Capítulo 5

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5 años más tarde.

DANTE

  — ¿Puedo jugar? —  Dereck y yo nos miramos mutuamente sin saber muy bien que contestar, y este procedió a hablar.

—  Ya te hemos dicho que no. —  De nuevo volvió a poner esos ojitos y la boca enseñando su labio inferior pero sin exagerar. 

—  Por fiiss—  insistió. Dereck negó con la cabeza y Bianca se marchó por donde había venido.

Volvimos a sacar las revistas que nos habíamos encontrado de unos niños mayores en el colegio. Eran sobre todo de coches, pero en algunas se veían a chicas casi sin ropa o en sujetador. 

— ¿Será de alguna asignatura?

—  Ni idea, pero pienso que ha sido una mala idea coger esto—  dije decidido. 

Karen apareció por la puerta con una expresión seria, por suerte las volvimos a esconder rápidamente. 

  —  ¿Qué es eso de que no queréis jugar con ella? —  nos regaño.

— Eh...— balbuceo buscando una escusa—  es que estamos hablando de nuestras cosas. 

  — ¿E insinuas que son más importantes que tu hermana pequeña?

—  ¡Es que por qué tiene que chivarse!

—  No lo ha hecho, se lo esta contando a su conejo de peluche.— exclamó— ir ahora mismo a por ella y aunque sea ver una peli. Creo que ayer menciono que le apetecía ver la nueva esa que acaban de estrenar... Vaiana o algo así.

Vaiana no resultó estar tan mal después de todo. Me esperaba algo peor viniendo de las princesas disney, pero he de decir que me gusto la banda sonora.

Los gemelos Hampton vinieron por la tarde, y mientras mi padre habla con él suyo sobre políticas de ambas manadas, Bianca nos dejo en paz por un rato mientras jugaba con ellos. Supongo que agradecía tener a alguien de su edad cerca con los que poder jugar. 

Dereck y yo olvidamos aquellas revistas escondidas y nos fuimos a jugar fuera. 

  —  ¡Hola niños!—  exclamo la adivina  Betty— ¿A qué jugáis?— Fuimos corriendo a abrazarla. Betty nos contaba historias fantásticas antes de irnos a dormir y era la que solía curarnos cuando estábamos enfermos. A veces incluso nos enseñaba algo de herbología. 

—   ¿Qué haces aquí? ¿Hay alguien enfermo?— pregunto Dereck. 

  —  Que va cielo, es solo que traigo unas hierbas para ayudar a tu hermana a dormir mejor. —  dijo mientras saludaba Bob con la mano—  ahora después vuelvo. 

— ¿Qué le pasa a Bianca?— le pregunté a Dereck. 

—  Lleva unos días muy rara, se despierta gritando "sangre" y llorando. Creemos que tiene pesadillas pero no se porque, no puede recordar lo que le sucedió a sus padres era muy pequeña cuando paso. 

—  Que extraño, a lo mejor a visto una película que no debía. 

—  Puede ser. 

Aquella noche ocurrió aquello que Dereck me contó. Bianca nos despertó. Estaba llorando mientras que con una mano sujetaba su muñeco y en la otra una manta con la que se tapaba los ojos. La invitamos a dormir con nosotros y se tranquilizo. Por lo visto había vuelto a tener aquella horrible pesadilla. 

— ¿Y siempre te ocurre lo mismo?—  le preguntó su hermano. Ella asintió.

Cuando despertamos Betty estaba preparándole una infusión. Los diferentes humos que salían de las teteras se unificaban creando un aire bohemio y rosado en la cocina.  La bebida que le preparo no tenía buena pinta, era de color oscuro y desprendía un desagradable olor. Me recordaba al olor de la gasolina. 

  —  Con esta bebida no volverás a tener pesadillas, amor.  

Bianca parecía muy contenta al oír eso. 

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