15

73 7 0
                                    

—¿Preparada?—fueron las últimas palabras del señor que aun no tenía identidad, ya que tenía una mascara. El hombre apunto de matar a Kendall recibió cinco cuchillazos en el cuello que hicieron que su muerte fuera instantánea.

—Nena...—salió Justin detrás del hombre que de un momento a otro termino muerto.—Te dije que nada malo te pasaría.

—Justin, nunca había estado tan feliz de verte.—dijo con lágrimas en los ojos.

Justin desato las pequeñas manos de Kendall de la camilla en la que se encontraba, y miro las marcas de la chica en sus brazos.

—¿Te lastimo?—preguntó muy tenso.—Kendall, dime que te hizo.

—Estaba apunto de quemarme los dedos... Estoy bien, Justin.—respondió.

—Toma esta arma, lo que consigamos afuera no puede ser un tanto agradable.—ordenó.— Tu hermano esta bien, está afuera con Marie.

—Gracias al cielo...—agradeció.

Salieron de la cámara de tortura, y afuera se encontraban Marie y el pequeño hermano. En seguida abrazo a Kendall el pequeño, y agradeció que haya aparecido, una pequeña palabra del niño hizo que su piel se erizara "eres mi héroe, Kendall."

—Vamonos.—señaló Justin con la mirada hacia la puerta.

Salieron y no pudieron ver a nadie en ese lugar oscuro, ese lugar era muy frío y oscuro, le daba mucho miedo el tan solo encontrarse ahí solos los cuatros. Lograron ver una salida, y en seguida llego alguien que le parecía muy conocido a Kendall.

—¿Ben?—susurró la chica.

—Sh...

Salieron del lugar y habían siete personas, con armas, encapuchados. Ryan estaba muy asustado de la escena. Los siete asesinos estaban ahí torturando a una chica de diecisiete años más o menos. Ella no podía quedarse viendo ese acto, así que decidió voltear y no mirar lo que hacían los siete hombres que estaban en esa sala.

La salvare.—dijo Justin. Salió de la sala oscura y paso a matar uno por uno de los siete hombres que estaban ahí. Pudo notar que la chica estaba desnuda, y maltratada. Pudo ver como uno por uno moría.

—¿Estas bien?—le pregunto Justin a la chica blanca de cabello negro que se encontraba tirada en el piso.

—Gracias...—agradeció llorando.

Salieron del lugar y vieron que ahí estaba el auto de Justin, el cual no tenía llaves. Esto era una pesadilla, para las personas que se encontraban ahí junto a Kendall y Justin.

—Maldita sea.—dijo furioso Justin.

—¿Qué sucede?—preguntó Kendall inocentemente.

—No están las llaves.—dijo pegándole al volante con mucha fuerza. Kendall salió enseguida del auto a buscar las llaves.

—Estaban guindadas, genio.

En seguida Justin abrió las puertas del garaje, encendió el auto. Kendall abrió las ventanas del auto sintió la libertad en ella. Sentir esa brisa en su cara hizo que se sintiera muy bien.

—Hoy nos quedamos en un hotel.—dijo Justin.—Se que no nos conoces chica, y tienes miedo de lo que te hagamos, pero confía en nosotros, somos buena sangre y solo queremos que estés bien, ¿sí? Te ayudaremos a que todo este bien.

La chica asintió y no dijo más nada en el camino.

—Colocate esta chaqueta, es mía.—dijo Kendall con una sonrisa tierna para que la chica se sintiera bien, ya que estaba desnuda.

—Gracias, muchas gracias.

—Hermana, ¿qué paso?— preguntó Ryan el pequeño hermano.

—En el hotel hablamos, te quiero.—sonrió al pequeño niño.

Justin se dirigió al hotel más lejos del lugar, y a uno muy moderno y elegante. Dejo el carro en la entrada del hotel con un señor, para que pudiera estacionarlo, y pasaron al gran lugar. Mientras Justin registraba la habitación, estaban en la sala de espera del gran hotel.

—¿Cómo te llamas?—preguntó Kendall a la chica con una sonrisa.

—Me llamo Kylie.

—Lindo nombre, ¿como te encuentras Marie?—dijo Kendall.
—Gracias, me encuentro bien jefa.—asintió.

—No me digas así, dime Kendall.—la miro.—Desde ahora de lo que pasamos creo que esto es una gran amistad.

—Vamos chicos, somos la habitación veintisiete.—dijo Justin.

Al entrar en el ascensor el momento era tenso, había demasiada incomodidad, pensar que íbamos morir todos los que no encontrábamos en el ascensor era incómodo y horrible.

Pasaron a la habitación y era una habitación totalmente lujosa y grande, era como si tener un departamento, habían puertas en las que eran un baño y una habitación. Solo habían dos camas. Se acomodaron en el hotel, y socializaron un poco con Kylie. Conocieron un poco a Kylie y contó que en su vida jamas la habían tratado tal cual como lo hicieron los siete hombres, que ni ella misma sabía como se encontró a si misma en una habitación con siete hombres. Justin interrumpió la conversación de las tres chicas que estaban en la habitación.

—Kendall, quería saber si...—dijo Justin un poco nervioso.

—¿Sí?—termino de decir Kendall.

—¿Querías cenar esta noche conmigo?—dijo nervioso.

~

Hola! Bueno ya esta comenzando a fluir el amor, pero no se dejen engañar que se aman, y todo eso, por que en realidad pasaran cosas que serán horrible para los dos, espero que les este gustando la novela. Besos ❤❕

the police. »j.b  Where stories live. Discover now