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Nota: supongo que ya se han enterado, pero Dylan ha tenido un accidente grabando. Que todas estamos preocupadas es un hecho, para que mentirnos. Pero se va a poner bien pronto, es Dylan, es Stiles, tiene que ser así. Para amenizar un poco el disgusto, os dejo este capítulo. 

#GetWellSoonDylan

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Stiles POV

Después de lo que pareció una eternidad, terminé de montar la cuna para Liam. Mientras lo hacía, Lydia enloquecía. Tengo que reconocer que las instrucciones y yo nunca nos hemos llevado bien, y al montar la cuna se notaba. Pero bueno, después de hora y media, logré montar la cuna. Dirigí mi mirada a Lydia, que negaba con la cabeza.

—Eres un desastre. En fin, voy a prepararle la bañera a Liam. Cuida de él mientras—. Ni siquiera me dio tiempo a responder, se fue rápidamente al baño.

Cogí a Liam en mis brazos y le examiné, ya que aún no me había detenido a observarle completamente. Liam era un bebé rubito, con nariz pequeña. Aunque sin lugar a dudas lo que destacaba en él eran esos gigantes ojos azules. Sus padres debían ser bastante atractivos, pocos bebés son guapos. No entendía como la gente podía pensar que Liam era hijo mío. Y Lydia tenía razón, aunque no lo reconocería. Me gusta Liam, me siento bien cuidando de él, siendo su padre.

—Eh, Stiles. —Me llamó Lydia desde la puerta del baño —El agua está perfecta ya.

Fui con Liam hasta el baño y lo desvestí poco a poco, hasta dejarlo desnudo. Noté como empezó a tiritar, por lo que le acaricié un poco, intentando darle calor. Le metí lentamente en el agua, con ayuda de Lydia. No porque no pudiese con Liam, si no para no salpicar todo.

—Quiero bañarle yo. ¿Te parece bien? —Pregunté a Lydia.

—Está bien, pero yo le doy de cenar luego la papilla.

Eché un poco de gel en la esponja y empecé a frotar a Liam con ella. Él no lloraba ni protestaba, ya que estaba entretenido jugando con el patito de goma. Al acabar de enjabonarle, me eché champú en las manos y lo pasé suavemente por su cabeza, no quería hacerle daño. Liam empezó a dar pequeños golpes al agua y parecía divertirse. Yo sonreí y comencé a mover el patito y el pingüino por el agua, haciendo ruidos raros. Liam me miraba atentamente mientras lo hacía, parecía que estuviese hipnotizado.

Una pompa apareció al lado de mi cara y Liam con su mano fue a explotarla. Al hacerlo, me salpicó la cara, que quedó parcialmente mojada. Escuché a Lydia reírse detrás de mí. Me giré a verla, ella era quien estaba haciendo pompas de jabón. Se había recogido un poco el pelo de la cara, para soplar las pompas de jabón. Yo le miré con el ceño fruncido.

—No me mires así, a Liam le gusta. ¿Verdad que sí? —Preguntó ella acercándose a la bañera. Ella volvió a hacer más pompas cerca de Liam, que estaba tremendamente contento intentando explotar todas. Lydia se acercó de repente a mi cara y me explotó ella misma una pompa. Ahora mi cara estaba completamente mojada.

— ¡Oye! —Grité, mientras Lydia reía. — ¿Te parece gracioso? —Pregunté.

—De hecho sí. Nunca te había visto tan nervioso por no controlar la situación— me respondió como pudo, ya que seguía riéndose. Aunque no por mucho tiempo. Cogí un poco de agua de la bañera con mi mano y salpiqué su cara. Lydia dejó de reír al momento y se quedó petrificada, a la vez que mojada.

— ¿Quién se ríe ahora? —Pregunté entre risas. Liam había parado de jugar para mirarnos a nosotros. Lydia frunció el ceño, enfadada. Oh no. Metió su mano en la bañera y me mojó, de la misma forma en que yo lo había hecho. —Acabas de comenzar una guerra, preciosa.

El baño de Liam se convirtió en una guerra entre Lydia y yo, en la que Liam era el espectador. Lo más gracioso es que parecía gustarle ver cómo nos mojábamos mutuamente. Agarré a Lydia y le acerqué a mi cuerpo, para poder mojarla completamente. Lydia se resistía como podía, pero a pesar de sus intentos por resistir y sus gritos, acabó igual de mojada que yo. La cercanía con su cuerpo era algo extraño, pero desde luego se sentía bien, no había incomodidad alguna.

—Bueno, basta. —Dijo separándose de mi cuerpo. —Debes terminar de bañar a Liam.

Obedecí a Lydia y aclaré el gel y champú a Liam, dejándole completamente limpio. Cogí una pequeña toalla que Lydia me pasó y le sequé. Lydia entonces le puso un pijama que le habíamos comprado, ya que no tenía ninguno. Era uno muy gracioso en el que ponía ¿alpha or beta? De dos muñecos, uno grande y otro pequeño.

—Yo le he bañado pero tú has preparado el baño, por lo que lo justo es que yo preparé la papilla—comenté a Lydia. Por su reacción, parecía que el comentario le había pillado por sorpresa, no sé si sería por mi caballerosidad o por qué. Ella no dijo nada, solamente asintió. Fui a su cocina y leí las instrucciones del preparado y en menos de dos minutos, la papilla estaba lista. Fui al salón donde ya estaban los dos con el cuenco y una cuchara.

— ¡Espera! Tengo que ponerle el babero, o manchará el pijama—Dramatizó Lydia, a lo que yo reí.

—Sobrevivirás si es así, no te preocupes. —Ella rodó los ojos y se sentó frente a Liam. Yo me senté en el sofá para ver la escena, supuse que sería divertido. Lydia le puso el babero a Liam y cogió algo de la papilla en la cuchara.

Si pensé que sería divertido me equivocaba. Liam no quería comer al principio, por lo que Lydia empezó a hacer el famoso avioncito. El bebé quedó cautivado y comenzó a comer sin rechistar. ¿Por qué no me resultó divertido? Porque mientras yo quería reírme de Lydia, no me salía. Ella daba de comer a Liam de manera extremadamente delicada y suave. Hacía ruidos con la boca para que Liam comiese y no quitase sus ojos de encima. Pero Liam no era el único que no podía quitar los ojos de encima de Lydia, ya que yo estaba igual que él. ¿Qué me pasa? Es mi desagradable nueva vecina dando de comer a un bebé, no Megan Fox. Todos sus movimientos parecían haber sido ensayados anteriormente, todos eran muy precisos.

Liam manchó a Lydia la nariz con papilla y yo reí levemente, no quería que ella me enviase una mirada asesina. La escena me resultó tremendamente tierna y dulce y no era exclusivamente por Liam, si no por Lydia. Para ser una persona tan inexperta, parecía de verdad la madre del bebé. Y en ese momento, algo en mi perspectiva de ver esta situación y como enfrentarme a ella cambió. Ya no me veía como un chico ayudando a una extraña con un bebé desconocido. Podía vernos como el padre y la madre de un bebé. Y ante esta percepción no sabía si asustarme o alegrarme, aún era pronto para decidir. Pero el pensamiento no sonaba mal, para que engañarse.

This is (not) our baby || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora