18 -maratón 1/4.

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Llegamos—dijo Kendall despertándolos a todos. Todos despertaron de manera graciosa como sí hubiera un terremoto, y Kendall no pudo aguantar la risa y soltó una risa larga. Agarraron su equipaje pequeño, y salieron del avión. Notaron que en el aeropuerto había gente cantando, y disfrutando del día, algo emocionante.

—Oye tú, ven baila.—dijo uno de los bailarines que estaban en la entrada del aeropuerto. Agarraron a Kendall del brazo, y la pusieron a bailar. Kendall sonreía de una manera feliz, como si estuviera bien por fin.

—Oh dios, vengan a ver esto chicos.—grito Kylie.

Al salir del aeropuerto vieron una pequeña parte de la Vegas, pero se notaba que ese lugar era mágico, todos quedaron impresionados con el lugar en el que se encontraban. Quedaron como unas estatuas al ver lo hermoso que era, todas esas luces y gente con mucha felicidad. Transmitía mucha felicidad el lugar.

—Vengan.—gritó Ryan.—vamos a ver más cosas.

—No me sueltes la mano, Ryan.— dijo Kendall.

—Este lugar es verdaderamente hermoso.—dijo Justin.—me encantaría que estuviéramos teniendo sexo duro en estos momentos.

—Justin, callate.—rió Kendall sin parar.—eso no se dice aquí, ¿okey?

Rieron los cuatro que habían entendido el chiste, ya que el pequeño aun no sabía que era de lo que hablaban por que es un tema que no tocaría hablarle en esos momentos.

—¿Alguien trajo su teléfono?— pregunto Justin.—Hay que tomarnos una selfie justo aquí.

Había una fuente que era hermosa, que el agua iba al ritmo de la canción que colocaban. Se tomaron una selfie los cinco integrantes, y la editaron. Las vegas hacían que los cinco que habían pasado hace un día el peor día de sus vidas, uno de los mejores.

Encontraron un hotel de lujo, y era al estilo las vegas. Pasaron y le dieron una copa de tequila y limón a todo el que pasará, hasta le trataron de dar a Ryan, pero Kendall no lo permitió. Sin duda alguna esto era como unas vacaciones.

—Habitación deluxe.—dijo Justin sonriendo con una cálida sonrisa.—es una de la mejores habitaciones.

—Basta de lujos, Justin.—rieron todos al escuchar al menor decir eso.

Llegaron a la habitación se acomodaron y todos bajaron a comer menos Kendall, que quería estar un momento a solas. Vio el espejo y pudo ver a alguien en el espejo de la habitación.

—¿Qué carajos?—al voltear hacia el espejo no había nadie. Y al volver al voltear hacia adelante sintió unas manos, pero no unas manos cualquiera eran manos que no eran de este mundo. Fantasmas, demonios, espíritus y muertos.—no me mates, por favor.

Escuchó susurros de parte de ese espíritu que se encontraba con ella en la habitación, pero no logro entender. Su cara no era muy visible, era un espíritu sin rostro.

—¿Nicole?—preguntó con lágrimas en los ojos.—¿Eres tú?

Un escalofrío entro en su cuerpo al notar que el espíritu se encontraba con ella ahí, le apagaba y le prendía las luces.

—Nicole, si eres tú... Prende y apaga las luces dos veces.—dijo.

Las luces quedaron apagadas por un gran rato largo, y pudo ver a algo que podía ser el diablo, su rostro era negro y quemado. Se tenso al ver a dos personas paradas, una pequeña y el otro más grande.

—Ayuda...—dijo el pequeño espíritu.

El diablo agarraba a su pequeña hermana. Pudo entender ahí que era el tipo que mato a su pequeña hermana junto a ella, y el diablo era el señor que asesino Justin.

—Sueltala.—gritó.—por favor.

Y de un momento a otro, todo volvió a la normalidad. Salio de la habitación llorando, no quería que nadie la consiguiera después de lo que había visto en aquella habitación. Ella sentía que esos dos espíritus la estaban atormentando. Y no era normal.

Kendall salio de el hotel, sin avisarle a Justin, ni a nadie y pudo ver una plaza en la cual se podía sentar y sentir el aire libre.

—¿Te encuentras bien, niña?—al mirar a la cara de la señora que le había preguntando como se sentía tenía el rostro de su pequeña hermana.

Soltó a la señora la cual la había agarrado, y entro en un callejón el cual para ella se le hacia escalofriante.

—Oigan, tenemos carnada.—dijo una voz del callejón. Sintió una persona perseguirla y al voltear no se encontraba con nadie, entro en pánico y sintió unas manos taparle la boca.

the police. »j.b  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora