Capítulo trece: ¿Amigos?

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Jessica se va sin darme oportunidad de refutar algo o intentar convencerla de quedarse. Cameron y yo nos quedamos sentados en la mesa del restaurante sin saber qué decir y me prometo a mi misma que golpeare a mi amiga en cuanto la vuelva a ver.

- Entonces... - dice mi acompañante, intentando romper el hielo.

- No tienes que llevarme a mi hotel si no quieres, puedo pedirle a mi hermano que venga a...

- Elizabeth, para. - pide, negando con la cabeza y riendo. - Quiero llevarte.

- ¿Estás seguro?

- Más que seguro. - responde y yo suelto un suspiro.

- Bien.

- ¿Quieres ir ya? - pregunta y niego con la cabeza.

Jessica me prometió ir a un último lugar antes de regresar al hotel y pienso ir con o sin ella.

- Tengo que ir a hacer una última compra. - Cameron me mira atento, como si nada le importase más que escucharme. Ahora entiendo porque Jessica lo quiere tanto. - Pero si no quieres acompañarme, lo entenderé.

- ¿A dónde quieres ir? - pregunta con determinación y una sonrisa se forma en mi rostro.

Salimos de KFC y conduzco a Cameron por los pasillos del centro comercial. Me niego varias veces a decirle a dónde vamos, pero no porque sea un lugar extraño, sino porque es algo que no mucha gente sabe de mi.

- Creo que ya sé a dónde me llevas. - dice él cuando estamos a unas tiendas de distancia y toma mi brazo para detenerme. - ¿Te gusta leer? - asiento, siendo consciente de que me he ruborizado. - Estás llena de sorpresas, ¿no es así?

Entrar a la librería es para mí lo que para un niño es entrar en en una dulcería. Me encanta el aroma que expiden los libros nuevos y la forma en la que están organizados en sus repisas. Me encanta el simple hecho de que esta sea una librería.

- La quinta ola de Rick Yancey. - lee Cameron en el libro que tengo entre mis manos. - ¿Te gusta la ciencia ficción? - asiento. - ¿No hay una película de este libro?

- No me recuerdes mi fracaso como lectora. - digo, escondiendome detrás de La quinta ola. - Vi la película antes de leerlo. - él parpadea un par de veces, sin comprender lo terrible que es esto para mí. - Debería ser al revés. Así que voy a redimirme al leerlo. - añado, levantando el libro sobre mi cabeza.

Cameron ríe con mi gesto y me pide que le entregue el libro. Veo como lee la pequeña descripción en la parte trasera y asiente un par de veces. Parece que le ha gustado.

- Será un buen regalo de reconciliación. - sentencia, atrayendo el libro a su pecho.

No logro entender el significado de sus palabras hasta que lo veo extenderle unos billetes a la joven de la caja.

Cameron y yo nos quedamos caminando por los pasillos del centro comercial durante toda una hora. Luego, vamos al estacionamiento y abre la puerta para que pueda subir a su auto. Escuchamos música todo el camino al hotel y en poco tiempo, ya estamos en la recepción del Bello Monte.

- Muchas gracias por traerme, Cameron.

- Ha sido un placer, Elizabeth. - responde, metiendo ambas manos en los bolsillos de sus jeans. - La he pasado muy bien.

- Igual yo. - digo con una sonrisa. - Me alegra haber solucionado nuestras diferencias.

- Si hubiese sabido que eras tan genial, nunca hubiese actuado como un...

Hit me with your best shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora