-No entiendo nada. -refunfuñó el jaguar negando. Derek abrió la boca para tomar aire y volvérselo a explicar, pero Stiles le cortó. -Sí, sí, entiendo lo que me intentas decir, no soy tan lerdo... lo que no entiendo es por qué entonces dejó que yo le besara, sabiendo que te enterarías y entonces te enfadarías... ni por qué me ofrecería el mordisco si sabía lo que tu sentías por mí. Quiero decir, no tiene sentido.

-¿Curiosidad?

-¿Curiosidad? No, no creo que fuera eso... tal vez fuera... -comenzó a pensar Stiles, mientras se mordía un dedo.

Derek lo miró apoyado contra la encimera, analizando cada una de sus expresiones. Siempre le había gustado ese gesto en Stiles. Se le asemejaba a un niño intentando entender por qué los padres le habían castigado por intentar decorar con rotuladores las paredes del salón.

Y es que Stiles estaba sentado con las piernas a lo indio, sobre la encimera, mordiéndose los dedos, con el ceño fruncido y casi sin parpadear, con la vista clavada en algún punto de su cerebro. Y entonces, como siempre solía ocurrir, un brillo de claridad apareció en sus ojos: había encontrado la solución.

-¡Era eso! Maldito cabrón... -dijo saltando, yendo hacia la mesilla de noche para coger su teléfono y llamar a Peter bajo la sorprendida mirada de Derek.

-¿Stiles?

-¡Maldito hijo de la gran puta!

-Hoy es el día de "llama e insulta a Peter Hale". -contestó el lobo.

-¡Lo hiciste a propósito!

-¿Qué es lo que hice a propósito... exactamente?

-Fuiste simpático para que te besara y después dejaste que te besara para ver hasta donde llegaba... ¡¡¡y ver si se lo contaba a Derek o no!!!

-¿Y por qué hubiera hecho eso?

-Porque a pesar de ser un puto psicópata maníaco y asesino te preocupas por Derek y querías... ¡querías ponerme a prueba para ver si era de fiar!

-No sé de dónde sacas eso... -siguió el lobo, pero se notaba la sonrisa titilando en su voz.

-Te voy a encontrar... te voy a encontrar y te vas a tragar tus tretas en forma de puñetazos. Juro que te vas a arrepentir de haberme puesto a prueba... ¡Vas a estar cagando dientes durante meses!

-Pero qué agresividad noto en esa pareja...

-¡Encima no provoques!

-Bueno, Stiles... tengo cosas que hacer. Nos vemos.

-¡Ni se te ocurra...! -Stiles miró a Derek, que lo observaba con las cejas en alto. -¡ME HA COLGADO!

-Y has razonado todo eso... mordiéndote el dedo. -preguntó el lobo aún con las cejas más arriba.

-Mi padre suele decir que es donde tengo el cerebro.

Derek bufó con una sonrisa y tras mirar la hora, se ofreció para llevar a desayunar a Stiles antes de llevarle a casa. Rápidamente se ducharon y se vistieron para ir a coger el Camaro e ir a una cafetería del centro a tomar unas tostadas y un buen café.

***

-¿Qué tal anoche? -saludó el padre desde el recibidor, para poder tener oportunidad de fruncir el ceño al Camaro de Derek.

-Bien... -contestó Stiles cogiendo su mochila del maletero. Se acercó a la ventanilla del copiloto y le guiñó un ojo a Derek. -Te llamo luego.

El motor del deportivo rugió y se alejó de la urbanización en la que vivían los Stilinski. Stiles sonrió mirando a su padre y entró en la casa.

Yaguareté·Abà IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora