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Se fue, con unas palabras que a Justin le daban escalofríos por que no sabían si serían sus últimas palabras. Justin se metió a la habitación y vio como SU chica se iba sin un adiós, ni un hasta luego.

El teléfono de Justin vibro.

-Acabamos de ver las noticias. ¿Qué sucedió con Kendall?- pregunto Kylie con nervios. Primera vez que la escucha Justin hablar así.

-Se entrego a la policía.-dijo triste y ronco.-puedo solucionar esto. Iré para el DPA de Canadá. Necesito que se queden con Ryan, mientras voy a Canadá, volveré en unos tres días.

-Esta bien, biebs... Cuida de ella.-trancó el teléfono Kylie.

Justin se puso algo cómodo y con aspecto de policía, se puso unos lentes que hacían llamar la atención de cualquier chica en la zona. Justin abrió su iPhone y se puso a ver vuelos que salían hoy mismo hacía Canadá y por su suerte había uno en una hora, el camino hacia el aeropuerto era una hora, compró el boleto y no llevo ningún tipo de maletas o equipaje necesario, solo el...

Justin llegó al aeropuerto y su vuelo ya estaban ingresando las personas a el avión. Justin se coloco detrás de las personas que estaban ingresando hasta que por fin llego su turno, entregó el pasaporte y se dirigió al avión.

( Canadá - DPA )

-Hasta que por fin, aquí esta la pequeña narcotraficante.-rió uno de los policías que se encontraba en la sala de interrogatorio.-necesitamos tú historia.

-¿Qué quieres qué cuente?-se rió ella con sarcasmo.-no las consumo, las vendo.

-Mm, pero de todas formas venderlas es ilegal. Aquí lo único que esta legalmente es la marihuana pequeña, no tus drogas extranjeras.

-No soy pequeña. Tengo veinte años, no me pongas sobrenombres que me pondría un padre, viejo.-puso los ojos en blanco.

En la recepción se pudo escuchar el nombre "Justin Bieber."

-Justin Bieber, ¿qué haces por estas zonas?-pregunto el policía mayor.

-Vengo a buscarla.-Kendall pudo escuchar la voz de Justin y en seguida su corazón empezó a latir a mil por horas.

-¿Crees que vas a sacarla?-bufo.-para sacarla tendrás que dar una gran suma de dinero.

-Lo que sea por ella.-miro el piso.

-Son cien mil dolares.-vio a Justin.

-¿Donde los deposito?- preguntó.

-En cheque, Bieber.

Justin saco de su cartera un cheque, coloco la suma que le iba a dar al DPA para que la dejaran salir. Uno de los policías que se encontraba haciendo el cheque con Justin, se dirigió a la habitación de interrogatorio para que pudiera avisar que habían pagado la cantidad de dinero por su libertad.

-¿Quién carajos paga una suma así?-grito el jefe policía. Salio y se encontró con Justin.-fuiste tú.

-¿Quien más sería?-rió Justin con hipocresía.-saquenla, ya es mía, ya pague el dinero.

El policía bufo y se metió una vez mas a la sala de interrogatorio donde le quitaron las esposas a Kendall y la sacaron rumbo a donde estaba Justin, se encontraba con un camisón de botones y nada de pantalones.

-¡Justin¡-grito y lo beso en la boca, todos admiraron la escena y nadie pudo decir nada ya que estaba libre.

-Nena, dije que te sacaría...-la abrazo tan fuerte que la alzo.- repito una vez más, no la sigan buscando. Ya no tiene nada que ver con el narcotráfico, dejenla vivir.-se despidió y se fue.

-¿Podemos ir a mí casa? Ya que estamos aquí, quisiera buscar mis pertenencias. Y algunas cosas que me traen muy buenos recuerdos.-pidió Kendall.

Justin asintió y fueron a la casa de Kendall.

Al llegar no había mas nada que polvo, y mucha suciedad que no se había limpiado en mucho tiempo. Justin vio como ella se ponía triste con tan solo llegar a su casa.

-¿Qué te llevaras?-pregunto Justin.

-Mis cosas, las de Ryan y unas de Nicole que me recordarán a ella por siempre...-miro hacía el piso.

Justin acepto, y subieron las escaleras hacía la habitación de Kendall, ella agarro una maleta que podía ser la más grande que vio en su vida.

-¿Busco las cosas de tú hermano?-pregunto Justin, Kendall asintió ya que el no quería que pasara a la habitación de sus hermanos por que se pondría a llorar.

Justin paso a la habitación, y vio lo que llamarían fantasmas.

-¿Nicole...? ¿eres tú?-vio Justin hacía la pequeña que se encontraba en el piso como si estuviera llorando, tenía su cabeza en las piernas.