Me quito el delantal, el sombrero, y voy hacia mi oficina. Una vez llego, me dirijo directo al baño para cambiarme de ropa, y nunca me cansaré de transformarme de chef repostera a mujer motera. Esa es mi vida, y amo mi vida. Lista y arreglada, voy al escritorio para buscar mi bolso, y mi teléfono suena en ese preciso instante. Miro el nombre en la pantalla y suspiro sintiendo aflicción. Max. Mi hermano tiene un buen trabajo como mecánico y una linda casa a las afueras de la ciudad, pero él no ha estado bien últimamente por Alison. Aunque los he ayudado a ambos a buscar alternativas para que puedan formar una familia, hasta el momento nada ha resultado.

Disfrazando mi preocupación con un tono animado, lo saludo: —Hola, Max, ¿cómo estás?

—Hermanita... —Se queda callado, pero noté que le tembló la voz, y enseguida me lleno de preocupación.

Le pregunto: —¿Qué ha pasado, Max? ¿Están bien?

—Seré padre, Sam —dice—. El tratamiento funcionó.

—¡Qué! —grito conmocionada.

Y él también grita, pero emocionado: —¡Jodidamente funcionó!

Mi corazón se aloca: —¡Dios mío! ¿Cuándo...? Oh, Max. —susurro con voz quebrada y limpiando las lágrimas de mis ojos—. ¿Cómo está Alison?

—Ella está feliz, conmocionada, ilusionada... Mierda, también yo. Ahora mismo está durmiendo porque la emoción la dejó agotada.

—¡También estoy feliz por ustedes! —exclamo contentísima—. Les daré unos días para que asimilen todo esto y después iré a verlos.

—Trae a los niños. Mi esposa les compró juguetes, y dile a Daniel que venga también.

—Allí estaremos, Max —exhalo una sonrisa.

—Bien. Debo irme. Estoy hecho mierda, pero feliz.

—Te lo mereces —digo sinceramente—. Descansa, hermanito. Te veré luego, y saluda a Alison de mi parte.

—Lo haré. Adiós, hermanita.

Cuelga, y feliz con esa linda noticia, salgo de mi oficina y me dirijo hacia el estacionamiento. Saco las llaves de mi bolso, y antes de abrir la puerta, me detengo abruptamente al ver una nota en el parabrisas de mi auto. Miro a ambos lados, pero no hay nada extraño.

Con aprensión, saco la nota lentamente, desdoblo el papel y leo.

Bosque Green Woods. Conduce hasta allí. Te espero.

Sonrío aliviada porque es Daniel. Esa es su letra. ¿Qué estará tramando mi hombre? Pensé que sería un día normal para nosotros con una cena romántica hecha por mí, y luego le daría su regalo, pero veo que él tiene otros planes al igual que el año pasado.

Emocionada y ansiosa, me subo al auto y me dirijo hacia allá. Mientras conduzco, recuerdo el día en que visité ese bosque por primera vez. Fue cuando salimos del club de las Serpientes, terminando así, la peor pesadilla de mi vida. Daniel me llevo allí, me pidió perdón por no aceptar que estábamos enamorados, y volví a ser su dama. Desde ese momento nos volvimos inseparables.

Llego al bosque Green Woods solo para ver a Lucas recostado en un árbol y con las piernas cruzadas. Extrañada, estaciono el auto a un lado del camino. Me bajo y él viene hacia mí al mismo tiempo.

Me saluda alegremente: —¡Qué hay, Sam!

—Todo bien, Lucas. ¿Y Daniel?

—Dentro —dice, haciendo un gesto con su cabeza para señalarme hacia el bosque.

—¿Sabes que está tramando?

—No, señora Baxter, y aunque lo supiera, no podría decirte porque el prez patearía mi culo.

Cuidando de ti (Dragon's Family #1) (CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now