CAPÍTULO 41... Suga...

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(♣♥Brooklyn...♥♣)

Observé atenta como dejaba al pequeño sobre la cama, como le quitaba los zapatos y lo arropaba. Sonreí, supongo que después de todo, Yoohyun sacaba el lado amable de todos ellos.

― ¿Y bien? ―preguntó sin darme frente, irguiéndose pero sin dejar de procurar al niño dormilón. Yoohyun se parecía muchísimo YoonGi estando inconsciente.

Suspiré girando sobre mis talones para irme del lugar, con los brazos aún sobre el pecho. No estaba de humor para iniciar otra discusión y menos en la habitación donde dormiría el pequeñín

[***]

Saqué el jugo del refrigerador y me serví en un vaso de cristal. Después me iría a dormir. No iba a quedarme más tiempo en la planta baja con ese individuo de miedo.

―Te escucho ―su voz se escuchó de pronto sorprendiéndome; y lo encontré en la entrada de la cocina, apoyado en el marco, mirándome detenidamente― ¿De qué va tu plan?

Rodé los ojos con fastidio y dejé el vaso de cristal con firmeza sobre la barra produciendo un sonido frío pero es que Jin con sus insinuaciones comenzaba a fastidiarme.

―No tengo nada que decir ―bufé―. Voy a dormir ahora.

Caminé decidida hacia la salida aunque como era de esperarse, Jin se interpuso a medio camino.

―Qué es lo que quieres de YoonGi, eh ¿Acaso planeas usar a Yoohyun? ―mis ojos se abrieron por completo al igual que mi boca con indignación ¡¿Qué?!

― ¡Diablos! ¿Sabes? Realmente quiero desechar todo ésto y ustedes son algo difíciles de eliminar, ¿Cómo puedo hacerlo? Todo Bangtan me tiene hasta la... ―el timbre de la puerta me interrumpió. Callé enseguida. Suspiré otra vez conteniendo mi enojo y pensé que abrir la puerta me ayudaría a relajarme―. Permiso ―finalmente pasé a lado de Jin chocando los hombros. Él alzó las manos en señal de rendición y sonrió de manera burlona dándome espacio. Idiota.

―Buenas noches, Brooklyn ―la señora Choi estaba frente a la puerta con una enorme caja blanca en sus manos―. Han dejado este paquete por error en mi entrada, sin embargo, dice el numero de tu departamento. Seguramente el portero se equivocó de nuevo.

―Oh, muchas gracias, señora Choi. Es muy amable, no se hubiera preocupado. Pudo entregármela mañana ―sonreí de manera dulce y sostuve la caja para no hacerla cargar más tiempo.

―Oh, no podría mañana. No estaré en casa y alguien podría haberse llevado el paquete. Entonces... ―se detuvo de pronto y noté como sus ojos se concentraron en algo a mis espaldas, por ende, tuve que girar la cabeza para saber de qué se trataba.

Jin estaba ahí, con una mano en el bolsillo de su pantalón de chándal y la otra revolviendo el cabello de su nuca mientras bostezaba... ¡Sin camisa!... ¡Santo Cielo! ¡¿Cuando se la había quitado?!

La señora Choi pensaría mal de mí, sin duda. Volví a mirar el rostro sorprendido de la señora Choi y creí ver como sus ojos se movían de arriba hacia abajo en aquella figura detrás mío. Con lo "comunicativa" que es la amable señora, seguramente le diría a todo el edificio que me aprovecho de la ausencia de mi padre en casa.

― ¡Oh, déjeme explicar! ―me apresuré a decir― Señora Choi, le presento a mi hermano, SeokJin ―la palabra hermano se atoró en mi garganta, aunque no por la razón que seguro mi vecina pensaba, sino porque era la primera vez que lo reconocía como tal y, dudar hacía que la señora no me creyera―. Bueno... hermanastro ―el semblante de la anciana se suavizó y sonrió.

The Perfect Strategy -SUGA- BTSTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon