18.

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Stiles POV

Al entrar en la consulta, lo estaba pasando mal, aunque no tanto como Lydia. Su mano apretaba fuertemente la mía, debido a los nervios por lo que tuviésemos que escuchar. Nos paramos frente a la doctora, esperando noticias de Liam.

—Hemos hecho unas cuantas pruebas a Liam y, aunque es difícil de detectar, creemos saber lo que le ocurre—. Los nervios eran más que evidentes, hasta la doctora los notó—. Nos haré esperar más, os contaré lo que ocurre. Liam tiene asma.

— ¿Asma un bebé? ¿Cómo es posible? —Pregunté algo confuso. Sabía que los niños podían ser asmáticos, pero los bebés no me sonaba haberlo oído nunca.

—Se da más a menudo de lo que podáis creer. El problema es que en los bebés es mucho más difícil de detectar, aunque puede hacerse. Y nosotros lo hemos hecho.

— ¿Y cómo ha podido pasar? —Preguntó Lydia esta vez.

—Hay una serie de factores desencadenantes en el asma de los bebés. Los más comunes son el aire frío, los resfriados y el tabaco, especialmente. Y por lo que hemos podido detectar, Liam ha estado inspirando el humo del tabaco bastante tiempo, incluso antes de que naciera.

—Su madre fumó embarazada—dije enfadado. Cerré mi puño para contener mi rabia, aunque era complicado. ¿Qué clase de madre fuma embarazada?

—Disculpe, ¿la madre no era usted? —preguntó señalando a Lydia.

—No, no. Al menos no la biológica, yo nunca habría fumado embarazada—se excusó rápidamente—. ¿Qué debemos hacer? Necesitará un inhalador, ¿no?

—Sí, aunque en los bebés esto es mucho más difícil de tratar, por lo que deberán venir una vez a la semana a verme, para ver si el asma se controla poco a poco. De verdad tienen suerte de tener un bebé tan sano con todo lo que hemos podido detectar.

— ¿A qué se refiere? —pregunté, incapaz de comprender.

—La madre biológica de Liam no solamente fumaba, también tomaba alcohol. Es increíble que Liam solamente tenga asma, podría haber tenido una cantidad de trastornos considerable. Espero que le cuiden bien, es un niño algo más sensible que los demás.

—Lo haremos, no se preocupe—aseguré.

— ¿Cuándo debemos volver? —preguntó Lydia.

—La semana que viene, el martes a poder ser—ambos asentimos—. Muy bien, pues ahora les devolveré su bebé y les daré un inhalador. ¿Saben cómo usarlo?

—Sí, he tratado con esta enfermedad anteriormente—aseguró Lydia. La doctora asintió antes de tenderme un inhalador, el cual cogí enseguida. Después sacó a Liam, dándoselo a Lydia. Los dos nos despedimos y salimos del hospital lo antes posible. Hasta la semana que viene no tendríamos que volver, por suerte o por desgracia.

...

Nada más entrar por la puerta, di un golpe al sofá, frustrado. Lydia dejó a Liam en su zona de juegos y rápidamente se acercó a mí, mientras seguía golpeando el sofá con mi puño.

—Hey, Stiles—me llamó, pero yo no quería oír. Necesitaba descargar mi rabia en algo y en este caso era el sofá, aunque podría haber sido cualquier cosa—. ¡Stiles! —gritó. Yo me giré rápidamente para enfrentarla, con rabia en mis ojos, puro fuego.

— ¡¿Qué?! —grité en un tono un poco más alto. Lydia cerró los ojos fuertemente, y supe que me estaba pasando, justo en ese momento. Abrí mis puños lentamente y me acerqué hacia Lydia, agarrando su cara suavemente—. Lo siento de verdad, Lydia, tú no tienes la culpa.

—No, no la tengo. Y tú tampoco—. Lydia me miraba fijamente, como si intentase ver a través de mí, aunque claramente no podría—. Ninguno tiene la culpa de que Liam tenga asma.

—Sí, hay alguien que sí tiene la culpa. Ese ser despreciable que se hace llamar su madre, su auténtica madre—escupí las palabras como si de fuego se tratase, como si quemasen mi garganta y mi boca al ser pronunciadas. Y se sentía así, en realidad—. ¿Qué clase de madre bebe y fuma en el embarazo?

—Una que claramente no quería tener un hijo—. Respondió Lydia, con voz tranquila. Estaba intentando mantener la calma para que yo me relajase, era obvio—. Ten en cuenta que abandonó a su hijo en la puerta de un apartamento. Estoy segura de que el padre era igual que ella, me juego cualquier cosa—. Yo me senté en el sofá, intentando tranquilizarme poco a poco. Inspiré profundamente antes de hablar.

— ¿Cómo puede haber personas así? Si no querían el bebé que hubieran abortado, o haberlo dado en adopción, pero no esto—. Lydia se sentó a mi lado en el sofá, mirándome, esperando que terminase de hablar—. Simplemente no lo puedo comprender. Soy una persona que sabe lo que se siente al ser abandonado por uno de sus padres, pero mi madre no lo decidió, ella quería quedarse. ¿Cómo puede haber gente que abandone a sus hijos con meses? ¿Qué pasará cuando Liam sea mayor y pregunte por sus padres? ¿Qué le diremos?

—La verdad, le diremos la verdad. Que sus padres le abandonaron, pero gracias a ello ganó dos padres que de verdad le querían. Tú y yo—. Intenté forzar una sonrisa, aunque la sonrisa quedó demasiado triste—. Por desgracia, ser abandonado era lo mejor que le podía pasar a Liam, así acabó con nosotros.

—La gente piensa que somos igual de irresponsables que sus verdaderos padres. Y lo peor es que tengan razón. ¿Quién soy para ejercer de padre?—contesté, decepcionado. Tan solo tenía casi 19 años, apenas podía cuidarme yo solo.

—Te diré quién eres. Eres Stiles Stilinski, el vecino idiota con el que choqué en el ascensor. Al que acusé de haber abandonado a su hijo, cuando en realidad no era así. Eres la persona que a pesar de no tener necesidad de hacerlo, me ayudó con Liam. Que cuando tomé la decisión de quedarme con él se presentó en mi puerta, diciéndome que tú serías el padre de Liam. La persona que me ofreció vivir con él, por haber perdido mi casa. Ese eres tú, Stiles. Eres una buena persona, y definitivamente, eres un buen padre. Así que no quiero que en ningún momento se te vuelva a pasar por la cabeza la idea de que no puedes ser su padre, porque en realidad eres el mejor padre que podría tener—. Yo estaba completamente perplejo por todas las palabras de Lydia. Cualquier persona podría pensar que eran dichas solamente para hacerme seguir adelante, pero no era así. Lydia de verdad pensaba que merecía la pena, que podía cuidar la vida de alguien. Aún algo estupefacto, respondí como pude.

—Lydia Martin, tú de verdad sí que eres la madre perfecta para Liam. Tienes tus manías y tus defectos, como todo el mundo. Pero yo te ayudo con ello, como tú me ayudas a mí. Eres la persona que me hace creer que de verdad soy bueno, que puedo hacer esto, que me anima a seguir adelante. Y no puedo agradecértelo lo suficiente, no con palabras. Eres una persona maravillosa, no sé cómo he podido vivir sin ti antes, eras lo que necesitaba y no sabía que era así—paré de hablar un momento para tomar su mano, que aunque sonará algo cliché, encajaba perfectamente con la mía—. Y cuidar a Liam no es fácil, menos ahora que necesitará más cuidados, pero saldremos adelante. Porque somos tú y yo, podemos hacerlo—. Lydia sonrió tímidamente. Su sonrisa me hacía sonreír, aunque pareciese imposible.

—Tú y yo. Me gusta cómo suena—respondió con una sonrisa más amplia.

—Pues acostúmbrate a ello. Lo escucharás a menudo, preciosa—respondí entre risas, aunque Lydia también rió.

Sin esperar ni un minuto más, me acerqué a Lydia para besarla. Era un beso con muchas palabras detrás, muchos sentimientos, muchas sensaciones. Lydia no tardó ni dos segundos en corresponderme, parecía que ya estaba esperando que yo la besase.

No quería pensar en lo que implicaba besar a Lydia, simplemente quería hacerlo y punto. Mis sentimientos por Lydia ya eran innegables y, supongo, que ella tiene sentimientos parecidos hacia mí. Lo que más ilusión me hacía no era que me correspondiese, si no la idea de que Liam pudiese tener unos padres que en el fondo le quieren y se quieren, no como sus verdaderos padres. Y me gustaría pensar que esos padres podríamos ser Lydia y yo, con el tiempo.


This is (not) our baby || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora