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Cuando llegó al claro del bosque donde antes se encontraba la ostentosa mansión de los Hale, el coche de Lydia ya estaba aparcado. La pelirroja salió con gesto de duda al ver conducir a Scott el coche de Stiles, pero su gesto se tornó a aterrorizada cuando se encontró a Stiles sangrando en la parte de atrás.

-¡Scott! ¿Qué ha pasado? -preguntó mientras se lanzaba a abrir la puerta para atender a su amigo.

-No lo toques. No te acerques. -dijo con voz salvaje. Aunque ya no estaba tan alterado como antes, estaba demasiado incontrolado.

-¿Qué ha pasado? ¿Lo encontraste así? ¿Por qué no cura?

En ese preciso instante, Ethan hizo su aparición en moto. Detrás llegaba a Kira, en el coche con Derek. Todos aparcaron y se acercaron al jeep, donde estaba el alfa y la banshee. Sin embargo, Ethan se paró a mitad de camino y gimoteó alterado. Derek también paró su avance, sumiso, sin necesidad de emitir ningún ruido, pero con una rodilla hincada en el suelo.

-¡Ethan! ¡Derek! -exclamó sorprendida Lydia.

Kira miraba atónita a su novio y al resto de la escena sin entender y sin poder decir nada en absoluto. ¿Era Scott quien estaba haciendo eso? ¿Por qué? Él nunca se había portado así... De repente algo llamó su atención: algo se movió dentro del jeep. ¡Era Stiles! Sin dudarlo, Scott gruñó, abrió la puerta y transformó su garra.

-¡Scott! ¿Qué haces? ¡¡SCOTT!! -gritó Kira al borde de las lágrimas.

Scott paró de repente y se giró para mirar a su novia, que le miraba con solo un sentimiento: TERROR. Se giró ya completamente transformado en humano, sin rastro de garras, colmillos, u ojos rojos. Pero Stiles sí que seguía transformado.

Mientras Ethan recuperaba el aliento y Derek se levantaba del suelo, Kira y Scott se comunicaban con la mirada. La joven kitsune siempre había tenido una habilidad especial para calmar al alfa. Un ruido los alertó a todos, pero no a tiempo suficiente. Stiles estaba ya en el aire, directo a Scott, con las garras listas y rozando el cuello del alfa.

Un grito interrumpió el tiempo. Un grito agudo, cargado de poder, cruzó el aire y taladró los tímpanos de lobos, zorros, y jaguares. Hasta los propios árboles se quejaban. Stiles detuvo el ataque para cubrirse los oídos, pero cuando el ensordecedor grito de la banshee terminó, giró su cuerpo y dirigió su ataque hacia ella.

-¡¡Stiles!! -dijo una voz, llamando la atención del jaguar. -¿Te atreves conmigo?

Stiles se giró con los ojos amarillos con un brillo extraño y, cuando vio a Derek con los ojos azules de lobo clavados sobre él, no pudo hacer más de relamerse. Scott, que se había puesto al lado de Lydia por si debiera protegerla, miro a Ethan extrañado, que se había aproximado a Kira.

-¿O prefieres que te busque un ovillo de lana, gatito? -terminó de provocar el lobo, quitándose la camiseta bajo la atenta mirada amarilla del jaguar. Hizo una bola con la tela que antes cubría su abdomen perfecto se la lanzó a los pies descalzos.

Stiles achicó los ojos con rabia y lascivia, dirigidos solamente hacia el cuerpo semidesnudo del beta, y acto seguido se lanzó a la carrera tras él, que ya había empezado a correr en dirección opuesta, alejándolo de los demás miembros de la manada.

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La carrera duró poco, pues la agilidad y la velocidad del jaguar era muy superior a la del lobo, pero fue lo bastante para que los demás lobos, la banshee y la kitsune escucharan tan sólo el silencio propio del bosque.

Fue entonces cuando una leve batalla comenzó entre lobo y jaguar, desgarrándose la piel en un intento imposible de dominar al otro.

En un salto extraordinariamente ágil, Stiles terminó sobre Derek que, para sorpresa del jaguar, alzó las manos completamente humanas en señal de paz. Stiles entonces se quedó quieto mirándolo sin entender, pero clavó sus garras en los hombros de Derek y lo comenzó a zarandear al mismo tiempo que le gruñía.

Yaguareté·Abà IIWhere stories live. Discover now