Capítulo treinta y ocho.

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Luego de que Keith pase el trago amargo de mi visita con Cameron, me cuenta qué fue lo ocurrido. Resulta que salió de una fiesta en casa de unos viejos amigos y mientras iba en el taxi de regreso a mi casa, un conductor ebrio los impactó.

- Lo único que recuerdo después es que desperté aquí. - dice Keith. - Pero los doctores dicen que ya estoy fuera de peligro.

- Eso es un alivio. - me acerco a su cama y le dedico una sonrisa. No puedo negar que me alegra saber que está bien y vivo. - Nos diste un gran susto.

- Lo lamento. - se disculpa y toma mi mano. Acaricia con su pulgar el dorso de esta y poco a poco retorna la sonrisa a su rostro. - Es raro que sea yo quien está internado.

- Vamos a dejar fuera los recuerdos de mi adolescencia. - le pido entre risas.

- Creo que fueron unas 10 veces las que estuve aquí contigo.

- No exageres. - le pido, siendo consciente de que Cameron escucha todo. - Solo fueron 3 a 4 veces.

- En dos años de relación. - escucho a Cameron aclarar su garganta detrás de nosotros y me pongo nerviosa. No quiero que Keith logre incomodarlo. - Y antes de eso, cuando solo éramos amigos, estuviste aquí dos veces.

- Qué bueno que ya haya superado eso. - digo mientras intento quitar mi mano lentamente.

- Que pena que hayas superado eso.

Bien, eso no ha sido en referencia a mis visitas al hospital. Eso ha sido refiriéndose a nuestra relación.

Oh, no.

- Han pasado dos años, tenía que seguir adelante. - le susurro cuando me acerco a darle un abrazo.

- Nunca dejé de pensar en ti. - dice en el mismo tono que yo utilice, antes de que me aleje.

- Keith...

Mi celular comienza a sonar y Cameron lo saca del bolsillo de sus jeans.

- Es tu padre. - dice el moreno cuando me extiende el aparato.

- ¿Hola? - pregunto en cuanto contesto la llamada.

- Bethie, cariño, la familia de Keith acaba de llegar al aeropuerto. - dice rápidamente mientras escucho sus pasos. - Estoy por recogerlos y llevarlos al hospital.

- Claro, papá, nosotros estamos aquí con Keith.

- De eso quería hablarte. - añade un tono más serio.

- ¿Está todo bien?

- Cameron me parece un buen muchacho y le he tomado cierto cariño en estos días que ha estado con nosotros y la familia. - bien, creo que se por donde va esto. - Pero no es un secreto que todos los Woods quieran que regreses con Keith.

- Papá... - me vuelvo hacia Cameron y Keith y cubro el micrófono de mi celular. - Keith, regresaremos enseguida. - me excuso y Cameron se acerca a la puerta al instante. - Tengo que hablar con papá, ¿me esperarías unos segundos? - añado, dirigiéndome hacia el moreno.

- Claro, Eli. - accede con una sonrisa.

- Bien, papá, estoy sola, puedes hablar ahora.

- Cariño, no te presionaré para que tomes una decisión. Pero sólo quiero saber una cosa.

- ¿Y qué es esa cosa? - pregunto, para luego mordisquear mi labio.

- ¿Qué hay entre tú y Cameron?

Lo sabía. Sabía que me haría esta pregunta.

- Somos buenos amigos. - respondo en un tono de duda.

Hit me with your best shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora