Capítulo veinticinco.

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- Sigues diciendo que no te importa más lo que Aaron haga, pero ya han pasado dos días y sigues enojada. - dice Jacob mientras descansamos en la terraza del hotel. - ¿Sabes cómo lo sé? - me vuelvo hacia él, sosteniendo fuertemente mi celular. - Porque cada vez que ves una llamada perdida, intentas ignorarlo, pero terminas frunciendo el ceño y de mal humor. 

- Ser malhumorada es un don. - respondo, girando hacia la preciosa vista de la ciudad. - Pero digamos que Aaron lo perfecciona. 

- Beth, deberías responder una llamada. - sugiere al mismo tiempo que mi celular comienza a vibrar en mi mano. - Estoy seguro que quiere disculparse. 

- Llamó a papá, Jacob, y lo hizo solo porque sabía que él no cree en las peleas de hermanos. 

- ¿Me estás diciendo que nunca han peleado?

- Nunca por más de un par de horas. - respondo en un suspiro. - Papá siempre intervenía para que arregláramos las cosas. 

- Entonces, ya rompiste un récord. Han pasado cinco días sin que se hablen. - Jacob sujeta mi mano y me quita el teléfono. - Ya ha sufrido lo que merecía. - añade, mirándome directo a los ojos. 

Bien, admito que cinco días es mucho tiempo, pero él me hizo demasiado daño. No quiero que piense que con unas simples disculpas, va a arreglar todo. Soy su hermana, no una extraña, y como tal, él debió ser comprensivo. 

- Duele, Jacob, todavía duele. - admito en un tono de voz bajo. - Cuando recuerdo lo que dijo, mi corazón se hiere. 

- Tampoco estoy de acuerdo con lo que dijo, de hecho, me gustaría tener una conversación con él sobre ello. - admite, acariciando mi mano con sus dedos. - Pero todos tienen derecho a que los escuchemos. Puedes contestar la llamada, dejar que hable y, si consideras que no es suficiente, díselo. Es tu hermano y te conoce, pero no hay nadie mejor que tú misma para expresar lo que sentiste. 

- Jacob, yo no... - él coloca un dedo sobre mis labios para detenerme y me dedica una cálida sonrisa. 

- Es tu hermano, Beth. - insiste, esta vez tendiéndome el celular. 

- Bien, bien, tú ganas. Responderé una llamada.

Tomo el aparato entre mis manos y veo la pantalla encenderse con el nombre de Aaron en letras grandes. Tengo el impulso de presionar el botón que cortara la llamada, pero recuerdo las palabras de Jacob y termino contestando. 

- ¿Bethie? 

Cuando escucho su voz, electricidad recorre mi cuerpo. No haberle escuchado por casi una semana ha sido duro y recién siento el peso de haberme alejado de él. 

- Hola. - respondo, cuidándome de que mi voz no se quiebre. 

- Bethie, he estado muy preocupado por ti, de no ser porque Jacob ha estado publicando fotos contigo en Nueva York, no sé que...

- Estoy bien, Aaron, estoy mejor, de hecho. - le interrumpo, volviéndome hacia Jacob para buscar algo de apoyo. 

- ¿Sigues enojada por lo que te dije? 

- No, Aaron, hasta hice una fiesta. - respondo sarcásticamente y Jacob niega con la cabeza. - Estoy muy feliz de que mi propio hermano me culpará del accidente de alguien más.

- De tu mejor amiga. - me corrige y no hago más que rodar los ojos. 

- Una mejor amiga que me acusa de robarle a Cameron. 

- Ella ha estado muy mal, ¿sabes? - siento culpa por no haber llamado para preguntar cómo está Jessica, pero no quería tener ningún contacto con Los Ángeles y el solo hecho de que ella me culpará de algo tan absurdo, me enojaba más. - Tuvieron que inducirla a coma. 

Hit me with your best shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora