"Día 29"

846 46 2
                                    

"Dime que me quisiste al menos la mitad de lo que dijiste."

11:00 A.M., 03 de abril del 2015.

-Oye cariño, ya falta poco para tu cumpleaños-comentó Melisa mientras servía pasta en mi plato.

Ayer, luego de haber llegado al departamento, pasé todo el día jugando con mi hermano y poniéndome al corriente de la vida de Melisa. Mi padre llegó para cenar y hablamos un poco, pero se lo notaba feliz como hacía años no lo veía.

Habíamos dejado a Evan en su casa y, aunque me había mandado 20 mensajes de ayuda, no le contesté. Estaba demasiado ocupada teniendo un día normal con mi familia.

-Cierto, ¿qué quieres que te regale?-preguntó mi padre con la boca llena de espaguetis.

-No lo sé, aún no lo decido-contesté encogiéndome de hombros.

Nunca me habían emocionado mis cumpleaños, y aunque este año cumpliera 16, no era la excepción.

-Oye, ¿tengo que regalarte algo, no?-dijo mi hermano que se había manchado toda la cara con salsa.

-No lo sé, ¿tienes dinero?-pregunté divertida.

-Oh claro, pero no para gastarlo en tu obsequio, creo que un abrazo bastará-dijo completamente seguro de que un abrazo era considerado un regalo adecuado y yo le saqué la lengua divertida.

Dios, lo amaba tanto que dolía.

-Eres malvado pequeño.

-Ya, compórtense-intervino Melisa divertida-. Estuve pensando que podrías venir aquí en tu cumpleaños, y podemos tener toda una tarde de chicas juntas. ¡Puedes traer a tus amigas y a Evan!, no creo que a tu padre le moleste, ¿o sí?-preguntó amenazante y mi padre asintió rápidamente.

-Oh claro, claro, ¿qué me haría más feliz que seis adolescentes sueltos con mi tarjeta de crédito y mi esposa en New York?

Reí junto con Thomas.

-Está bien, luego les preguntaré a mis amigas. Gracias por ofrecerte a hacer eso Melisa-dije sonriente y realmente agradecida.

Está mujer con joyas caras y manos suaves no tenía ninguna responsabilidad con la hija del matrimonio fallido de su marido, pero aun así, actuaba como si fuera de su propia sangre y quería que siempre fuera feliz. Solía decirle a mi padre, en los primeros años que estuvieron juntos, que era una mujer maravillosa y todavía lo creo.

-Descuida cariño, no es nada, sabes que eres como una hija para mi-dijo sonriendo.

Melisa, la gran Melisa.

14:00 P.M.

-¡Megan! ¡Oh, por todos los cielos! ¡Marcus ven, ya llegó!-gritó Bryana, la madre de mi amigo apenas abrió la puerta de su casa.

-Hola tía-dije dándole un abrazo para luego entrar a su casa.

Era extrañamente parecida a la de Luke, solo que sin tantos lujos y habitaciones.

-Megan, te extrañé tanto, tienes olvidada a tu pobre tía-dijo mientras ambas nos sentábamos en los sillones del living.

-Lo siento, tengo una vida ocupada en Los Ángeles tía, aunque ahora nos veremos más seguido, te lo prometo.

Jamás pude decirle a mi tía todo lo que sucedía con mis padres, y ese fue un acuerdo silencioso que siempre mantuvimos con mi padrino, quien lo sabía todo. No alterar a la tía Bryana nos ayudaba a todos.

-Pero, ¡miren quién está aquí!, la chica que dice ser mi mejor amiga-dijo Evan quien sólo vestía unos pantalones de chándal.

-Oye, tengo una vida además de tí -dije divertida mientras mi amigo se sentaba al lado mío y me daba un beso en la mejilla.

Un año (L.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora