Capítulo cuarenta y tres: ¿Nuevos comienzos?

544 38 0
                                    

Cuando termino de guardar lo último de mis pertenencias en mis maletas, las llevo al pasadizo para que las bajen y las suban al auto que nos llevará al aeropuerto. Mi cabeza sigue doliendo a pesar de la pastilla que he tomado en la mañana, pero lo considero un recordatorio de las tonterías que hice ayer.

Papá va al aeropuerto a despedirnos y, luego de darnos la sorpresa de que ha comprado un apartamento para Aaron y para mí, nos da un fuerte abrazo y beso en la mejilla a cada uno. Voy a extrañarlo mucho.

- Vamos, Bethie, debemos abordar. - dice mi hermano mientras toma mi mano y me jala por los pasillos del aeropuerto. - Dentro del avión podrás descansar.

Anoche todo fue un caos luego de la propuesta de Keith. Entré en pánico ante su pregunta y huí. Pero, gracias a las copas de más, termine llamando a Jessica para reclamarle por lo que sucedió con mi hermano. Lamentablemente, la conversación se desvió hacia Cameron.

Nada terminó bien.

- Ven, recuestate. - Aaron me rodea con su brazo y deja que mi cabeza descanse en su pecho. - Ya está, estamos en camino a una nueva vida. - murmura mientras da besos cortos en mi cabeza. - ¿Recuerdas lo que prometimos anoche?

- Anoche es algo borroso. - respondo con tristeza.

- Cuando todo pasó y papá y yo te llevamos a casa, me recosté junto a ti en la cama, tomé tus manos y te dije: nunca más dejaremos que alguien nos dañe como este verano. - me cuenta mientras sostiene mis manos y me mira directo a los ojos. - Nunca permitiré que te dañen de nuevo, Bethie.

- Y yo no permitiré que vuelvan a jugar contigo. - añado y lo abrazo fuertemente.

El vuelo llega a tiempo al aeropuerto y logramos ubicar todas nuestras maletas a tiempo. Aaron y yo empujamos los carritos con nuestras pertenencias hacia la salida y nos detenemos para parar un taxi.

- ¿Pedimos uno de agencia? - pregunto mientras saco mi celular del bolso, pero Aaron niega con la cabeza.

- Nuestro auto ha llegado. - responde y me hace una seña para que mire hacia el lado derecho del estacionamiento frente a nosotros.

Me vuelvo hacia donde Aaron quiere que vea y no puedo evitar sonreír. Veo a dos personas conocidas y que me hacen volver a la realidad por unos minutos. Suficiente tiempo para correr hacia ellos y dejar que me eleven en el aire en un fuerte abrazo.

- ¿Qué? ¿Cómo? - balbuceo cuando nos separamos.

- ¿Creíste que los dejaríamos solos en su primer día en San Diego? - pregunta uno de los dos universitarios frente a mi.

- Gracias. - murmuro antes de abrazarlos nuevamente. - Son los mejores amigos gemelos que he podido tener.

- ¿Cuántos amigos gemelos tienes? - pregunta un ofendido Ethan.

- Solo ustedes, por eso son los mejores.- respondo con una sonrisa para tranquilizarlo.

- Muy bien, muy bien, porque los gemelos somos celosos. - dice Grayson. - ¿Nos vamos ya? Queremos llevarlos a cenar algo antes de que mañana comencemos con las clases.

Luego de subir todo al auto de los Dolan, vamos al apartamento que mi padre compró para nosotros y dejamos todo allí. El lugar ya tiene los muebles y utensilios para que nuestra vida en San Diego no varíe a la que llevabamos en Louisiana. Mi habitación tiene las paredes de color rosa pálido,como la que tengo en casa de papá, y la decoración es identica. Con Aaron las cosas no son diferentes.

- ¿Viste lo que hizo papá? - me pregunta mi hermano cuando entra a mi habitación.

- Es un genio. - respondo con una media sonrisa. - Sabe que es dificil este cambio e intenta hacer nuestra estadía aquí mucho más placentera.

- Lo sé, es un gran padre. - añade mi hermano.

Para cenar vamos por sushi a un restaurante no muy lejos de nuestro apartamento. Ethan y Grayson hacen que ría y me distraiga de todo lo ocurrido últimamente. Incluso Aaron se permite reír y disfrutar de este tiempo con sus amigos, a pesar de que su corazón sigue dolido por lo de Jessica.

Este nuevo comienzo es necesario, Aaron tiene razón.

- ¿A qué hora es su primera clase mañana? - pregunta Ethan.

- A las 10 am. - responde Aaron mientras yo como un maki. - Luego tendremos tiempo para almorzar a la 1 pm. ¿Los veremos?

- Claro, en el lugar de siempre. - responde Grayson. - Iremos por comida de universitarios, Beth, lo que significa que comeremos cualquier cosa que sea posible acabar en menos de 20 minutos para poder entrar a la siguiente clase.

- Vaya, eso va a ser muy interesante. - digo, imaginandolo en mi mente.

Los gemelos nos acompañan de regreso a casa y se quedan a ver una película hasta la medianoche. Cuando apago el televisor, mis tres chicos están completamente dormidos. Me levanto con cuidado del sofá y voy al cuarto de servicio, donde vi algunas frazadas con las que podría cubrir a mis amigos.

Les cubro a cada uno para que puedan descansar tranquilamente y luego voy a mi habitación. Todavía no he desempacado, pero sé exactamente en qué maleta puse mi pijama. Me cambio de ropa rápidamente y me recuesto en mi cama con el celular en la mano.

Recorro mi lista de mensajes y veo varios de papá y de mis primos, deseandome un buen inicio de clases. Eso me tranquiliza porque sé que, a pesar de que me avergoncé a mi misma por haber tomado de más, siguen apoyandome. No puedo creer la maravillosa familia que tengo.

"Gracias, Thomas. Te veré en unos meses, a menos que vengas antes a visitarme."

"Te adoro, papá. Gracias por todo."

Cuando termino de responder a todos, cierro mis mensajes y bloqueo mi celular. Lo dejo en la pequeña mesa junto a mi cama y me vuelvo hacia la pared para poder dormir. Pero en cuanto cierro los ojos, mi mente me ataca con una oleada de pensamientos sobre Cameron.

Lo extraño y me gustaría que estuviese cerca. Pero sigo enfadada porque se fue ante la primera llamada de Jessica.

Tal vez estoy siendo infantil, pero si hace eso ahora, ¿cómo sería todo si llegamos a empezar algo?

- Qué tonta. - me lamento en un susurro y giro para tomar mi celular nuevamente.

Marco el número de la casilla de voz y espero unos segundos. Sé que tengo un mensaje de él y que probablemente esté contradiciendome a mí misma al escucharlo, pero quiero hacerlo.

- Eli, sé que estas enojada, creo que te conozco lo suficiente como para saberlo. Aunque podemos darle crédito a todas las llamadas y mensajes que no haz contestado. - dice al inicio del mensaje y cierro los ojos para imaginarlo mientras habla. - Lamento haberme ido, lamento haberte dejado, lamento haber sido tan idiota y no haberme dado cuenta de la maravillosa persona que tenía frente a mí en cuanto nos conocimos en Los Ángeles. - añade y siento el nudo en la garganta que probablemente él tenía al grabar este mensaje. - Eli, tengo tanto que decirte y me duele saber que no podrá ser así. Hay muchas cosas que me hubiesen gustado hacer en Louisiana y ya no podrán ser. Los Ángeles no es lo mismo sin ti, nada es lo mismo sin ti. Y es que me he dado cuenta que...

Y el mensaje acaba.

Nunca sabré qué es lo que Cameron quería decirme.


Ay, mi corazón duele, quiero un Cameron, por favor.

¿Creen que ya debería hacer feliz a Elizabeth y conseguirle un novio? ¿La sigo haciendo sufrir?

Hit me with your best shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora