Capítulo 39

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Daniel

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Daniel

Llego al taller de mecánica Baxter, me bajo del auto, y quiero tanto dar un portazo, pero no lo hago. Este Oldsmobile perteneció a mi abuelo y no debo desquitarme con él. Tal vez lo haga con Dylan o con el saco de boxeo que tenemos en la parte trasera del taller, y que utilizamos para aliviar el estrés de un día difícil en el trabajo, y al mismo tiempo, ejercitarnos un poco. Creo que haré esto último.

Entro al taller, y mientras camino hasta la oficina, algunos de mis empleados me saludan y los saludo de vuelta sin dejarles ver cuán molesto estoy. Ellos no se merecen un jefe enojado, pero que me jodan si no estoy de humor. Llego al área de recepción y saludo a mi secretaria Maggie. Ella es la mejor amiga de mi madre y le debo respeto, y así la saludo. Ella me pone al tanto de lo que tengo que hacer hoy, le agradezco, y ya dentro de mi oficina, me paseo de aquí para allá como un dragón enjaulado. ¡Maldita sea!

Después de dejar a mi hermosa chica en la escuela de repostería, me fui directo a la Joyería Martin. Es la más lujosa en toda Delta, y se supone que el servicio es de primera, pero con lo que me acaba de pasar, más bien es de jodida última.

Estaba muy entusiasmado con la idea de ir a recoger el pedido que hice la semana pasada. Un anillo de compromiso. Nada más verlo en el catálogo por internet, inmediatamente lo quise para Samantha. El negro es el color favorito de ambos y por eso escogí ese anillo. Es de oro negro y de dieciocho quilates y con un diamante de corte princesa, pero cuando fui a recogerlo a la joyería, no era el anillo que yo encargué. El que me mostró el señor Martin era parecido, pero el diamante era de corte redondo y no me gustó una mierda. Mi mujer se merece solo lo mejor, no importa si tengo que gastar toda mi fortuna en ello.

Sé que al darle mi parche a Samantha la convertí en mi esposa, pero tengo que pensar en el futuro y para eso debo hacer lo correcto, lo legal. Ella tiene mis letras, sí, y cada vez que las veo luciéndolas con orgullo en su pequeño chaleco, siento que soy el hijo de puta más feliz y afortunado de este mundo, pero ver su nombre al lado del mío firmado en un papel, sería malditamente genial, también.

¿Y nuestros hijos? Deben nacer en un matrimonio legítimo, y después de lo que pasó hace un rato, deseo casarme con ella más que nunca. Le hice creer que no era nada, pero ese presentimiento que ella tuvo, me afecto más de lo que le dejé ver. El solo imaginármela con mi hijo o hija en su vientre...mierda. Me excita y me emociona a partes iguales, y es por eso que haré esto.

Mis planes eran darle el anillo hoy. ¿Para qué esperar? La vida es corta y hay que aprovechar cada momento sin retrasar los sucesos importantes. Entonces, con el anillo en mi bolsillo, la llevaría al local que conseguí para su tienda, e iba a declararme con un buen discurso sobre porqué quiero que nos casemos de esta manera, pero todo se fue al infierno por culpa de un empleado inepto. Resoplo y me pongo a trabajar.

Dos horas después, sigo aquí metido contestando llamadas. Una de ellas un poco extraña sobre una entrevista que quieren hacerme, y le dije a la chica que la llamaría más tarde porque estaba muy ocupado. Ya terminé con los correos electrónicos, y de hacer los pedidos de piezas por internet. Creo que cometí un error o dos, no estoy seguro, pero los revisaré luego porque me duele la cabeza. Me levanto y voy al baño para buscar algún analgésico en el botiquín.

Cuidando de ti (Dragon's Family #1) (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora