Jeff me vio.

- ¡Sky! Estás bien.

Fui donde él y lo desaté.

- Jeff... - dije y lo abracé.

El me correspondió el abrazo y luego se separó para encarar a Slender.

- No voy a dejar que le hagan daño.
- Tranquielo Jeff, Slender ahora es mi maestro.
- ¿Maestro? - me preguntó confundido.
- Sí. Me ha dejado vivir aquí.
- ¿Vivirás en la creepyhouse?

Otra vez esa palabra extraña. Creepy. Ya luego preguntaría que significa.

- Sí.

Jeff se alegró y volvió a abrazarme.

- ¿Dónde dormirás? No me importa compartir mi habitación contigo - dijo sonriendo de lado.
- Ella ya tiene su habitación - interrumpió Slender.
- Ah... - suspiró Jeff -. Bueno, al menos ahora viviremos en la misma casa. Tendré muchas oportunidades para continuar con lo que siempre nos interrumpen.

Sentí una mano jalarme hacia atrás separándome de Jeff.

- Mejor te llevo a tu habitación.
- Otro que interrumpe - se quejó Jeff antes de que Slender y yo salieramos de su habitación.

Me reí y seguí a Slender por el largo pasillo hasta detenernos en frente a una puerta pintada de blanco.
Slender abrió la puerta y me dejó entrar a un amplio cuarto. Había una cama, un ropero, una mesita de noche, un tocador y hasta un baño propio.

- ¿Esta va a ser mi habitación? - pregunté emocionada.
- Sí. ¿Te gusta?
- Es fantástico. Gracias.
- Mi habitación está al lado, por cualquier cosa que necesites.

Asentí.

- Bien.

Estaba por irse pero lo detuve.

- Espera. No tengo ropa ni nada de eso. Necesito trerlo de mi casa.
- Humm... bien. Puedo teletrasportarte si quieres.
- Preferiría ir por mi cuenta. No quiero causar molestias a mi maestro.
- No me molesta pero está bien. Pero que alguien te acompañe.
- ¡Yo voy!

Jeff se acercaba a nosotros.

- Cualquiera menos Jeff. No sé lo que serías capaz si están los dos solos.
- Eso es una injusticia Slender. Después de todo Sky es mía.
- Ya dije y punto. Ahora ve por ahí a hacer alguna de tus estupideces.

Jeff se fue molesto. No sin dejar de insultar a Slender en murmuros.

- Vamos abajo, tal vez hay alguien más que esté dispuesto a acompañarte.

Recorrimos por el largo pasillo, la otra habitación al costado de la mía era una con puerta de color rosa, de inmediato supe que era la habitación de Sally.
Pasamos por una puerta de rayas blancas y negras, no pude evitar pensar en L. Jack ¿era posible?

- Slender, ¿por casualidad conoces a alguien llamado Laughting Jack?
- Sí, ¿lo conoces?
- Sí, es mi amigo o al menos eso creo yo porque se molestó conmigo y no se el por qué.
- Ahora entiendo porque vino con una cara tan larga. Ya se le pasará el enfado y regresará.
- ¿No está aquí?
- Dijo que iba a regresar en unos días.
- Ya veo...

Bajamos las escaleras y vimos a los chicos. Ahora que me doy cuenta, la única chica a parte de mí claro, es Sally. ¿Qué acaso no habían más mujeres?

- Sky debe ir a su casa por algunas cosas, ¿quién la acompaña?
- Yo puedo ir - se ofreció E. Jack -. De todas formas no tengo nada que hacer.
- Yo también puedo ir - dijo Toby.
- Gracias Toby, pero tú estás lastimado - le recordé.
- Con E. Jack basta. Entonces vayan los dos y no tarden - dijo Slender.

Salimos de la creepyhouse.

- Humm... gracias por acompañarme.
- No hay problema. De todas formas había varías cosas que quería preguntarte.
- Pues adelante. De todas formas queda un largo camino por recorrer.
- ¿Sales con alguien?

¿En serio?

- Pues sí. Con Jeff.
- ¡¡¿Jeff?!!
- Sí - dije.
- ¿Estamos hablando del mismo Jeff? El mapache de la sonrisa rara.

Me reí ante su comentario.

- Sí. Ese mismo - le dije.
- Ya veo. No lo puedo creer, ¿cómo sales con ese mapache?
- Pues es una larga historia.
- Dijiste que teníamos tiempo.
- Bueno...

Le conté la historía de cuando conocí a Jeff, hasta cuando me dejó esa cicatriz que dejaba claro que yo le pertenecía y luego se fue.

- ¡¿En serio te hizo eso?! - preguntó E. Jack alarmado.
- Sí. Mira.

Dejé expuesto un poco mi pecho y ahí estaba en letras grandes cicatrizadas su nombre: JEFF.

- ¿No estás molesta por lo que te hizo?
- Pues no. De todas formas le pertenezco ¿no?
- No me gusta lo que dijiste. Tú no eres un objeto, eres una persona.
- Aunque sea una persona igual le pertenezco. Él es la persona que amo.
- Humm...

E. Jack se quedó callado por un rato. No me gustaba el silencio repentino por lo que empecé yo ahora con las preguntas.

- ¿E. Jack?
- ¿Qué?
- Pues... creo que ya estamos cerca de los límites del bosque. Si alguien te ve así... No, no es que te veas mal ni nada de eso.
- ¿No me veo mal? ¿Dices que soy apuesto?
- No...
- ¿No? - preguntó dolido.
- No es a eso que me refería. Es solo que... como decirlo bueno...

Me rompía la cabeza por buscar palabras que no lastimen a E. Jack.

- Quieres decir que mi forma creepy podría asustar a los humanos.

Y nuevamente esa palabra.

- Entonces ¿así está bien?

Me quedé viendo a E. Jack, de un momento a otro se transformó en un chico normal.

- ¿Cómo... cómo hiciste eso?
- Fácil. Esta es mi forma ilusión, todos los creepy tienen una.
- Eso es sorprendente - dije asombrada.
- Por cierto, no te vayas a ofender pero... ¿eres humano?
- Pues solía serlo hasta que morí.

Al escuchar esas palabras volteé mi cabeza como el exorcista para ver a E. Jack.
¿Había escuchado bien? ¿Qué quizo decir "hasta el día que morí"?

- ¿Qué... qué clase de cara es esa? - preguntó E. Jack entre risas.
- Lamento si mi rostro te causa gracia pero no todos los días escuchas a alguien decir que era humano hasta que murió.
- ¿En serio nunca escuchaste de mí? Y yo que creí que ya comenzaba a hacerme famoso. Segun tengo entendido, hay varias historias de nosotros en internet.
- Ah... bueno, la verdad cuando hago uso del internet lo hago para estudiar.
- ¿Nunca te enteraste de nosotros? ¿En serio? Hasta creo que sacaron una historia sobre Jeff.
- No tenía idea...

E. Jack se rió.

- Parece que estás un poco desactualizada.
- Al parecer sí... Espera un momento. Si dices que moriste entonces... ¡¿Eres un fantasma?!
- Pues si.

Abrí la boca sorprendida. No lo podía creer. ¡Los fantasmas existen!
Acerqué mi mano al rostro de E. Jack y lo toqué. Para mi sorpresa no lo traspasé, sentí su piel tibia.

- Si eres un fantasma entonces ¿por qué no te atravieso?, ¿es poque estás en modo ilusión como dijiste?
- No es por eso precisamente. Yo puedo decidir qué traspasar y eso.
-Ah... - dije como idiota - ¿Hay más como tú? Me refiero a fantasmas.
- Pues sí. Ben y Sally también son fantasmas.

Me quedé sorprendida. Había descubierto algo muy interesante el día de hoy.

Mi gran amor: Jeff the killerOù les histoires vivent. Découvrez maintenant