Capítulo 7.

7.5K 410 20
                                    

Tengo que salir de aquí, y tan pronto como sea posible. Me siento terriblemente incómoda, me he pasado, sí, como tantas otras veces, pero esta es distinta porque me siento mal después de lo que acabo de decir.
¿Está siendo sincero? ¿Y por qué se preocupa por mí? ¿Por qué le importo? No he hecho nada para merecer eso.

Me levanto del sofá, creo que se ha enfadado porque coge la cámara de nuevo y hace como si no estuviera.
Según voy alejándome me arrepiento más y más, es algo que pocas veces me ha sucedido, normalmente suelto lo primero que me viene a la cabeza y ya está, lo dejo sin remordimientos.

Doy vueltas por el pasillo, camino hacia mi habitación pero luego cambio de opinión y vuelvo sobre mis pasos, a punto de bajar las escaleras. No, no bajaré, no sé hacer estas cosas.

¿Qué diría Sara? Es la pregunta clave. Ella siempre hace lo correcto, así que hago lo que creo que a ella le gustaría.

— Hugo, lo siento — Me quedo en la esquina del salón, agarrando el bajo de mi camiseta con fuerza — ¿Me perdonas? Siempre hago esas cosas, mi mejor amiga dice que hablo sin pensar y...

— Tranquila Mel, no estoy enfadado — Alza los ojos, es cierto, no lo parece, pero si noto cierta decepción en él, cosa que no imaginaba que hiciera que me sintiera peor si cabe.

— No quería decir eso, estaba enfadada y... bueno, me agobié — Me encojo de hombros, no tengo una explicación mejor.

Sonríe, ¿ha sonreído? Sí, desde luego que sí.
Se acerca hasta mí, todavía con la cámara en una de sus manos. No sé qué va a hacer, no me muevo pero él pone la otra mano, la que tiene libre, sobre mi brazo, dándome un pequeño apretón de cariño, al menos así lo percibo.
Miro su gesto, me está tocando y no sé qué debo hacer al respecto, ¿lo retiro, me aparto? No, no me molesta.

Es justo cuando escuchamos las llaves de casa y los tacones de mamá, que ha llegado. Hugo retira lentamente su contacto y se da la vuelta, supongo que para recibirla.

¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué hace algo como eso y por qué a mí no me ha asqueado en absoluto? Estoy desconcertada, algo así no me ha pasado en años, de hecho, dudo que me haya pasado alguna vez en la vida con alguien que no sea mi familia o Sara.

— Estoy en casa — Saluda mamá, dejando las llaves en el recibidor — Oh, estáis aquí.

— Hola — Hugo llega hasta ella y sonríe, creo que vuelven a entrarme ganas de vomitar — Estábamos esperándote para preparar la comida.

Bueno, supongo que él haría eso, yo por mi parte estoy llena con el sándwich de antes y, mientras mamá se sienta y Hugo saca algunas cosas de la nevera, cojo una manzana y le pego el primer bocado. Ellos ocupan la mesa mientras yo vuelvo al sofá.

— Mel, no te he visto en todo el día — Habla mamá — Ven a comerte la manzana con nosotros — Me pide, y, aunque un poco a regañadientes, acepto.

Hay dos sillas libres y elijo la que está junto a mi madre, frente a Hugo. La comida se vuelve incómoda y tensa al instante. No sé si por mis palabras de antes, por su gesto, o por esta extraña convivencia que estamos teniendo.

— Pero, ¿qué os pasa a los dos? — Pregunta mamá mirando primero a uno y luego al otro.

— Nada — Me encojo de hombros, sigo masticando la manzana mecánicamente. Ella no me cree, lo sé por la expresión de su cara.

— ¡Oh, claro! — Exclama soltando todo lo que tiene en las manos — ¿Cómo no me lo he imaginado antes? ¡Ya sé lo que pasa!

Entorno los ojos, esperando lo que pueda decir a continuación, miro a Hugo y veo que intenta sonreír, y digo intenta porque tiene una extraña mueca en el rostro.

En busca de la felicidadWhere stories live. Discover now