Capítulo 41

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Daniel

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Daniel

Veo la expresión de grata sorpresa en el hermoso rostro de mi esposa y le explico: —Samantha, estamos recién casados y es la tradición.

—Sé que es una tradición cruzar el umbral en brazos del esposo, Daniel. Lo que no me esperaba era que la cumplieras. Eso es muy romántico de tu parte, amor.

—Soy un romántico de mierda solo para ti, pequeña —susurro en su sien mientras la llevo en brazos hasta nuestra habitación.

Ella besa mi cuello, y después lo succiona de tal erótica manera que casi me hace caer de rodillas. Mi pene está más que preparado para nuestra noche de bodas. Sé que debe estar agotada por todas las emociones de este día, pero que me condenen si no le haré el amor ahora mismo.

Acabamos de regresar de nuestra monumental fiesta de bodas en el club, y son las tres de la mañana. Creo que tengo que agradecerle al empleado inepto de la joyería Martin por fabricar el anillo equivocado porque tuve tiempo suficiente para preparar las sorpresas para mi chica. Todo salió mejor de lo que esperaba. Nada más recordar su reacción cuando vio todo, me hace querer salir y prepararle mil sorpresas más, pero la que me caló muy hondo fue cuando la llevé a la casa de su abuela. Verla romperse, casi me jode a mí también. Ella es muy sentimental, y esa sensibilidad me enamora más cada día. Cuando me dijo "sí quiero" en la casa y en el registro civil, sentí tal euforia que casi me pongo a gritar como un posesivo hombre de las cavernas. Ese fue sin duda uno de los momentos más felices y memorables de mi vida.

Mis chicos y Daisy me ayudaron con los preparativos, y Lucas me ayudó con lo de la casa. Tuve la suerte de que aún nadie había comprado esa propiedad, y no perdí tiempo. Rápidamente, comencé con los trámites para obtenerla, y aunque pagué dinero extra para agilizar todo el proceso, no me importa en lo absoluto porque por mi esposa, hago lo que sea. Ella me tiene caliente y duro porque estuvo jugando conmigo en la moto. Oh, lo que te haré, cosita traviesa.

La dejo en el suelo de nuestra alcoba, y me sorprende que ella me bese con ganas cuando pensé que estaba cansada. Jodidamente amo sentir su suave y pequeña lengua dentro de mi boca. La succiono suavemente, y el estremecimiento de su cuerpo y su gemido, me excita todavía más, casi llevándome al límite. Abruptamente, deja de besarme, y me da un empujón que me hace rebotar en la cama. Ella enciende la lámpara de la mesita de noche y entonces veo su sonrisa maliciosa. Cuando creo que va atacar mi boca de nuevo, ella se aleja moviendo sus caderas sensualmente y...¿Qué carajos?

—Nena, ¿a dónde vas? —gruño impaciente.

—Espera, cariño. Yo también tengo una sorpresa para ti —ronronea como una gatita traviesa, y al ver mi boca abierta, ella se va riendo pícaramente.

¿Qué está tramando mi chica? Pensaba tumbarla, follarla, y después hacerle el amor lentamente, pero veo que ella tiene otros planes para mí. Infiernos, sí. Niego sonriendo y mientras espero impaciente, me muevo incómodo para aliviar un poco la presión en mis pantalones. Al ver que aún no viene, me quito la camisa y me doblo para quitarme las botas. Cuando me levanto, mis ojos no pueden creer lo que están viendo.

Cuidando de ti (Dragon's Family #1) (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora