29.

6.8K 597 357
                                    

Lydia POV

Corrí hasta Stiles lo más rápido que podía, era mi oportunidad para recuperarle. Cuando llegué hasta él, no sabía qué hacer. Estaba de espaldas, por lo que lo más lógico me pareció tocarle el hombro para que se girase. Con una sonrisa, lo hice, aunque mi sonrisa no tardó más de dos segundos en esfumarse. No era Stiles, se trataba de otra persona.

—Lo siento... creí que eras otra persona—me excusé como pude ante el extraño, acababa de quedar en evidencia.

—Sin problema—dijo antes de darse la vuelta y continuar su camino.

Yo suspiré resignada, de verdad pensaba que era él. Pero claro, Stiles no estaría sin Liam, no podría haber sido él. Me había cegado, nada más.

El fuerte sonido de un avión me hizo volver a la realidad. No, no podía ser. Me acerqué a la ventana del aeropuerto para ver la pista de los aviones. Casi se me sale el corazón del pecho al ver que el avión que estaba despegando no era nada más y nada menos que el que se dirigía a California, el de Stiles y Liam. Puse la mano en el cristal, incapaz de articular ninguna palabra. Cuando el avión finalmente se alzó en el cielo y comenzó su trayecto a California, di un golpe al cristal. Lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos, mientras seguía mirando la pista de los aviones, vacía para mí.

—Les he perdido. Les he perdido para siempre—me atreví a decir, sabiendo que no había nadie para oírme. Las lágrimas que estaba intentando retener fueron brotando una por una de mis ojos, sin yo intentar detenerlas. Y es que aunque hubiera querido, no habría podido, no ahora.

— ¿Te encuentras bien? Sé que es una pregunta estúpida, pero tenía que hacerlo—. Me giré a mirar a la joven que había pronunciado esas palabras. Era una chica algo más pequeña que yo, acompañada de un chico rubio.

—Solo acabo de perder a mi hijo y al amor de mi vida, nada más—respondí entre sollozos.

—Eh, no llores, por favor. Tiene solución, ¿no? Podrías coger otro vuelo e ir con ellos—. Su idea me pilló completamente por sorpresa, especialmente porque tenía razón, siempre podría hacer eso.

—Gracias por el consejo, es probable que lo haga. Soy Lydia, por cierto. ¿Cómo te llamas tú?

—Soy Feña, no hay de qué. No me gusta ver a la gente triste.

—Doy fe—respondió ahora el chico—. Soy Brett, su novio.

—Encantada. Hacéis una buena pareja—dije secándome como pude las lágrimas.

—Gracias. Estoy segura de que todo se arreglará, confía en mí—dijo ella con una sonrisa—. Debemos irnos, pero no pierdas la esperanza.

—No lo haré. Gracias de nuevo.

La pareja se fue alejando poco a poco hasta que dejé de verlos. Observé en el panel los siguientes vuelos, mirando uno para California. Sorprendentemente, había otro hoy, pero ya para la tarde. Mejor, así podría ir a casa, preparar todas mis cosas y volar hacia California, mi verdadero lugar.

Cuando iba a comprar un billete, oí un chillido a lo lejos, uno que reconocería en cualquier parte del mundo.

— ¡Liam! —grité, aún sin saber de dónde provenía. No podía estar imaginándolo, tenía que estar aquí.

— ¿Lydia? —Esa era definitivamente la voz de Stiles, no tenía dudas.

Sin saber muy bien qué hacer, comencé a correr hacia el lugar de donde provenía la voz, tan rápido como mis piernas me permitían. A lo lejos vi a Stiles, no era una ilusión, estaba ahí de verdad, junto a Liam. Al ir acercándome, ni siquiera pensé en frenar, seguía corriendo igual de rápido.

This is (not) our baby || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora