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Paso todo lo que tenía que pasar, no implicaba sexo, nada de eso, puro amor y cariño para los dos. Sentían que su piel se conectaba, era la mejor sensación del mundo, piel con piel.

—Te quiero demasiado.—dijo Justin con una cálida sonrisa.— gracias Kendall, por ser mi apoyo todos estos días desde que nos conocimos. Ha pasado un mes y e sentido años junto a ti.

Te quiero.—dijo, arrecostandose del pecho del chico.

Entraron en un sueño profundo los dos, durmiéndose totalmente desnudos, y sintiéndose bien. Ellos podían ver como todo pasaba, como podía sentir que los dos se estaban enamorando.

Al despertar noto que Kendall no se encontraba en la habitación, pudo alterarse un poco. Y al salir noto que estaba acostada en el sofá de la habitación.

—Buenos días.—saludando a Justin.

—Hola pequeña, buenos días.—
dijo bostezando.

—Ahí esta tu desayuno.—fijo la mirada en la mesa.—lo pedí por llamada para que lo trajeran a la habitación.

—Gracias, nena.—sonriendo.

Justin recibió una llamada en seguida después de terminar de comer. Y era el oficial mayor.

—¿Sí?—contestó.

—Sabemos que estas con la misión, Cara nos ha informado. Tienes que matarla o traerla hasta acá, o lo haremos nosotros mismos, recuerda que tienes un GPS en ti para poder rastrearte.—dijo el señor amenazando a Justin.

—Y si no lo hago, ¿que pasara?— pregunto desafiante Justin.

—Te mataremos a ti y a ella, juntos. Y a todos los que estén con ustedes.—respondió.— Tienes un mes para despedirte, si no, ve buscando un cementerio.—trancando el teléfono.

¿Cara me había abandonado? ¿por celos o venganza? Maldita zorra estúpida. Justin estaba molesto por lo que pasaría si el mes se cumplía y el seguía aquí.

—Tenemos que irnos de aquí.—dijo Justin.—Si no terminaremos muertos todos aquí.

—¿Que sucedió?—dijo Kendall nerviosa.

—Hay que irnos.—toco la puerta de las chicas para poder irse de ahí.—Parense, tenemos que irnos de aquí.

—Dime de una maldita vez que está pasando.—dijo Kendall gritando a Justin.

—Joder, que sí no nos vamos de aquí en un mes terminaremos ambos, o tu, o yo muertos. ¿entiendes?—gritando de manera agresiva.

—¿Aun tú maldita misión?— dijo Kendall gritando furiosa.

—Yo no soy, es el DPA.—dijo molesto y gruñendo.—¿quieres morir o qué?

—No...—dijo susurrando.

Todos terminaron acomodando la habitación y ordenando las cosas para poder largarse de aquel lugar. Al bajar el ascensor se notaba la tensión de los cinco que se encontraban ahí.

¿A donde iremos?—preguntó Kylie.

—Las vegas. La ciudad del lujo.— respondió Justin.

—¿Se te olvida Ryan? Es un menor de edad.—dijo Kendall.

—Ya tengo todo preparado, solo callate.—respondió Justin molesto.—no me molestes, Kendall.

Al salir de ahí, todos montaron el gran auto de Justin y noto que era difícil para el dejar su vida ahí en Canadá y no regresar jamas. Fueron hasta al aeropuerto nacional de Canadá, y tomaron sus boletos y fueron rumbo a las Vegas.

Pasajeros de el vuelo Las vegas, por favor colocar sus cinturones y poner sus teléfonos en modo avión. Por favor se les agradece mantener la calma. En un minuto comienza el viaje, que pasen un feliz vuelo.—dijo la aeromosa por un micrófono en el avión.

—Kylie, ¿que tal te sientes?-pregunto Justin, con una mirada picara. A decir verdad Kylie era muy hermosa, con curvas y un gran trasero. Lo que no tenía Kendall, pero aun así a Justin la única mujer que le parecía hermosa era Kendall.

—Bien, gracias.—respondió con una sonrisa sutil.

El viaje comenzó cuando en seguida Justin noto que Kendall estaba molesta por lo ocurrido, trato de agarrar su mano pero enseguida la soltó bruscamente. Ryan noto la escena de amor y rió.

—Kendall... No te enojes, por favor.—se disculpo Justin.

—Dejame en paz.—respondió seria.—Todo es como tú quieres, siempre es así.

—No nena, disculpa...—se disculpó una y otra vez Justin.

Tomo la mano de Kendall y la beso. Y ella asintió con una sonrisa, era increíble como ese chico hacia que se pusiera tan tierna. Kendall estaba un poco nerviosa por lo que estaba pasando, había dejado todo en Canadá, su negocio todo. Después de muchos pensamientos se quedo dormida por el gran viaje que hicieron hasta las vegas. Al despertar noto que ya había oscurecido y todos los que venían con ella, habían quedado en un profundo sueño.

Vuelo cincuenta, hemos llegado a su destino. En un momento bajaremos su equipaje. Lo que pasa en las vegas se queda aquí. Buenas noches.—dijo de nuevo la aeromosa por el micrófono.

the police. »j.b  Where stories live. Discover now