inunda mi voz. Dash sonríe de lado, para luego sacar algo del bolsillo de su chaqueta. Una pequeña cadena siendo adornada por un pequeño dije en forma de herradura entra en mi campo de visión.

—Eres la primera en obtener respuestas sin empujarme a ello —me entrega también el collar, dándome una oportunidad de observarlo de cerca—. Lograste abrir lo que cerré hace más de dos años, Holly.

—Es hermoso, Dash —Sonrío, completamente feliz. El moreno arquea una ceja en mi dirección, claramente esperando a que agregara algo—. ¿Qué?

—Estabas pálida, Holly, y de un momento a otro ha vuelto el color a tu rostro.

Abro la boca para decir algo, pero la cierro, no sabiendo exactamente qué responder a sus palabras.

—No lo sé —Me obligo a sonar sincera, lo cual es demasiado fácil—. Hablaste como si quisieras terminar con todo —mi ceño se frunce—. ¿En serio crees que eso?

Se encoje de hombros, para luego soltar un suspiro.

—Lo pensé antes —dice—, antes de conocerte mejor, antes de que pudieras siquiera imaginarlo, pero ahora es diferente, Holly. No eres culpable de lo que él haya hecho, y tampoco soy el malo de la película por odiarlo. Simplemente lo hago y es algo que no puedo ni quiero cambiar.

>>Alexander Parks será mi enemigo número uno, Holly.

Conocía aquel sentimiento, pero la diferencia era que yo no lo consideraba mi enemigo. Alexander Parks no era nada para mí, y nunca pasaría de ello.

—Él lastimó a muchas personas —murmuro—, te quitó a tu padre y lo entiendo, pero no debes guardar tanto rencor dentro de ti, Dash.

>>Quiero formar parte de tu vida, quiero estar para ti cuando lo necesites, pero debes dejar todo atrás. El odio que tienes contra los demás, Dash.

—Es fácil decirlo cuando no son un dolor de culo diario —suelta. Toma ambos dijes de mi mano y se encarga de intercambiar la delgada cadena para dejar la llave en esta. Luego, en completo silencio, se levanta y rodea la mesa, para terminar rodeando mi cuello con el frío metal. Suelto un suspiro cuando el aliento de Dash golpea contra mi cuello, y él se inclina un poco más hacía mí—. Reynolds y Parks están jugando con fuego y se quemarán si no se detienen.

Tomo su mano antes de que regrese a su lugar, y no dudo en observarlo con determinación.

—¿De qué estás hablando?

—Pronto todo saldrá a la luz, Holly. Solo ten paciencia.

~*~

—Lindo collar, eh —Colín se detiene junto a mí, observándome con diversión. Habían pasado dos largas semanas desde la última vez que crucé palabra alguna con él. La última vez había golpeado a Dash por su causa—. ¿Barton te lo dio?

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora