"Día 15"

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"Tus amigos siempre estarán para ti, por muy estúpido que seas."

09:00 A.M., 19 de marzo del 2015.

Estaba sentada en el aeropuerto esperando a que mi querido amigo llegara de New York por segunda vez en menos de dos semanas.

Ayer, mi madre había intentado hablar conmigo antes de irse, pero si quería empezar a superar todo eso tenía que hacer lo que ella siempre hacía conmigo, ignorarla, lo cual, generó que se cansara y saliera del apartamento sin despedirse de mí, pero no importaba.

Ya no.

Miraba a la gente que se reunía en el aeropuerto muy interesada. Siempre había amado este lugar, quizás era porque pasaba mucho tiempo aquí cuando era niña esperando o despidiendo a alguno de mis padres, pero amaba los reencuentros de las familias que no se veían hacía años, las despedidas dolorosas que jamás se superarían, o esas palabras que nunca se habían dicho y justo aquí se decían. En fin, amaba los aeropuertos.

Vi cómo la gente empezaba a salir por el túnel, y me levanté para empezar a agitar el cartel que le había hecho a mi amigo.

Ayer por la noche, cuando estuve definitivamente sola y sin poder dormir, tomé mis lápices de colores y con letras muy delicadas dibujé "Evan idiota, acá está tu querida amiga". Vi como algunas personas reían por lo bajo al leer lo que tenía escrito y sonreí.

Mi amigo salió por el pasillo arrastrando su equipaje, dio una mirada por el lugar hasta que notó mi cartel y empezó a reír fuertemente mientras yo corría hasta él.

Terminé colgada a su cuerpo en un fuerte abrazo que casi hace que nos caigamos nuevamente.

-Hola, pequeña.

-Idiota, te extrañé- dije haciendo un pequeño puchero, bajándome con cuidado de su cuerpo.

-¿Podrías dejar de llamarme idiota, pequeña?

-¿Podrías dejar de decirme pequeña, Evan?-hablé cruzándome de brazos.

La gente comenzaba a mirarnos, pero no nos importaba.

-Tú ganas. Vamos por mi moto, mandé a traerla- asentí feliz y empezamos a salir del aeropuerto.

Estaba realmente contenta y agradecida de que Evan haya venido, pero no se lo diría.

Ya tenía el ego lo suficientemente alto.

11:00 A.M.

-¡Bienvenido a tu nuevo hogar!

Mi voz salió en un grito de presentador de televisión, y Evan rió mientras apoyaba sus maletas en el piso.

Una vez que sus cosas fueron dejadas en la habitación que ocuparía por los próximos meses, nos sentamos en la mesa del comedor con una botella de Coca- Cola entre ambos.

-¿Cómo estás Megan?

Para ser Evan, había tardado bastante en preguntarlo.

-Bueno, lo de mi padre ya te lo conté por Skype y lo de mi madre ya lo sabes-Me encogí de hombros y tomé un sorbo de la bebida azucarada antes de continuar. -Decidí que ya no me importan, ¿sabes?, voy a mostrarme como verdaderamente soy, no más la Megan callada y que se guarda sus comentarios sarcásticos-Mi amigo sonrió orgulloso.

-¿Y crees que funcionará?

-Creo, Evan, que llega un momento en tu vida en que debes mostrarte como verdaderamente eres para que nada te importe y así evitar que rompan tu corazón-contesté simple-, y eso es lo que haré.

Un año (L.H)Onde histórias criam vida. Descubra agora