Capítulo 12

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DANTE

Ya había pasado una semana desde que Bianca, había llegado a esta casa, intercambiábamos pocas palabras y la mayoría de las veces me evitaba, escondiéndose en la biblioteca, junto aquellas enormes estanterías de madera antigua y ruda repleta libros de diversos temas y colores, haciendo videollamadas con sus compañeros de la universidad, clases o en su cuarto. Quedaba muy poco para el verano y para que ella terminará la carrera. 

En aquel instante estaba en mi oficina, enfrente del escritorio mientras resolvía varios asuntos. Uno de ellos especialmente importante, al parecer se había percibido la entrada de varios vampiros al territorio lobuno y según estaba informado en mi manada solo había rastros del olor tan repugnante que dejaban a su paso. Por lo que posiblemente está tarde tendría que mandar grupos de búsqueda, no iba a permitir que esos seres se colasen sin permiso y que violaran el tratado.

La puerta sonó y se abrió lentamente, dejándome ver a Ariel.

—Hola, ¿qué haces?— pregunto curiosa, mientras observaba todo lo que había a su alrededor.

—Al contrario que tu, yo si tengo asuntos importantes que atender, así que podrías decirme ¿Qué haces aquí?—pregunte.

— Estaba aburrida, y pensé ¿por qué no visitar a mi querido hermanito y ya de paso hablo con mi nueva cuñi y le cuento las cosas vergonzosas que se sobre él mientras la llevo de compras?—y pude notar cierto brillo en los ojos, lo que no sabía ella es que no iba a tolerar que se fuera con mi compañera con un montón de vampiros rodeando el territorio, estaría perdiendo el juicio si la dejase sola con ella.

— Ni se te ocurra.—replique y antes de que pudiera darle una justificación me replicó.

— Resulta que esa decisión no es tuya.—dijo de forma desafiante.— es más voy a subir ahora a verla, tenemos que ponernos al día. —y sin previo aviso salió de la habitación, y no me quedo otra que seguirla.— ¡Por cierto, casi se me olvida! — gritó entusiasmada desde el final de las escaleras. — Comienzo las prácticas de enfermería la semana que viene con el doctor Harris. 

Cuando llegue, Bianca hablaba con Ariel y parecía tan ilusionada como ella por salir del edificio. Me iba a interponer en la conversación, cuando ambas dejaron de hablar y me miraron.

— Dante, me llevo a Bianca de compras, sea con tu autorización o no, por lo que me ha contado ni siquiera te has molestado en sacarla de esta casa en toda la semana.—dijo molesta, y pude ver como la susodicha se ruborizaba y se llevaba una mano a la cabeza. Ahora que lo decía en voz alta me sentía en parte culpable, estaba tan absorbido por los problemas que tenía que ni siquiera había tenido mucho tiempo para aprovecharlo y estar con ella. 

— De acuerdo.— conteste, su sorpresa, se reflejaba en su mirada y me lanzo una sonrisa de satisfacción- pero con una condición—objete.— yo debo acompañaros.

— Esta bien.

Estábamos ya dentro del coche, camino del centro comercial mientras escuchábamos el estruendo de música que había puesto Ariel, no hace más de tres minutos que salimos y desde muy adentro me maldije por no haberla echado de mi casa.

Tuve la suerte de que al menos me gustaba ir de compras, así que aproveché para mirar algo para mí. Ellas decidieron quedarse en la zapatería y yo fui a una tienda deportiva que estaba enfrente, necesitaba unas camisetas nuevas para entrenar. Tras tres horas rebuscando, no me compre nada porque o no había de mi talla o era muy feo, en fin un drama. 

Finalmente acabamos tomando un café, en un lugar apartado para hablar tranquilamente lejos de la gente. Todo ha de decirse, el donut que me zampe delicioso. 

— ¿Te lo has pasado bien?— le pregunte con curiosidad a Bianca, ella levanto la mirada que estaba concentrada en su café y asintió. Ariel llevaba un rato en el baño y la conversación que fluía era escasa. — Lamento no haber podido pasear contigo antes, he estado ocupado, si quieres la semana que viene podemos ir a la exposición que acaban de inaugurar en el museo, es de escultura clásica.—su expresión cambio a una divertida.

— Pensé que estabas ocupado con asuntos de la manada.- contesto mirándome fijamente, mientras le daba un sorbo a su café haciéndose la inocente.—además no te preocupes se me paso el tiempo volando rodeada entre tanto libro. Eso si, para entablar una conversación y flirtear eres horrible, no se como lo has hecho antes para ligar pero está táctica de hacerte el bueno y el comprensivo no van conmigo.

— Estoy ocupado pero lo de esta tarde no ha sido fingido si eso es lo que te preguntas.—dije sin apartar la mirada.— y por último, es la primera vez que tengo que ir en busca de una chica, normalmente son ellas las que vienen a por mí.

—Que creído te lo tienes—dijo.

—Ya estoy aquí.—interrumpió Ariel.— ¿Nos vamos ya?— nos observo fijamente, primero a mí y luego a ella.—¿Interrumpo algo?— pregunto.

— No, en absoluto.—respondió Bianca mientras se levantaba de su asiento, y yo hice lo mismo dejando sobre la mesa un billete.— ya podemos irnos.— término por decir, mi hermana me observo divertida, y supo que ella mentía por la expresión de sus ojos.

Una vez ya en el coche, metimos todas las bolsas que Ariel había comprado, ya que Bianca solo se compro una blusa y un par de libros que necesitaba para clase.

El trayecto de vuelta a casa fue más tranquilo esta vez y no nos dirigimos ni una sola palabra, pero mientras cruzábamos una zona más espesa dentro del bosque me llego un olor particular y metálico, así que frene bruscamente el coche.

— ¿Qué pasa?— pregunto Bianca asustada. Claramente no podía olerlo como nosotros. 

— Ahora vuelvo.— dije.

— Voy contigo.— respondió Ariel.— y tu quédate en el coche.—y señalo a Bianca.

—Ni de broma.—respondió vacilando esta y se bajo del coche. Pase de ellas y me puse a buscar de donde provenía aquel olor, tenía que saber si nos estábamos en peligro. Ya nos habíamos alejado bastante y a cada paso que dábamos el olor se hacía más reciente. 

ARIEL

Coloque rápidamente mis manos, sobre mis labios para ahogar un grito de horror, y he de admitir que también se me escaparon unas cuantas lágrimas.

Delante de nosotros se encontraba un chico herido gravemente. Una herida le cruzaba por su abdomen y sangraba de una forma escandalosa y abundante y tenía otra igual de mal desde un extremo del omoplato hasta el pecho.

Su olor a hombre lobo era casi irreconocible, ya que apenas se notaba por el aroma vampírico que había suspenso en el aire, aún así pude reconocer lo que me había hecho el destino, después de esperar tanto tiempo, ahí lo tenía, mi compañero de vida, desangrándose antes mi ojos.

¡Pobre Ariel! Hasta a mí me ha dado pena escribir esto😢

¿Qué les ha parecido? Voy a intentar editar otro capítulo o al menos la mitad para subirlo mañana, aunque tampoco prometo. 

Últimamente estoy super perdida a la hora de escoger un libro, llevo alrededor de nueve o así acumulados no se que hacer, si me recomendasen alguna historia que les guste estaría genial. Me da igual si es en físico o de wattpad. 

Instagram: angelesconlibros

Lobo salvajeWhere stories live. Discover now