"Día 13"

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"Nadie puede romper el corazón de un adolescente como lo hacen los padres."

05:00 A.M., 17 de marzo del 2015.

Me desperté por el sonido de mi alarma. Todavía no le había cambiado la canción de One Direction, porque siempre se me olvidaba y, además, me alegraba un poco cuando los escuchaba, no importaba la hora que sea.

Estuve dando vueltas en mi cama con el celular en la mano por diez minutos.

Había tomado una decisión por lo que suspire y pulse el botón de llamada. Después de tres tonos, una voz profunda atendió.

-Hola, ¿quién habla?

Mi padre no me sorprendió por no tener mi número registrado, después de todo, hacía meses que no hablábamos.

-Hola papá, soy Megan-la línea se mantuvo unos segundos en silencio.

-Hija, ¿pasó algo?, ¿necesitas dinero? Si quieres puedo...-lo interrumpí.

-No, solo quería saber si podía ir este fin de semana o el siguiente.

Más silencio.

-No lo creo, Thomas tiene cosas que hacer y Melisa no va a estar.

Su tono de voz parecía distraído, como si estuviera con el teléfono apoyado entre su hombro y la oreja mientras revisaba papeles de la oficina. Probablemente, era exactamente eso lo que estaba haciendo.

-¿Y tú?¿Qué harás tu papá?-esperaba que, incluso en su distracción, se diera cuenta de lo enojada que estaba.

¿Dejé todo mi orgullo de lado solo para hablarle y él ponía excusas?

-Trabajo Megan, y en este momento tengo una junta-hubo un momento de silencio en la línea-. Lo siento, cuídate hija-sin decir más, cortó.

Arrojé mi teléfono molesta y vi como caía por el borde la cama.

Lo odiaba.

-Te equivocaste Evan-susurre mientras intentaba que las lágrimas no cayeran por mis mejillas-. Él ya no me ama.

Luego de unos minutos intentando que mi respiración volviera a recomponerse, me estiré por la cama y tomé el teléfono del piso. No tenía por qué desquitarme con el pobre aparato.

Vi la hora y decidí cambiarme. Tenía que fingir que todo estaba bien, porque las chicas ya tenían suficientes problemas como para aguantarme, así que tomé un jean ajustado negro, una camiseta blanca lisa y un pequeño suéter lila, me metí en el baño, hice mi rutina diaria solo que maquillándome un poco para tapar mis ojeras y, por último, agarré un pañuelo para ponerlo sobre mi cabeza evitando que el cabello se me viniera a la cara.

Me miré un momento en el espejo y puse una gran sonrisa, parecía estar perfecta.

Mejor.

Agarré todas mis cosas y salí para ir directamente al Institute Mall.

16:00 P.M.

Por fin podía ir a mi casa.

Nadie se había dado cuenta de mi estado y actué como si todo estuviera perfecto, así que había sido un día tremendamente agotador, rodeado de falsedad y chistes forzados.

Por el rabillo del ojo vi como Luke se había puesto a la par de mío. No habíamos hablado en todo el día y tampoco se sentó con nosotros en el almuerzo, pero no me importó en lo más mínimo, suficiente tenía con lo mío, y sabía que estaba esperando que hablara sobre Evan, cosa que realmente no tenía energía para hacer en estos momentos.

Un año (L.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora