Prólogo.

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- ¿Les gusta? - preguntó papá emocionado.

- Mmm - dijo mamá - ¿que pasó con la casa en la playa?.

- Aún sigue ahí solo que ya me harté de siempre ir a la playa a vacacionar - dijo papá - además el campo es mucho mas tranquilizador que el mar ¿no es así ______?.

- Odio este lugar, quiero volver a casa - me queje.

- Oh vamos - dijo el - te compre muchos juguetes, a esta casa no le falta nada.

- Yo quiero ver a mis amigas - lloré - me aburriré aqui sola - tapé mis ojos con las pequeñas manos que tenía.

- Amigos se encuentran en todos lados - me tomo en brazos - ademas la señora que cuida la casa mientras no estamos, tiene un hijo de tu edad - dijo entrando a la casa.

La casa era espectacular, el olor a madera y los muebles con diseños antiguos le daban un aire sofisticado, pero siendo tan pequeña en ese entonces era algo que no apreciaria, no quería estar ahí.
La casa era ridículamente grande era de un piso pero abarcaba la mayoría de terreno del patio, mientras miraba cada sala, pase de la cocina al comedor, del comedor a la sala de estar y desde ahí a un salón, si, un salón de baile, como las que se veían en películas. Esta casa de seguro era de alguien con mucho dinero, tal vez de algun conde. Mi padre podía darse estos lujos, el era empresario por lo que aparte de nuestra casa en la ciudad y la casa de la playa, ahora teniamos esta también. Pero realmente estaba de remate la casa y salió barata, mi padre no entendía por que el precio era una casa espectacular, tanto por dentro como por fuera.

- Es porqué que dicen que se aparece el diablo - dijo la señora Jung con su acento asiático ella era quién se hacía cargo de la limpieza de la casa y de cuidarla cuando no estábamos aqui.

- ¡Que horror! - exclamo mi madre asustada.

- Tranquila Miny - dijo mi padre - esas cosas no existen, ¿no es asi señora Jung?.

- Personalmente señor Mendel - dijo ella - nunca en mi vida he visto algo asi aquí, es tan lindo este lugar que aunque estuviera embrujado y yo tuviera el dinero me lo compraria de cualquier forma, pero solo me alcanza para limpiarla - se rió.

- No se preocupe señora Jung, usted ha hecho un buen trabajo por años - dijo mi padre levantandose de la silla y sacando su billetera tomo una gran cantidad de billetes - tenga, me gustaria que trabajara para nosotros, prometo pagarle mas de lo que le paga el gobierno.

- ¡Vaya! - exclamó sorprendida - seria un placer señor.

Luego siguieron hablando, yo me concentré en lo que el hijo de esa señora hacia en el patio, parecía estar contando las piedras del suelo.

- ¿Puedo jugar yo tambien? - le pregunte cuando estaba a su lado. El asintió sin mirarme, le tendí mi mano - soy ______, ______ Mendel.

Tomo mi mano - Soy Jung Hoseok.

Yo reí - pensé que no hablabas español.

- Nací aquí - dijo volviendo a contar.

Me quede viendolo unos segundos, su cabello era oscuro y su piel clara, Hoseok en ese tiempo estaba a punto de cumplir diez años, no se parecia a su madre, de seguro era idéntico a su padre.

- ¿Por qué no entras? - le pregunte.

- No quiero toparme con el fantasma.

- ¿Cual fantasma? - pregunté.

El me explico que en el pueblo se contaba la historia del conde y sus hijas. El conde tuvo cinco hijas, todas eran muy bellas pero ninguna como la menor, ella era tan bella que no faltaba dia que no viniera un pretendiente a pedir su mano pero ella nunca aceptaba ninguna proposición, ella era muy debil de salud y decidio jamás casarse y dicen que ella se enamoro de alguien pero esa persona no podia estar con ella.

- ¿Porque? - le pregunté.

- Se enamoro del diablo - me susurro - ella murio de pena al no poder estar con su amado. El conde ya con sus otras hijas casadas no soporto la soledad y la siguió un tiempo después.

- ¿Y tu crees que este en mi casa?.

- ¿Quien?.

- El diablo - repliqué con una sonrisa.

- Eso dicen.

Yo sentia mi corazón latir desesperadamente, el único sentimiento que tenia en ese momento era curiosidad, si esa historia era real y habian espectros en esta casa tal vez mi estadía aquí seria divertida, eso pensaba.

Mis dias se pasaban muy rapido durante el dia jugaba con Hoseok y cuando el se iba me paseaba por todas las habitaciones de la casa buscando al diablo o al menos al fantasma de la chica, en una de esas intensivas busquedas encontre en el viejo baúl de mi habitación que forcé a abrir, una caja musical y una vieja muñeca de porcelana, la muñeca llena de polvo la limpie y la deje sobre mi cama y la caja a duras penas sonaba pero aun asi la deje en mi velador. Despues de unas semanas cuando me desperte a las tres de la mañana, fui al baño y al volver a mi habitación la caja estaba sonando. habia alguien mirando por la ventana era una chica con un largo vestido blanco y una hermosa cabellera pelirroja con rizos muy largos, me quede perpleja ante ella, cuando iba a preguntar quien era se desvaneció tan pronto como dejo de sonar la melodía, de puntillas me acerque a donde habia estado ella y poniendo la silla de mi escritorio mire hacia afuera no habia nadie solo una pequeña banca blanca hecha de fierros.

- No mientas - dijo Hoseok cuando le conte lo que vi.

- ¡No miento! - exclamé - yo la vi, en mi habitación, lo juro, ven vamos - lo tome de la mano - quiero que me ayudes a correr mi cama hacia la pared.

Al llegar a mi habitación Hoseok se detuvo antes de entrar y miro hacia todos lados, el era muy cobarde. Cuando corrimos la cama el pregunto.

- ¿Porque corrimos la cama?.

A lo que yo respondi <<simplemente quiero mirar hacia la ventana>> pero menti solo queria ver a la persona que ella estaba esperando.

No habia noche que no mirara pacientemente hacia esa banca, la miraba por horas hasta caer rendida al sueño, a veces creia ver a alguien ahí pero al abrir la ventana me daba cuenta que solo era mi imaginación, una noche despues de esperar por horas abri las ventanas y comencé a tararear la canción de la caja musical que habia escuchado, sin miedo que mis padres se dieran cuenta ya que mamá usaba pastillas para dormir y papá roncaba como un tronco, yo seguí la canción hasta que alguien habló.

- Es una linda melodía ¿donde la escuchaste?.

Había alguien sentado en esa banca no podia visualizarlo bien, mas que una persona parecia una sombra.

- Yo conozco esa canción - volvió a decir - ¿quién te la enseño?.

- La... caja - respondí - la caja musical.

- Ya veo - dijo el y se mantuvo en silencio.

Yo sentia mucho miedo, la persona que estaba ahí o mas bien la cosa que estaba ahí que no tenía rostro me causaba pudor pero me sentia obligada a hablarle.

- ¿Quien eres? - pregunte - ¿eres... el diablo? - la voz se me fue cortando.

- No.

- ¿No tienes frío alla afuera? - volví a preguntar.

- ¿Porque lo tendría?.

Me rei - eres raro - lo miré y a pesar de no verle el rostro sentia su mirada - entonces ¿como te llamas?.

Solto una risa y se levanto de su asiento lentamente acercandose hacia mi ventana, note como su rostro y cuerpo iba tomando forma, apareciendo ante mi un hombre joven con rostro asiatico pero tan diferente a Hoseok o a su madre.

- .... Jimin mi nombre es Jimin.

Anioł [Park Jimin]. (¡HIATUS-TOTAL!)Where stories live. Discover now