9.

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Lydia POV

Nada más llegar tuvimos un problema ya para sentarnos. Stiles, al igual que yo, solamente tenía un sofá en el que cabían dos personas, tres si te juntabas mucho. Pero nosotros éramos cuatro.

—No pasa nada, traeré una silla de la cocina, yo me sentaré ahí—. Debía de estar soñando. ¿Stiles sacrificándose por los demás? —No me mires así preciosa, tenemos visita—él señaló con la cabeza a nuestros amigos. Yo rodé los ojos y me senté en el sofá.

—Yo también me sentaré en una silla, así podéis poner a Liam en el sofá también—dijo Scott antes de ir a la cocina. Kira me miraba curiosa.

— ¿Por qué esa mirada?

—Oh, nada. Solamente es que Stiles te llama preciosa y no dices nada. Parece hasta gustarte—. Abrí los ojos completamente debido a la sorpresa. ¿Gustarme?

—Kira, estás loca. No me gusta que Stiles me llame preciosa, me parece...

— ¿Encantador? ¿Irresistible? —. Stiles había vuelto al salón con la silla y se había unido a la conversación. Fantástico—. Claro que le gusta, es lo nuestro.

—No tenemos un nosotros, salvo a la hora de cuidar a Liam. Que te quede claro—. Le señalé amenazante con el dedo, quería que le quedase claro. Stiles soltó un bufido antes de sentarse en la silla.

—Muy bien, ya he pedido la comida. Espero que os guste el picante, porque creo que todo lo es—. Scott había entrado en el salón con otra silla, que colocó al lado de Stiles, frente a Kira. Para mí desgracia, yo tenía a Stiles enfrente.

—Por mí está bien, estoy acostumbrada. El wasabi es parecido—. Comentó Kira. Yo puse mala cara al recordar la primera vez que probé el wasabi en su casa, casi pierdo el sentido del gusto.

Nos tocó esperar unos veinte minutos en lo que traían la comida. Scott pensó que podíamos aprovechar para conocernos mejor. Me enteré que está estudiando para ser un veterinario, una cosa que tenía en común con Kira. Por supuesto que cuando se enteraron, empezaron a hablar de los animales y cosas extrañas de la profesión, por lo que Stiles y yo nos quedamos callados escuchando.

Me levanté del sofá y cogí la papilla que Stiles había preparado y la metí en el microondas. Lograría que conmigo Liam comiese, al fin y al cabo, lo había hecho antes. Al volver al salón, vi que nuestra comida acababa de llegar. No me preocupó sin embargo, tenía que dar de comer a Liam primero, era mi prioridad en este momento. Soplé un poco y se lo intenté dar, pero se negó. Genial, me iba a tocar hacer el tonto delante de tres personas. Yo suspiré. Cuando me dispuse a hacerlo, Stiles se levantó y se agachó frente a Liam, para después comenzar a hacer tonterías. Mientras Scott y Kira se reían, yo le miraba confundida. ¿Por qué hacía esto? Decidí no cuestionarlo por el momento y aprovechar para que Liam comiese, ahora que estaba entretenido. Por supuesto, acabó dando resultado, en menos de cinco minutos Liam había terminado de comer. Al parecer, Scott y Kira también.

—Lydia no te molestes en recoger el plato de Liam, come. Se te quedará fría la comida. Lo haré yo.

El gesto de amabilidad de Stiles me dejó completamente descolocada. ¿Estaba siendo amable porque había gente delante o porque de verdad quería serlo? Kira me miraba con una mirada cómplice que no me gustaba nada, por el significado de esa mirada. Ella solo usaba la mirada cuando creía que tenía tensión o química con alguien. Y que lo estuviese usando ahora, no era una buena señal. Yo decidí ignorarla.

—A ti también se te quedará fría la comida. Siéntate a comer, luego se recogerá—ordené yo. No hizo falta que insistiese mucho, claramente Stiles estaba muerto de hambre. Menos mal que me gustaba la comida mexicana, si no esto habría sido un desastre.

...

Una vez terminamos de comer, Scott y Kira se fueron, tenían clase en la universidad. Lo más seguro es que coincidiesen hasta en la misma clase pero claro, siendo más de cien personas en una clase era lógico que no se hubiesen visto. Eso nos dejaba a Stiles y a mí de nuevo solos. Esperemos que nadie salga herido. Recordé el gesto de Stiles en la comida, ayudándome a mí. Aunque fuese muy orgullosa, debía agradecérselo. Tragándome todo mi orgullo me levanté y me acerqué hasta Stiles, que tenía a Liam en brazos.

— ¿Te ocurre algo? —Preguntó sorprendido de verme frente a él. Me senté en el sofá a su lado, no quería quedarme de pie.

—Nada, solamente quería agradecerte. Tú dejaste tu orgullo atrás para pedirme ayuda, y yo lo dejo para agradecerte. Sin ti tampoco habría sido capaz de dar de comer a Liam. Gracias por eso—. Pude ver como se formó una tímida sonrisa en la boca de Stiles y aunque yo lo evitase, en la mía también.

—No hay de qué. Sabía que te daba corte hacer el avión y estas cosas frente a Scott, por lo que salí en tu ayuda. Nunca me importó hacer el ridículo—confesó, encogiéndose de hombros.

—A mí sí, por eso te agradezco. Quizá deba aprender un poco más de ti en ese aspecto.

—Espera, ¿Lydia Martin queriendo aprender de mí? Quién eres tú y que has hecho con mi preciosa—. Aunque intenté responder, no me salían las palabras. Lo único que tenía en la cabeza era el sintagma mi preciosa, que me había dejado paralizada. Sin poder controlarme, un calor se acumuló en mis mejillas, mientras que mi corazón comenzó a palpitar a un ritmo más acelerado. Me tuve que recordar que estaba frente a Stiles para que mi corazón se tranquilizara, aunque no pareció servir de mucho. Es Stiles, tu vecino estúpido y arrogante, tu compañero de misión respecto a Liam. Nada más. Observé como Stiles parecía no haberse inmutado con sus palabras. ¿Acaso no se daba cuenta de lo que me acababa de decir? —Mira, Liam se ha quedado dormido. ¿Quieres llevártelo a casa o me quedo con él?

—Bueno, teniendo en cuenta que mañana es lunes, debería llevármelo yo. Tienes turno de mañana en la universidad y necesitas descansar. Es lo mínimo que puedo hacer—. Stiles me sonrió victorioso—. ¿Por qué la sonrisa?

—Porque a pesar de tu orgullo y de tu "odio" hacia mí, te preocupas por mí—. Yo parpadeé perpleja. No porque no tuviese razón, al contrario. La tenía y yo actuaba sin ni siquiera darme cuenta. ¿Qué demonios me pasaba?

Stiles se acercó a entregarme a Liam en los brazos, con sumo cuidado. Al hacerlo, mi brazo rozó con el suyo y sentí una electricidad en el punto en que nos rozamos. Además, el vello se me puso de punta. Cuando me dispuse a irme, Stiles me agarró de la cintura para girarme y quedar frente a frente con él. Sus ojos avellana no mostraban superioridad o pasotismo, tampoco eran fríos, esos ojos fríos que tan acostumbrada estaba a ver. Puede que fuese su expresión, pero sus ojos me mostraban... ¿cariño? Ah claro, Liam. Le ha cogido cariño. Él acercó su mano a mi cabeza para apartarme un mechón de pelo y ponérmelo detrás de la oreja. Después acercó sus labios a mi oído.

—Que no te moleste tu preocupación por mí. Yo también me preocupo por ti, preciosa. Más de lo que crees—. Alejé mi rostro y miré a Stiles con miles de emociones juntas. Decidí irme de su casa ya, no aguantaba más.

Entré en la mía y puse a Liam en la cuna. Después me paré frente a la cama y me dejé caer, quedándome mirando el techo. No sabía que me estaba pasando con Stiles pero, fuese lo que fuese, tenía que pararlo. Esto solamente podría dar problemas, como para empezar, a mi cabeza y a mi corazón. La última vez que me pasó algo así acabé enamorada como una idiota, para después acabar con el corazón roto. No volvería a suceder. Cuanto más tiempo negase lo que estaba empezando a sentir, mejor. Así con un poco de suerte, conseguiría dejar de sentirlo para siempre.


This is (not) our baby || StydiaWhere stories live. Discover now