CAPÍTULO 30... Suga...

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(♣♥SUGA...♥♣)

Caminé entre suspiros hasta llegar a la guarida. Un pequeño sótano que encontramos cuando éramos niños. Se podía entrar a ella con unas escaleras, tal como si quisieras entrar al tren subterráneo pero sólo que en lugar de andenes era una bodega abandonada, como alguna especie de refaccionaria bajo el suelo. La decoramos conforme el paso del tiempo y cuando entramos a la preparatoria ofrecimos algunas fiestas o presentaciones para concursos de rap, BMX o skate. 

Ubicada en una zona donde los policías no vigilan en lo absoluto, se ganó comodidad y tranquilidad para Bangtan, aunque tuvimos que pelear por él cuando demás pandillas se enteraron de su existencia ¿El dueño? Nunca apareció, incluso después de que la primera fiesta contó con artículo periodístico (por desorden), así que supusimos que no existía o simplemente había dejado el lugar atrás de su vida.

Por alguna razón mi energía se había ido de mi cuerpo y creí que era porque me podía enfermar de gripe al exponerme bajo la lluvia. Al entrar, todos los chicos estaban ahí. Jin, Hope y Rap Monster estaban sentados frente a la pequeña mesa que teníamos, planeando algo sobre un gran plano cartesiano, Kook estaban jugando videojuegos frente a la pantalla plana, y V junto a Jimin estaban a mitad de una partida de billar. Sin embargo, en cuanto aparecí todos detuvieron sus acciones y voltearon a la puerta para saber quien había ingresado con tanta facilidad si ya había dicho que no asistiría.

—Viniste... —exclamó NamJoon al enarcar las cejas con sorpresa y admiración— pensamos que harías tu parte solo.

—Y eso haré —avancé con dirección al sofá, dejándome caer a un lado del maknae y quitando el estorboso cojín de mi espalda— ahora sólo vengo a descansar... —dejé reposar mi cabeza en el respaldo del asiento y me cobijé el abdomen con el cojín.

— ¿Sucedió algo? —preguntó Hope curioso. Aunque no podía verlo, supuse que nadie había continuado con sus actividades. Negué con la cabeza sin abrir los ojos.

—Supongo que me enfermaré de gripe ya que estuve bajo la lluvia —confesé en un suspiro.

—¡Venga, a este hyung sólo le hace falta dormir para recuperarse! ¿no es cierto? —cuestionó Kook con ese tono alegre que tranquilizó a todos. Asentí con la cabeza para finalmente dormir.

En el preciso momento en que su rostro apareció entre mis sueños y se transformó de inmediato al miedo que me tenía ahora, abrí los ojos de inmediato. Seguía en la misma posición, inconsciente de cuánto tiempo había pasado. Visualicé el lugar, todo estaba más tranquilo ahora y eso se debía a que nadie se encontraba. La luz incluso estaba apagada.

— ¿Despertaste hyung? —cuestionó la voz de Kook a un lado de mí, mientras se concentraba en su juego, asustándome; por suerte no reaccioné de forma brusca y sólo me limité a girar a verle rápidamente

—Sí... —murmuré intrigado y él no apartó la vista del televisor— ¡Ni siquiera haces ruido!... creí que no había nadie... ¿Y los demás?

— ¿Te asusté hyung? —cuestionó con diversión y pude ver su blanca sonrisa por las luces que emitía aquel molesto videojuego— Fueron a terminar algunos asuntos y a beber donde siempre, yo me quedé porque tenía que terminar esta parte ¡Listo! ¡Oh, sí! ¡Maldición! ¡Soy el mejor! ¡Jodidamente el mejor! —en un saltó se levantó del sofá y comenzó a celebrar su victoria. Miré la pantalla y no estaba nada mal— y para cuidarte... —agregó al tranquilizarse lentamente.

—Entonces vamos —me reincorporé del sofá y le indiqué que me siguiera.

— ¿A donde? —cuestionó frunciendo el ceño.

—A beber... —respondí como lo evidente que era.

—Aun soy menor de edad —abrió los ojos con sorpresa.

—¿Y eso qué? Vamos, tu hyung te hará entrar —sonreí. 

Él asintió felizmente, siguiéndome después de apagar la consola correctamente.

[***]

Caminábamos tranquilamente por la acera, mientras el fresco de la noche se sentía realmente bien sobre mis mejillas. En la guarida me había cambiado la sudadera gris por una chaqueta a blanco y negro, y los pantalones cortos por unos de mezclilla, utilizando la muda de ropa que guardamos ahí. Kook sólo se colocó una especie de chaleco de cuero donde guardaba sus manos al caminar. Conversamos de cualquier cosa, riendo por algunas ocurrencias nuestras... hace mucho que no pasaba tiempo de calidad con el maknae y recordé que últimamente era demasiado brusco con él, pues parecía que sólo quería descargar toda mi ira con el más joven del grupo ¡que idiota! Él sólo era mi amigo y ella... nada, no era nada más ahora. 

(♣♥Brooklyn...♥♣)

Sin duda hacía frío en la calle por la lluvia de hace unas horas. Mi turno se había terminado y estaba anocheciendo en la ciudad. Todo se ponía oscuro y el tránsito en la calle había reducido considerablemente. Sujeté mi mochila por las correas cerca de mis hombros y caminé de regreso a casa, esta vez no iría en taxi, necesitaba reflexionar. Si llegaba al departamento estaría sola ¿cierto? 

Tal vez eso me ayudaría a dejar de pensar en Suga después de lo que sucedió. Necesitaba un baño caliente y un poco de televisión en la sala o algún libro que leer sobre mi cama. Necesitaba una historia donde los príncipes sólo existen en los cuentos de hadas, donde los héroes son parte de una historieta, donde todo es siempre felicidad. Suspiré cansada ¿Que me ocurría?...

Avancé tranquilamente por la calle hasta que un mareo me invadió por completo. Me detuve. Uno... dos... tres... di sólo tres pasos más antes de que todo se volviera negro... 

¿Había muerto? ¿Qué me pasaba?

(♣♥SUGA...♥♣)

La visualicé. Era increíble que la encontrara aún debajo de las piedras. Sin embargo, antes de que si quiera pudiera contemplarla bien, observé como su cuerpo caía al suelo

—Brooklyn... Brooklyn... ¡Brooklyn!... ¡Reacciona! —indiqué en voz alta, corriendo hacia ella, esperando abriera los ojos.

Apenas logré sostenerla en mis brazos, ella se había desvanecido de una manera tan extraña que no podía evitar sentirme preocupado por su estado de salud.

—Jungkook ¡Jungkook! —llamé a mi joven amigo para que viniera auxiliarme.

— ¿Qué sucede hyung? —cuestionó apresurado al ver el cuerpo inconsciente en mis brazos— ¡¿Qué le pasó?!

—No lo sé... llama a una ambulancia, ahora —ordené al menor para que se diera prisa. 

De inmediato el maknae sostuvo la bocina de su móvil cerca de su oreja y habló con la operadora. Brooklyn se veía tan indefensa, tan vulnerable, tan pequeña... 

The Perfect Strategy -SUGA- BTSOnde histórias criam vida. Descubra agora